Valentía y castigo, mujeres en la independencia
El Archivo Histórico de la Universidad del Rosario conmemora y presenta una selección de casos de mujeres que apoyaron, de distintas formas, la causa de la Independencia y que fueron castigadas con el destierro, el secuestro de sus bienes, la violación y la muerte.
Petronila Navia fue desterrada a Cajicá y a Cogua tras la ejecución de su esposo a quien trató de salvar pagando su peso en oro como se lo exigieron. Todos sus bienes fueron confiscados.
Leonor Guerra fue obligada a dar vueltas por el pueblo de Cumaná montada en un burro con la espalda descubierta para recibir azotes, mientras se le interrogaba por el paradero de sus cómplices patriotas, a lo que contestaba gritando ¡Viva la patria!. A los pocos días murió por causa de los golpes.
María de los Ángeles Ávila fue fusilada en Tenza el 3 de diciembre de 1817 por alentar y auxiliar a los patriotas que marchaban al Casanare. María de los Ángeles tenía una tienda de granos, lugar que servía para obtener y pasar información sobre el movimiento de los ejércitos realistas. Al enterarse el militar español Carlos Tolrá la mandó fusilar frente a la tienda que fue saqueada.
Juana Escobar una joven de 18 años, sirvió a la causa patriota memorizando mensajes que entregaba a quienes se encontraban presos. Por tratar de impedir la ejecución de varios patriotas fue condenada y atravesada por una lanza el 10 de julio de 1819.
Elena Santos de 15 años fue hecha prisionera, violada y asesinada por los soldados del español Lucas González en Charalá el 8 de agosto de 1819.
Carlota Armero una joven de 18 años fue fusilada en Mariquita el 26 de mayo de 1816 por gritar ¡Viva a Bolívar y abajo a Fernando VII! Además de negarse a desposar a un General del ejército realista. Algunos documentos dicen que la joven habría ocultado a un patriota perseguido.
Rosaura Vélez enloqueció tras el fusilamiento de su esposo en Tumaco en enero de 1814.
Rafaela Desin fue fusilada en Quilichao el 14 de diciembre de 1813 por haber estado resistiendo en combate con otros 19 patriotas el avance de las tropas realistas.
Josefa Ricaurte y su esposo José María Portocarrero financiaron tropas patriotas desde 1810, incluso después de la condena y ejecución de Portocarrero, Josefa apodada "La Chepa Ricaurte" continuó aportando recursos a la causa patriota. Posteriormente sus bienes fueron confiscados y fue desterrada a la Villa de Leyva.
Francisca Prieto fue perseguida con sus hijos y esposo Camilo Torres por los ejércitos realistas, al encontrarlos en el Espinal, condenaron a muerte a Torres y confiscaron todos sus bienes hasta incluidos los objetos de costura y los utensilios de la casa entre los que se encontraba una vajilla de plata, dejando a la familia en completa miseria.
Mercedes Abrego fue decapitada en el patio de su casa en Cúcuta por apoyar la causa patriota, sirviendo como informante sobre la ubicación de los ejércitos españoles. Mercedes obsequió a Simón Bolívar una casaca bordada en hilos de oro por el éxito de sus campañas de 1813.