Centenario de la Primera Guerra Mundial: una versión temprana por Manuel A. Botero
Este año cae el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, que entonces se conocía como Guerra universal o Gran guerra europea. Existen en el Archivo las Conferencias de historia antigua dictadas en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, por el Dr. Manuel Antonio Botero y pertenecientes a Guillermo Arango Uribe. Bogotá, febrero de 1916 (E04N091). Manuscrito que se dio a la imprenta el año siguiente, en los talleres de la Tipografía Augusta (E09N025).
La cartilla manuscrita.
En los prolegómenos de la obra, se define la materia escuetamente así: “Llámase historia la relación ordenada y verídica de acontecimientos pasados”. En la versión impresa, añade la etimología griega de la palabra. Varios aspectos del libro ya se trataron en este blog. Nos interesa ahora la Historia moderna, de posterior aparición (1923) y segundo tomo de la Historia universal, porque allí aparece la relación completa de la Primera Guerra Mundial. En efecto, la sección Edad contemporánea se agota entera en la Guerra Universal (1914-18). Hay sendas partes por año de la confrontación, en casi cien páginas del texto.
Tiempos en que se escribían las lecciones, caligráficamente.
Las causas de la guerra fueron varias, del mutuo recelo a la ambición por el control de los mercados, pasando por viejos litigios de los contendores. La conflagración principió así: “El 28 de junio de 1914 un estudiante servio, instrumento de los odios eslavos, asesinó en Serajevo al archiduque Fernando, príncipe heredero de Austria: tal fue el pretexto causa inmediata de la guerra europea”. Saltando esos cuatro años escalofriantes, pasamos al capítulo quinto y siguientes de la quinta parte, dedicados todos a la paz. El once de noviembre de 1918, Alemania acepta el armisticio. El dieciocho de enero del año siguiente, el presidente de Francia instala la conferencia de la paz, a la cual acudieron el presidente de los Estados Unidos y el primer ministro de Inglaterra. Aunque los términos del Tratado parecían inaceptables a los vencidos, Alemania firmó por fin la paz el veintiocho de junio. Austria y Bulgaria hicieron lo propio el diez y el diecinueve de septiembre. Poco antes, Francia había celebrado la fiesta de la Victoria, el catorce de julio. Así cierra el autor la narración sumaria de los hechos; nosotros hacemos idem con esta nota.
Nuestras ediciones de la Historia de Botero.