En esta parada abordamos la presencia indígena en la historia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Consideramos importante reconocer y nombrar las violencias que se ejercieron sobre los pueblos
indígenas que fueron explotados en las haciendas que eran propiedad de la institución.
En primer lugar, hacemos referencia a la encomienda. Además, reflexionamos sobre cómo las personas
afrodescendientes e indígenas fueron en algunas ocasiones intercambiadas para realizar el mismo tipo de trabajos. Para ilustrar este punto, se aborda el caso del “reemplazo” de una persona esclavizada llamada
Juan.
En segunda instancia, nos referimos al concertaje como otra forma de explotación a la cual fueron sometidas las personas indígenas.
1. La encomienda
Los primeros conquistadores intentaron esclavizar a las personas indígenas de las Antillas y posteriormente las sometieron a sistemas de trabajo forzado que produjeron una reducción notoria de la
población. Ante esto, en el siglo XVI la Corona estableció que los indígenas eran vasallos libres y no podían ser sometidos a la esclavización o a la servidumbre, salvo en casos especiales.
Para evitar la desaparición de estos pueblos sin dejar de aprovechar su trabajo, la Corona creó el sistema de
encomienda. En términos generales, la encomienda consistía en una merced otorgada por el rey a un encomendero por sus servicios, asignándole un grupo de indígenas que debían trabajar para él, a cambio
de recibir instrucción en la doctrina cristiana.1
En nombre de la “cristianización”, muchas familias e instituciones explotaron a personas indígenas con la buena conciencia de que realizaban una labor benéfica de evangelización.
“Cien achaguas útiles, sin mujeres y niños”
En 1653, Fray Cristóbal escribió una carta al rey, solicitando la concesión de la encomienda de los indígenas achagua, quienes habitaban en las haciendas del Colegio en Calandaima.
En dicha carta, el prelado dejaba claro que su objetivo era reducir a los indígenas infieles con el fin de mantener a los colegiales.
En las primeras Constituciones, Fray Cristóbal expresaba sus intenciones de vender a las personas esclavizadas de estas haciendas, sustituyéndolas por personas indígenas. La venta de estas personas, estimaba
Fray Cristobal, podría generar entre 8 000 y 9 000 pesos, proporcionando una renta de 400 2.
Caso 1
El “reemplazo” de Juan.
En 1666, el rector Juan Peláez de Sotelo escribía que había decidido utilizar “un negro de la hacienda llamado Juan” para llevar a cabo labores de su interés personal durante 3 meses. Sotelo había puesto “un indio en su lugar”, dejando claro que ambas personas eran tratadas como servidumbre personal.
Varios documentos indican que – en algunos casos – se utilizaba de manera indiferenciada el trabajo de las personas indígenas y de origen o ascendencia africana.
2. El concertaje
Inicialmente, la solicitud de encomienda de Fray Cristóbal fue aprobada por el presidente de la Real Audiencia de Santafé, Juan Fernández de Córdoba y Coalla. Sin embargo, el Colegio pudo ejercer como
encomendero por poco tiempo, ya que la decisión fue revertida por el Rey Felipe IV en 1655 3 <. Así, ante la imposibilidad de explotar a los indígenas a través de la encomienda, el Colegio
recurrió al concertaje.
El concierto fue un sistema que tuvo expansión en el siglo XVII, a través del cual los solicitantes podían "obtener" una cantidad
de indígenas por año, con el fin de incorporarlos laboralmente en proyectos productivos.
El sistema de concertaje, que aparentemente ofrecía una compensación económica y aseguraba la provisión de alimentos y vestimenta, en realidad estaba plagado de abusos y explotación hacia las personas
indígenas. Las promesas de pagos a menudo se incumplían y el tiempo de servicio acordado podía prolongarse indefinidamente, manteniendo a las personas indígenas en una situación de servidumbre
continua y precaria.
Además, el desplazamiento forzado de los hogares para trabajar en lugares lejanos llevaba consigo la separación de las familias indígenas, una experiencia profundamente traumática y dolorosa para estos pueblos.
Infografía 1
Los “indios de conciertos” en el Colegio Mayor
Durante la Colonia, los procesos de expoliación y explotación de los pueblos indígenas fueron interdependientes. Después de haberlos despojado de sus tierras, las autoridades españolas intentaron a menudo agrupar a los indígenas en lugares reducidos –como los “pueblos de indios” y resguardos– para imponerles trabajos forzados y tributos.
Los documentos del Archivo de la Universidad revelan la presencia de numerosas personas indígenas que trabajaron en las haciendas del Rosario y también de aquellos que residieron en sus cercanías.
Dentro de los documentos se encuentran listados de indígenas de “concierto” o “alquilados por día”. 5
Estos registros, mantenidos por los administradores de las haciendas, eran utilizados para el control de los días de trabajo y los pagos correspondientes. En algunos casos, se detallaban las actividades
agrícolas que debían llevarse a cabo según el tipo de cultivo.
Es importante destacar que los indígenas que trabajaron en el Colegio Mayor no necesariamente pertenecían a comunidades que vivían en sus territorios ancestrales: muchas personas llegaron desde otras
regiones después de haber sido forzadas a dejar sus tierras.
Reflexión
El reconocimiento de la presencia indígena en el Colegio Mayor
Si bien se ha naturalizado la ausencia indígena en Bogotá y Cundinamarca, es necesario reconocer que durante la fundación del Colegio y en los dos siglos siguientes hubo una presencia significativa de
estas personas en la región.
En esta parada vimos cómo la encomienda y el concertaje sirvieron para explotar a las personas indígenas, quienes a su vez posibilitaron con su trabajo el funcionamiento y sostenimiento del Colegio.
Por ello, los pueblos indígenas son actores fundamentales en la historia que deseamos abordar y no podemos obviar su importancia en esta narrativa.
Los descendientes de esta historia
El pueblo achagua sigue viviendo en los resguardos de Umapo y El Turpial, en el municipio de Puerto López (Meta). Algunas familias residen en La Hermosa (Casanare).
Su población se estima en 980 personas.
Referencias
Felipe IV, Rey de España, Casa de Habsburgo, “Cédula Real Felipe IV de España ordena a la Real Audiencia de Santafé no agregar a los indios Achaguas al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario”
(Universidad del Rosario, Archivo Histórico, 1655), Caja 1, folios 179-181, http://repository.urosario.edu.co/handle/10336/5143.
Peláez Sotelo, Juan. “Expediente presentado por Juan Peláez Sotelo con la cuentas de gastos e ingresos durante su Rectorado”. Universidad del Rosario: Archivo Histórico, 1667. Caja 2, folios 1-72.
http://repository.urosario.edu.co/handle/10336/5689.
Torres y Motones, Cristóbal de. “Solicitud de Encomienda de los Indios Achaguas”. Universidad del Rosario: Archivo Histórico, 1653. Caja 1, folios 14-21. http://repository.urosario.edu.co/handle/10336/5136.
DANE. “Población indígena de Colombia. Resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018”, 2019.
https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/grupos-etnicos/presentacion-grupos-etnicos-2019.pdf.
Gamboa M., Jorge Augusto. “La encomienda y las sociedades indígenas del Nuevo Reino de Granada: el caso de la provincia de Pamplona (1549-1650)”. Revista de Indias LXIV, núm. 232 (2004): 749–70.
https://doi.org/10.3989/revindias.2004.i232.433.
Pita Pico, Roger. “Las condiciones laborales de las comunidades indígenas del nororiente neogranadino, siglo XVII”. Diálogos. Revista Electrónica de Historia 19, núm. 1 (2018): 130–57.
https://doi.org/10.15517/dre.v19i1.30297.
Velandia, Roberto. Enciclopedia histórica de Cundinamarca. Tomo 3. Bogotá: Coopnalgráficas, 1979.
Ítem: a Joaquina Negra de cuarenta y ocho años que avaluaron en cien pesos.
Ítem manifiesto a Agustina Mulata de cuarenta años que avaluaron en cien pesos.
Ítem a Juan Modeno Mulato de treinta y ocho años que avaluaron en doscientos pesos.
Ítem: a José María Mulato de veinte y cuatro años que avaluaron en doscientos pesos.
Ítem a José María Caraballo Mulato de veinte y un años que avaluaron en doscientos pesos.
Ítem a Valentín Mulato de diez y nueve años que avaluaron en ciento y cincuenta pesos.
Ítem Juan José Mulato de diez y siete años que avaluaron en ciento y cincuenta pesos.
Ítem a Lucas mulato de once años que avaluaron en cien pesos.
Ítem a Manuel Negro de trece años que avaluaron en doscientos pesos.
Ítem manifiesto a Ambrosio mulato de veinte y dos años que avaluaron en doscientos pesos.
Ítem a Tadeo mulato de diez y seis años que avaluaron en ciento y ochenta pesos.
Ítem a Antonio mulato de veinte y dos años que avaluaron en doscientos pesos.
Ítem a María Justa mulata de diez y nueve años que avaluaron en dos cientos pesos.
Ítem Alfonsina Negra de diez y seis años la avaluaron en doscientos veinte y cinco pesos.
Ítem a Lorenza Mulata de quince años que avaluaron en ciento y ocho pesos.
Ítem a Adriana Mulata de catorce años que avaluaron en ciento y cincuenta pesos.
Ítem Arrselmar mulata de seis años que avaluaron en noventa pesos.
Ítem Carmela mulata de veinte y cuatro años que avaluaron en ciento y ochenta pesos.
Ítem Jacinta Mulata de veinte años que avaluaron en ciento y sesenta pesos.
Ítem Juliana Mulata de veinte y un años que avaluaron en ciento y sesenta pesos.
Ítem Josefa de cuarenta años que avaluaron en ciento y cincuenta pesos.
Ítem Martina Mulata de tres años que avaluaron en ochenta pesos.
Ítem Juliana de pecho que avaluaron en cuarenta pesos”.
- Mulato Feliciano Ambula, su mujer Juana Cabasa, libre.
- Mulato Manuel Caraballo, su mujer Agustina, libre.
- Negro Graciano, su mujer Petrona, libre.
- Mulato Diego de la Cruz, su mujer María Salvadora, libre.
- José Joaquín Tello, su mujer Josefa, libre.
- Francisco Martínez, su mujer Marta Pachón, libre.
- José Cayetano Fajardo, su mujer Juana, libre.
- Simón Joaquín, su mujer María Matamba, libre.
- Vicente Ferrel, su mujer María Antonia, esclava, sus hijos Juan Antonio, Carpio, Vicente, y otro Vicente.
- Jacinto Roque de la Pedrosa, soltero.
- Melchor Pérez, soltero.
- Mateo Bravo, libre, su mujer Simona, esclava, sus hijos Lucas, Rosa y Juana.
- Mamá Guzmana, soltera y sin hijos
- Mama Micaela, soltera y sin hijos
- María Agustina, soltera y sin hijos
y otro que nació ahora 15 días.