Aprender de la vida cotidiana en la historia del Rosario: recetas de cocina de los siglos XVII – XIX
A través de la Cátedra rosarista, los estudiantes de todas las carreras tienen un acercamiento al patrimonio histórico de la Universidad: en la cátedra a cargo de la profesora Alejandra Buenaventura, ese acercamiento a la cotidianidad y a la cultura del periodo colonial y del siglo XIX en el Rosario es a través de los alimentos. En la clase surgen reflexiones sobre: las costumbres y la dieta de los estudiantes de Colegio Mayor, los rituales y espacios donde se daban los alimentos, su proveniencia, la economía en las haciendas del sistema esclavista, que producían los insumos utilizados en las cocinas de Santafé, en el periodo colonial; y sobre el comercio y la administración de recursos en la Universidad, entre otros temas. Estas sesiones de cátedra se llevan a cabo en el Archivo Histórico y con la socialización de algunos documentos como las listas de gastos e ingresos del Colegio Mayor en 1667[1], donde se nombran los alimentos que se compraban para el consumo de los estudiantes internos del Claustro o las propuestas de menú semanal para los estudiantes, hechas por proveedores a la administración de la Universidad para su aprobación[2].
En estas sesiones de cátedra se analiza la alimentación, partiendo de la familiaridad y cotidianidad de dicha práctica, un componente cultural y social relevante en la vida de todas las sociedades, en cualquier contexto geográfico y temporal. Los estudiantes, provenientes de distintas ciudades de Colombia y de otros países, reflexionan sobre las costumbres y tradiciones culinarias de sus propias familias, sobre los orígenes, formación y circulación de esas tradiciones. Después de leídos los documentos históricos sobre la alimentación en el Rosario, esa familiaridad inicial se vuelve discutible; ya que, aunque pueden apreciar similitudes con las dietas contemporáneas, también se ponen en evidencia los cambios en las costumbres a través del tiempo y las particularidades históricas en la cultura de producción y consumo de los alimentos. Se analiza lo que es distinto, la anomalía, ese rasgo desconocido y extraño de las realidades pasadas, que debe atenderse con distancia crítica para entenderlo mejor, como lo propondría Carlo Ginzburg, entre otros historiadores[3]. De esta manera, surgen cuestiones sobre algunos alimentos que ya no se consumen o reciben distintos nombres en la actualidad.
Entre los ejercicios que se hacen en clase, los estudiantes además de reflexionar sobre las practicas culinarias y recetas de sus familias, intercambian sus recetas con las de sus compañeros de clase, observan y aprenden de las costumbres de otros entornos y luego recrean la receta materialmente, usando papel, plumas y lápices, al estilo de algunos de los documentos vistos en el Archivo.
Estos son algunos de los resultados de esa actividad, elaborados en el primer semestre de 2024 y que nos muestran las múltiples oportunidades de uso del archivo y de los documentos históricos:
María Paola Rodríguez – Ajiaco santafereño.
Autor desconocido – Caldo de huevo blanqueado.
Sara Valentina Figueredo – Chop suey.
Marcela Camargo Mesa
Coordinadora - Archivo Histórico Universidad del Rosario.
[1][Expediente presentado por Juan Peláez Sotelo con las cuentas de gastos e ingresos durante su Rectorado.] (1667). https://repository.urosario.edu.co/items/274bbc74-9e21-4576-bb8d-5c38c5c35103
[2] Minuta (1882). Archivo Histórico Universidad del Rosario (AHUR) Caja 66 f. 282r - 284r. Documento leído en la serie Voces del Archivo: https://www.youtube.com/watch?v=NwWnsyi18vk&list=PLpEgU3P6_NrcNHAh_hPqraCjxQA6zEAOJ
[3] Ginzburg, C.; Boarelli, M.; Pons, A. (2014). Historia y microhistoria. Pasajes, 44, 89-101.