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Mens sana in corpore sano: la educación física en el Colegio del Rosario

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Al hablar de la formación que se ha impartido en el centenario Colegio del Rosario, suele pensarse en las cátedras de la fundación: Filosofía, Teología, Jurisprudencia y Medicina. Es decir, una formación intelectual que no se ocupaba mucho del cuerpo. En esta entrada revisaremos cómo se ofreció una educación física regular, a principios del siglo XX.

 

Muestra de ejercicios calisténicos: Beecher, 1856.

 

Gimnasia y Calisténica.

Por Acuerdo número 5 de Consiliatura[1], el 27 de febrero de 1905 se llenaron las cátedras vacantes. Entre los nombrados figuran Antonio Gómez Restrepo, para Historia de la literatura patria, y Víctor Mallarino, para la sección segunda de Francés. Llama la atención el último de la lista: el profesor Silvano Cuéllar, para Gimnasia y Calisténica.

Cuéllar pudo ser el primer catedrático de las asignaturas de educación física, habida cuenta de que la Consiliatura, mediante Acuerdo número 2 de 31 de enero de 1905[2], dispuso que “la enseñanza de gimnasia y calisténica se dará con toda regularidad en el Colegio”. Es curioso que, a mediados de 1906, en la lista del Claustro del Colegio del Rosario ya no se menciona ni la cátedra ni el catedrático[3]. Poco después, se reporta el nombramiento de Enrique Greiffenstein, que fuera catedrático de Alemán, para Gimnasia y Calisténica[4].

La información más detallada está en el informe del rector, en 1907. Se afirma que dicho año “se prestó aún más atención que en los anteriores al ramo importantísimo de la educación física, tanto por su importancia intrínseca cuanto por corresponder á los deseos manifestados por el Excmo. Sr. General Reyes”. Más abajo, que el catedrático, Enrique Greiffenstein, había aprendido el arte en Alemania y que el resultado se había exhibido en la clausura de estudios[5].

Se inauguró, en abril de 1910, la clase Gimnasia sueca, por el método de Ling. Aunque no se indica el catedrático, interesa el dato de que se ofrecía en el Claustro nuevo. El hecho de que se defina en qué consiste parece indicarnos que se trataba de un elemento nuevo en el ambiente educativo:

No son propiamente su puesto los circos de acróbatas y volatineros. Son más académicas, pudiera decirse, su esfera y su aplicación; tiende á formar cuerpos esbeltos, robustos, pero antes que esto, sanos; porque obra sistemáticamente de dentro hacia afuera del organismo[6].

 

Un campo de gimnasia, en un manual de gimnasia y calisténica (1827),
por Gustavus Hamilton, donde aquella está dirigida a hombres y esta a mujeres.

 

 

Para 1911, dicha instrucción era diaria e impartida por un oficial de la Escuela Militar[7]. En 1912, sabemos que el oficial era Julio M. Garavito, teniente del Ejército[8]. El siguiente capítulo de esta historia ocurrirá en la Quinta de Mutis, cuya fundación ya reseñamos en este blog.

¿Calisténica?

Una de las promotoras en Estados Unidos de este tipo de ejercicio fue la educadora Catharine Beecher (1800-78). En su Physiology and Calisthenics for School and Families, define “calisténica” como la “rutina de ejercicios diseñados para promover la salud y así asegurar belleza y fuerza”. En cuanto a la distinción entre aquella y la gimnasia, señala que esta es más severa, requiere aparatos y un lugar destinado al efecto.

En cuanto a antecedentes, cita el método de Pehr Henrik Ling (1776-1839), que se extendió por toda Suecia y luego por el continente europeo, con patrocinio estatal. Beecher pretende seguir esta corriente, haciéndose introductora de ella en su país[9].

La distinción, con todo, no es clara. Ya vimos que la “definición” que copiamos de Gimnasia sueca es casi la misma que la de Beecher, cuando define “calisténica”. Además, en ambos casos se cita como modelo el método de Ling.

Gimnasia o calisténica, en fin, la idea de ejercicio físico puede ser la explicación de una de las fotos antiguas del Archivo Histórico. Allí, en pleno Claustro, vemos instalados unos aparatos o máquinas que, por ahora, identificamos con alguna práctica de educación física.

 

Fotografía sin fecha, pero anterior a la gran transformación arquitectónica por el sismo de 1917.

 

[1] Actos oficiales del ColegioRevista del Rosario, 1(2), 1905, 110.

[2] Actos oficiales del ColegioRevista del Rosario1(1), 1905, 15-16.

[3] Claustro del Colegio Mayor de Nuestra Señora del RosarioRevista del Rosario2(15), 1906, 257-62.

[4] Crónica del ColegioRevista del Rosario2(16), 1906, 384. Claustro del Colegio Mayor de Nuestra Señora del RosarioRevista del Rosario4(34), 1908, 204-13.

[5] Informe del rector al Excmo. Sr. presidente de la República. Bogotá, diciembre 4 de 1907. Revista del Rosario4(31), 1908, 29-39. El general Rafael Reyes, como presidente de la República, era patrono del Colegio del Rosario.

[6] Crónica del ColegioRevista del Rosario6(54), 1910, 258.

[7] Actos oficiales. VisitaRevista del Rosario7(65), 1911, 289-92.

[8] Claustro del Colegio Mayor de Nuestra Señora del RosarioRevista del Rosario8(74), 1912, 194-203

[9] Beecher, C. (1856). Physiology and Calisthenics for School and Families. New York: Harper & Brothers. Disponible en línea. Beecher tuvo antecesores, según parece. La fiebre del ejercicio se desató en Europa, pero cruzó el océano, acaso por primera vez, con la publicación simultánea de A Course of Calisthenics for Young Ladies in Schools and Families, en 1831, en Hartford, Boston, Nueva York y Filadelfia. Cf. Todd, J. (1998). Physical Culture and the Body Beautiful. Purposive Exercise in the Lives of American Women 1800-1875. Macon, Georgia: Mercer University Press. Disponible en línea.