Uno de los hijos de este colegio aumentó la biblioteca de traductores colombianos, capítulo Horacio. Francisco Vergara Barros fue colegial y uno de los primeros alumnos del doctorado en Filosofía, graduado en 1896. Su tesis versó sobre La vida y las obras de Quinto Horacio Flaco, publicada ese mismo año en Bogotá.
En política, llegó a ser gobernador del Magdalena, de donde era oriundo (1908-9). Tiempo después, en asocio de otros rosaristas que ocupaban curules en la Cámara de Representantes, logró pasar un proyecto de Ley en busca de un auxilio para la reparación del Claustro, proyecto que luego fue apoyado en el Senado por el también rosarista Dr. Pomponio de Guzmán. Todo ello vino a parar en la Ley 58 de 17 de noviembre de 1917, con que se ayudó a remediar los estragos del terremoto de dicho año.
Horacio en Colombia.
Reseñamos, en esta ocasión, el libro de Vergara (n. topográfico E37N152), publicado en 1915, según se ve en la imagen:
Tenemos, pues, que Vergara pulió sus versiones al menos por dos décadas. Y en ellas seguía, cuando lo sorprendió la muerte en 1921.
De los inicios de su ardua labor, hay mención en un artículo de la Revista Gris (Tirado, R. (Julio, 1894). Traductores. Vol. 2 (7). Consultado en: http://www.bibliotecanacional.gov.co/revistas/index.php/rgris/article/v…):
Pocos meses antes, Salomón Ponce Aguilera, codirector de la revista, escribió a Menéndez Pelayo solicitándole un concepto sobre las versiones del colombiano. Consultando la biblioteca virtual dedicada al sabio peninsular, parece que nunca contestó la solicitud:
Imagen del copiador de correspondencia, disponible en www.larramendi.es
Entrando en materia, elegimos una breve poesía horaciana, de fácil inteligencia, para proceder a mirar el mérito de Vergara, comparando con otra versión por Miguel Antonio Caro, a quien Vergara le dedica el volumen de traducciones.
Hor. Od. I 8:
Lydia, dic per omnis
te deos oro, Sybarin cur properes amando
perdere, cur apricum
oderit campum patiens pulveris atque solis,
cur neque militaris
inter aequalis equitet, Gallica nec lupatis
temperet ora frenis?
cur timet flavum Tiberim tangere? cur olivum
sanguine viperino
cautius vitat neque iam livida gestat armis
bracchia saepe disco,
saepe trans finem iaculo nobilis expedito?
quid latet, ut marinae
filium dicunt Thetidis sub lacrimosa Troiae
funera, ne virilis
cultus in caedem et Lycias proriperet catervas?
[reproducimos el texto que da Perseus Digital Library]
Veamos ahora las versiones:
Izquierda, Vergara, Odas de Horacio, 46-7; derecha, versión de Caro, en sus Obras completas, tomo I: 213-4; disponible en archive.org
Análisis:
vv. 1-4 (del original): coinciden ambas versiones; sin embargo, "avezado gozaba / en sufrir el sol y el polvo", de Caro, parece más cercano al patiens pulveris atque solis.
vv. 5-7: "rige galicano potro", de Caro, hace pensar en anglicano, adjetivos más corrientes en sentido religioso.
vv. 8-12: "a llegar no se atreve / orillas del Tibre rojo", de nuevo Caro, empleando arcaísmos. Vergara no traduce flavus, referido al Tíber, definido así por el LSJ: reddish yellow (from the puzzolan earth on its ground). Olio es variante de óleo, como Tibre de Tíber.
Mejor Caro cuando dice "airoso" que Vergara "hábil es", por el latín nobilis.
vv. 13-6: ambos simplifican filium marinae Thetidis en Aquiles. Al contrario, amplifican caedem (matanza) en "cruel fiera matanza" y "terrífico destrozo".
Bibliografía:
Vergara, F. (1915). Odas de Horacio. Bogotá: Arboleda & Valencia.
Rivas, J. (1993). El latín en Colombia. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.
Ortiz, Á. (2003). Historia de la Facultad de Filosofía y Letras: 1890-1930. Bogotá: Centro Editorial Universidad del Rosario.
Apéndice. Compartimos una versión inglesa en prosa, de Niall Rudd para Loeb Classical Library: