Según el psicólogo Bruner et al (2001), el conocimiento propio conformado por procesos superiores se ve enriquecido por los componentes brindados por el entorno, evidenciando así no solo que las habilidades que proporcionan los ambientes donde se desarrolla el ser humano permiten mayor desarrollo inter e intrapersonal, sino que también se convierten en un reto de alta complejidad, exaltando al aprendizaje como un proceso excluido del producto netamente. Usar estas palabras es una oportunidad interesante para dar apertura a la exposición del tipo de intervención educativa que se desea contemplar por medio de estas letras, enmarcada en la concepción de la educación bajo un método sistémico posicionado desde una práctica fonoaudiológica, es decir, comunicativa.
 
La educación entendida como derecho fundamental—eje central del crecimiento de la humanidad y uno de los componentes principales a desarrollar en cada nación desde la academia por medio de la implementación de métodos, currículos, estrategias didácticas y diversas temáticas—pretende aportar de forma idónea al sistema educativo. Está claramente definido y evidenciado que muchas instituciones buscan apuntar a la calidad educativa de forma muy comprometida instaurando medidas que toman en cuenta los distintos modelos educativos, los diversos estilos de aprendizaje de sus educandos y más allá, apuntando al trabajo no solo participativo sino también colaborativo por parte de toda la comunidad educativa. Es así que el abordaje pedagógico contempla gran variedad no solo de posiciones teóricas sino también de dimensiones y visiones que apuntan a diversos objetivos, metas y propuestas.
 
Los profesionales que se encuentran inmersos en el acompañamiento de la comunidad educativa, ya sean orientadores, psicorientadores, terapeutas y/o fonoaudiólogos, enfocan su perspectiva al desglose de ideas que permitan de forma clave la contribución al sistema y a lograr la calidad del mismo tomando como punto de partida y principal agente de intervención al estudiante y alrededor de él todo el ambiente que lo rodea. Este el momento idóneo de proyectar el rol fonoaudiológico en su campo de acción educativo apreciado no solo desde la intervención terapéutica sino por el contrario plasmado desde una visión mucho más amplia, más humana hacia todo un contexto individual, intercultural, familiar, pedagógico, por supuesto comunitario y por ende social. No solo por el objeto de estudio de la profesión que es la comunicación humana sino también por la puesta en escena de la teoría, la práctica y la experticia de dicho profesional al servicio del ser humano y de forma puntual en procesos comunicativos de primera infancia, niñez, adolescencia y la edad adulta.

 

Y es en este punto donde se vislumbra al fonoaudiólogo dentro de la comunidad educativa y su rol de enseñanza, que apunta a la comprensión multicontextual, es decir, muy desde una teórica ecológica (Bronfenbrenner 1986), donde el estudiante se encuentra inmerso en una serie de sistemas que lo rodean, más no se encuentra aislado en el mundo y solo se encarga de recibir información de orden académico, donde de forma errónea tiene la gran responsabilidad de generar respuestas automatizadas. Es indispensable aclarar que esto ha sido uno de los grandes retos de la educación, a partir del cual, muchos países han cambiado y apropiado sus modelos pedagógicos que conllevan al análisis de los procesos y han buscado generar impactos formativos tanto en los estudiantes como en toda la comunidad. Un enfoque multicontextual o multisistémico es aquel donde todos los ambientes que rodean al sujeto, dependen unos de los otros y se preocupan por establecer actividades puntuales en cada uno, realizando ejercicios de enlace, empalme y ejecución de una actuación transdisciplinar, por llamarlo así; de igual forma esta guía va en contra posición a un trabajo desde el aula sin acompañamiento oportuno por parte del docente en su rol mediador, el núcleo familiar, de la toda la comunidad educativa o simplemente a nivel comunitario. Y es aquí donde una posición comunicativa enlazada con procesos psicológicos asociada a todos los contextos apunta al objetivo más alto que va más allá de un educación de tipo regular en cuanto a la excelencia académica, más allá de una sencilla implementación de currículos y contenidos. Abordando al hombre desde una concepción amplia que pretende retomar el desarrollo a su máxima expresión de habilidades cognitivas, de pensamiento y lenguaje, en el caso de los niños de forma inicial en la primera infancia, con capacidad de transferirlo durante todo el transcurso de su vida, desarrollándolo y potencializándolo de forma espontánea.
 
El rol de las habilidades intrínsecas, de actores principales como los docentes y principalmente el de los padres son esenciales para el desarrollo de un modelo sistémico. En este orden de ideas, con el fin de aclarar las aptitudes propias del aprendiz y acorde con las precisiones de Piaget (2003) la educación tiene como objetivo central formar personas capaces de generar conocimiento, donde el desarrollo del pensamiento en todos su niveles por parte del educando lo conllevan a explorar y desarrollar al máximo sus habilidades y su puesta cognitiva sobre sus propias destrezas, siendo un desarrollo muy individual. Este pensamiento está asociado al rol mediador del docente en concordancia con la apreciación de que los buenos profesores llevan al extremo las competencias de los estudiantes, como lo destaca Bruner (1995) desde la visión del rol de segundos y terceros interventores; y finalmente desde la última actuación—y no por esto el menos importante—el rol ejercido por los padres y el ambiente cuidador, donde la familia es el agente más focalizador de hábitos, rutinas y desarrollo de habilidades de forma puntual.
 
Las acciones profesionales y la experticia del fonoaudiólogo en el área educativa, en relación con la proposición de un modelo de teoría ecológica, generan una propuesta dinámica y participativa, que en muchas ocasiones por desconocimiento, disposición e incluso adecuación se ve limitada, sin embargo es un modelo efectivo que en el campo educativo ha demostrado resultados favorables y perceptibles en el desempeño de los estudiantes, este ensamble que involucra una posición comunicativa enlazada con la psicología educativa, se sustenta en varios componentes.
 
El trabajo realizado en conjunto con otros profesionales y el apoyo con un grupo interdisciplinario, así mismo con toda la comunidad educativa, el núcleo familiar y por supuesto con el estudiante, amplía acciones no solo a nivel de intervención individual, como de forma general muchas instituciones educativas lo han limitado, sino por el contrario visualiza procesos de estimulación, promoción, prevención, evaluación, asesoría y consejería tanto en docentes como directivos docentes, padres y alumnos en las áreas de pensamiento – cognición y comunicación de forma precisa en lenguaje, habla, voz y audición, con conocimientos de orden psicológico, lingüístico, neurológico y sociológico.

 

Tomando como base la anterior descripción del papel del fonoaudiólogo en el campo de la pedagogía, en postulado y conjunto con otras disciplinas es posible ampliar conocimientos, conceptos y por ende aplicación en los procesos ejercidos; desde esta posición donde los aspectos comunicativos del ser humano son el eje central en conjunto con conocimientos psicológicos complementados con la educación, se puede establecer una asociación para brindar un acompañamiento comunicativo en correlación con la psicología educativa, apuntando a enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje mediante conocimientos neurocomunicativos en acompañamiento con contenidos psicológicos. Esto corroborado desde planteamientos de ésta disciplina; donde Coll et al. (1990) afirma que la psicología educativa como ámbito de conocimiento a partir de concepciones teóricas y prácticas, tiene pleno convencimiento de que la educación puede enriquecerse favorablemente a partir de saberes psicológicos.
 
Como componente importante y para no dejar de resaltar en esta postulación multicontextual se encuentran los nuevos retos de la enseñanza entre ellos la pedagogía virtual y los medios tecnológicos, que en si mismos son de gran beneficio y aporte para toda la comunidad, puesto que requieren de todos los agentes que rodean el proceso del estudiante para llegar a su máxima optimización, la interiorización de aprendizajes y empleo de herramientas; poniéndose en escena para lograr la intervención de todos los profesionales y la interacción de la sociedad, comunidad, docentes, padres y alumnos; tanto así que los acudientes se ven empoderados y son interventores directos apoyando las actividades realizadas por los docentes en su rol de mediadores y facilitadores del proceso, manejando una comunicación bidireccional y enriquecedora.
 
Finalmente con ésta breve descripción se pretende exaltar en la formación técnicas de estimulación a partir de factores cognitivos y de comunicación en edades tempranas, primarias, en la adolescencia y la adultez apuntando a favorecer los procesos educativos en las diversas áreas de conocimiento, múltiples campos de acción y las variadas dimensiones de desarrollo del ser humano.
 
Referencias
 
Bruner, J. S. (1995). Desarrollo cognitivo y educación(2a. ed.). Morata.
Bruner, J. S., Vegas, J., Manzano Bernárdez, P., Goodnow, J. J., & Austin, G. A. (2001). El proceso mental en el aprendizaje. Narcea.
Bronfenbrenner, U. (1986) Ecology of the family as a context for human development: Research perspectives. Developmental Psychology, 22 (6) 723-742 .
Coll, C. Marchesi, A. & Palacios, J. (1990). Desarrollo psicológico y educación. España: Alianza Editorial
Ortiz, M. & Sepúlveda, A. (2004). Diccionario de Fonoaudiología. Bogotá. Colombia: Fondo Editorial María Cano.
Piaget, J. (2003). Part I: Cognitive Development in Children--Piaget Development and Learning. Journal of Research in Science Teaching, 40.