Ha dicho un acreditado columnista bogotano que el tema de este país es la elección presidencial, sin importar en qué parte del mandato del presidente en ejercicio vayamos. Pues ahora estamos para elegir mandatario distrital y, según la lógica del columnista, vendría siendo el segundo tema nacional.
Mas las elecciones no son cosa moderna, ni mucho menos la estrategia electoral. Hace poco otro columnista, de El País de España, ha llamado la atención sobre una obrita antigua sobre el tema. Trátase del Commentariolum petitionis, manualito electoral en forma de carta, escrita por Quinto Tulio Cicerón a su hermano mayor, Marco Tulio, cuando este se presentó a las elecciones para cónsul.
Cicerón, Musei Capitolini, Roma, s. I d. C. Fuente: Wikipedia.
En las elecciones para el periodo de 63 a. C. competía un puñado de candidatos, entre los cuales figuraba M. Tulio Cicerón. Entre sus oponentes había dos nobles, cuyos antecedentes eran su punto débil. Cicerón había aludido a ellos en su discurso preelectoral In toga candida. Con ello ganó, siendo “popular” o “nuevo”, un inesperado apoyo de los nobles, que le significó la victoria.
¿Quién era Quinto?
Vivió entre 102 y 43 a. C., compartió educación con su hermano en Atenas y tuvo su propia carrera de funcionario: edil (66), pretor (62) y propretor de la provincia de Asia (61-59). Fue asimismo lugarteniente de César en su segunda campaña a Britania (54), quien “Ciceronem pro eius merito legionemque collaudat” (elogia a Cicerón por sus méritos y a su legión, BG 5.52) y de su hermano en Cilicia (51). Durante las Guerras Civiles fue de la fracción de Pompeyo, luego perdonado por César.
El Segundo Triunvirato le significó la proscripción, con su hijo y hermano, y la muerte en tal condición.
La obra.
Principio del Comentario, edición Loeb.
El Commentariolum plantea varias preguntas, debidas a su dudosa transmisión. No se conserva en el mejor manuscrito de las cartas ad familiares, el Codex Mediceus 49.9. Su estilo no se compadece con el elogio que Marco hace de la dicción de Quinto. Además hay un paralelismo verbal de esta obra con el comentario que se conserva de In toga candida (de Marco Tulio), sin que sea fácil establecer el original y la copia. Respecto al contenido, se observa que los puntos allí tratados eran muy trillados, de modo que su utilidad no es muy evidente. Respecto a la autoría, alégase que el tema de la campaña de 64 era muy conocido, así como los ejercicios de personificación histórica (prosopopeya); de suerte que un anónimo pudo inspirarse en ello para componer una carta de consejos a un hombre célebre, de parte de su consejero.
El Commentariolum aparece junto con las Epistulae ad Quintum fratrem, Es decir, pertenece al género epistolar. Ya dijo Marco Tulio: "Epistularum genera multa esse non ignoras" [sabes que son muchos los tipos de cartas. Cic. Ad Fam. II.4.1]. Para Demetrio (350-280), eran 21 los týpoi epistolikoí, varios de ellos usados en tiempo de Cicerón. El Commentariolum es una carta práctica, un ensayo en forma epistolar, cuyo estilo la ubica en el tipo de ejercicio conocido como prosopopeya, subgénero de la suasoria.
Las cartas políticas eran corrientes entre los griegos desde el periodo macedonio, principiando con las que dedicó Isócrates a Dionisio I y a Filipo. Para el caso romano, su práctica coincide con la dictadura de César.
Cicerón, de niño, leyendo, por Vincenzo Foppa (fresco, 1464), Wallace Collection. Fuente: Wikipedia.
Son los antiguos, idiota.
James Carville, director de la triunfante campaña de Bill Clinton en 1992, tiene el crédito por una célebre frase: “Es la economía, estúpido”. Muchos años después, Carville confesó que, cuando inició su carrera como estratega electoral, antes de la campaña Clinton, creía que las instrucciones diseñadas para sus candidatos eran originales. Luego vino a saber “que casi todo ya se había dicho hacía 2000 años”.
Otro que no lo sabía, según la columna de Carlin, era Ed Miliband, líder laborista británico, derrotado por David Cameron. No se puede asegurar que Cameron lo hubiera leído, pero en todo caso es el primer ministro.
*Nos hemos guiado por el artículo de Henderson, M. (1950). De commentariolo petitionis. The Journal of Roman Studies, 40 (1950), pp. 8-21; así como por la Introducción a la edición Loeb, por la misma autora, también responsable de la traducción. La columna que ha llamado la atención sobre el Commentariolum puede leerse en http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/12/actualidad/1431417664_146226.html Otra, anterior, en http://http://www.nytimes.com/2012/07/29/books/review/how-to-win-an-election-by-quintus-tullius-cicero.html?_r=0