En la actualidad, el comercio de artefactos y piezas producidas por las diversas culturas prehispánicas es recurrente a través de diversas modalidades, como el tráfico ilegal, el trueque y también por medio de subastas y remates.

Para el caso de estas dos últimas modalidades, existen herramientas y recursos tecnológicos tales como páginas web o aplicaciones, diseñadas con el propósito de que coleccionistas, anticuarios, aficionados e interesados de todo el mundo, puedan acceder a un catálogo en línea de las piezas a disposición y así divulgar, masificar su contenido y comprar.

     La facilidad con la cual puede llegar a adquirirse una pieza o artefacto cultural de la comunidad Emberá, Quimbaya o Tairona, por mencionar casos de comunidades indígenas que ocuparon territorio de lo que hoy es Colombia, es alarmante. Solo basta con tener acceso a internet, una cuenta de correo electrónico, un número telefónico, una tarjeta de crédito y el dinero suficiente para hacerse con un “lujoso” recipiente poco profundo en forma de caimán, utilizado aparentemente en ceremonias religiosas como ofrenda a los dioses en la cultura Tairona[1] y avaluado en dos mil quinientos dólares. También se puede encontrar una figurilla de oro[2] elaborada al parecer entre los siglos X – XVI, con un valor aproximado de mil cuatrocientos dólares o un colgante de una deidad hibrida[3] perteneciente a esta misma cultura, elaborado entre los años 1200 – 1600 D.C, cuyo valor oscila entre los mil quinientos y dos mil quinientos euros. Estas piezas arqueológicas, se encuentran disponibles en dominios como “million.com”, “liveauctioneers.com”, “invaluable.com”, “duran-subastas”. Entre estas cuatro casas de subastas, al día 28 de marzo contaban con un total de 30 piezas aproximadamente pertenecientes a culturas prehispánicas que ocuparon el territorio nacional, con un valor monetario estimado en unos veinte nueve mil setecientos cincuenta y tres mil (29.753) dólares, como se ve en la siguiente tabla:

TABLA 1. ARTEFACTOS PREHISPANICOS[4] EN SUBASTA EN PÁGINAS WEB[5]

Fuente: Elaboración propia

 

     Sin embargo, es necesario mencionar que estas no son las únicas páginas, ya que en sitios como Amazon o mercado libre, también es posible ver la existencia de un mercado, aunque mucho más reducido en cuanto a artefactos y valor monetario; lo cual pone en duda la originalidad, autenticidad, estética y unicidad de las piezas o por defecto, páginas como sothebys.com donde las piezas subastadas pueden superar los cuarenta mil (40.000) dólares, como es el caso de un poporo de unos 10 cms datado entre los 800 – 1000 D.C perteneciente a la cultura Quimbaya[6] que fue vendido en cuarenta y tres mil setecientos (43.700) dólares.

     Para evitar este tipo de comercio, así como el tráfico ilegal de bienes culturales, desde hace varios años gobiernos de distintos países, no solo latinoamericanos, han venido invirtiendo esfuerzos para lograr la repatriación de piezas arqueológicas y en general, evitar este tráfico. En la mayoría de los casos, se desconoce cómo los artefactos o piezas salen del país (robo, saqueo, despojo, engaño, consentimiento forzado, excavaciones ilícitas, transferencia de bienes,  donación u otra modalidad), con el propósito de ser comercializados a través de negocios tan lucrativos como las subastas, mercado negro, galerías, etc.

     En el caso Colombiano, desde aproximadamente el año de 1956, el Gobierno Nacional ha trabajado en procura y defensa del patrimonio histórico, artístico y monumentos públicos de la Nación, al declarar como patrimonio histórico y artístico nacional, según la Ley 163 que:
 “ los monumentos, tumbas prehispánicas y demás objetos, ya sean obra de la naturaleza o de la actividad humana, que tengan interés especial para el estudio de las civilizaciones y culturas pasadas, de la historia o del arte, o para las investigaciones paleontológicas, y que se hayan conservado sobre la superficie o en el subsuelo nacional”[7].

Se añade a la identificación de monumentos a aquellos que tienen origen colonial, prehistórico, vinculados al proceso independentista y/o republicano. A partir de allí, se ha ido generando un marco normativo más amplio y robusto, como la Ley 397 de 1997, la Ley 1185 de 2008, e incluso la asociación con otros países para combatir el tráfico ilegal, la explotación y expropiación de los recursos materiales culturales. Si bien es cierto que, el cuerpo normativo e institucional aún presenta vacíos y se presta para interpretaciones, es necesario resaltar que el país ha avanzado en el diseño e implementación de acciones preventivas, tales como planes, programas y campañas enfocadas a detectar y contrarrestar el tráfico ilegal de bienes culturales; así como también en la identificación y promulgación de la lista de bienes culturares colombianos en peligro[8].

 

     Más allá de toda la serie de esfuerzos mancomunados o no, que ha venido incentivando el Gobierno Nacional en pro de la repatriación de los artefactos culturales o piezas arqueológicas que se encuentran distribuidas a nivel mundial -incluso algunas sin ser detectadas aún-, así como en torno a las iniciativas que buscan evitar el tráfico ilegal de estos bienes culturales; es necesario que se estimulen e impulsen nuevos escenarios para llevar a cabo ejercicios de valoración responsable y diferenciada de los bienes que han sido expropiados. Valoración que debe alejarse del marco normativo y conceptual hegemónico preponderante, el cual viene dominando desde hace años las categorías y criterios a través de los cuales se realizan estos ejercicios de valoración del patrimonio cultural mueble e inmueble.

     Esto, con el propósito de entender y visibilizar que para el caso de los artefactos culturales el patrimonio va mucho más allá de la instancia física que materializa la pieza arqueológica. Además, que la necesidad de repatriar las piezas no es para evitar que estas “adornen” galerías o las vitrinas de las casas de quienes cuentan con la capacidad adquisitiva de hacerse con uno de estos bienes o artefactos; sino que por el contrario, es necesario resignificar y otorgar nuevas dimensiones al patrimonio convencionalmente teorizado, para entenderle como un campo multidimensional, cambiante, dinámico y en constante movimiento. Desarrollar estos ejercicios de valoración podrá desencadenar paulatinamente, en nuevas formas de ver, sentir y escribir la memoria colectiva, grupal e histórica de grupos y comunidades, en este caso en específico de indígenas precolombinos.

[1] La información de la pieza en subasta puede consultarse en https://www.invaluable.com/buy-now/excellent-tairona-alligator-fancy-ritual-shallow--d264ae08db

[2] La información de la pieza en subasta puede consultarse en https://www.liveauctioneers.com/item/82743803_tairona-culture-gold-masked-figure-pendant

[3] La información de la pieza en subasta puede consultarse en https://www.millon.com/lot/102260/11509245?refurl=Poporo+pr%C3%A9sentant+un+chef+nu+assis+tenant+un+puissant+serpent+anaconda.+Son+visage+en+%C3%A9tat+de+transf

[4] En la tabla solo se reflejan los artefactos en venta de culturas prehispánicas que habitaron lo que hoy corresponde el territorio colombiano

[5] Se tomó como muestra tres de las páginas que subastan artefactos precolombinos, aunque existen más.

[6] La información puede ser consultada en https://www.sothebys.com/en/auctions/ecatalogue/2014/african-oceanic-n09146/lot.218.html

[7] REPÚBLICA DE COLOMBIA. Ley 163 de 1959 “Por la cual se dictan medidas sobre defensa y conservación del patrimonio histórico, artístico y monumentos públicos de la Nación”. Artículo 1

[8] La lista puede ser consultada en el siguiente link https://www.icanh.gov.co/recursos_user//ICANH%20PORTAL/OTROS%20ARCHIVOS/Lista%20Roja.pdf