El Quijote de Sanz, donación al Archivo
La biblioteca antigua de la Universidad del Rosario, entendida como los libros anteriores a 1800, es una colección cerrada. Llegan, no obstante, nuevos elementos de vez en cuando, como en el caso de la donación que reseñamos. Se trata de una edición del clásico cervantino, cuyo título extenso preferimos adjuntarlo en imagen.
Una edición madrileña, a costa de Antonio Sanz, aparecida en 1735. Como otras ediciones dieciochescas, se aparta del título del original, El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha (Madrid: Juan de la Cuesta, 1605). El texto usado es el de la edición de 1730, con algunas variantes de la de Bruselas, 1662, “pero con numerosas erratas, unas no corregidas y otras nuevas”. Los grabados también son de la de 1730, “pero peor ejecutados”, lo que ofrece “una triste prueba del abatido estado a que habían llegado en esta época las artes y las industrias en España”.
Las ilustraciones aparecieron en las ediciones españolas, finalizando el siglo XVII, copiando en general las de los Países Bajos[1].
En España, con todo, hay un cisma comercial: una edición flamenca, “en dos tomos en octavo, con láminas finas insertadas entre los cuadernos”, a la cual le compite una edición popular española, conocida como Quijote de surtido, en dos volúmenes en cuarto. De estas, nos importa la madrileña de 1674, a costa de María de Armenteros, viuda de Juan Antonio Bonet, pues incorpora 34 láminas de la mano de Diego de Obregón. Técnicamente, significa una adaptación de la imagen al formato de la página; iconográficamente, Obregón se desvía del modelo holandés añadiendo doce imágenes propias. La de Sanz que comentamos usa las de Diego de Obregón, crecidas hasta 44[2].
En la segunda parte, el pie de imprenta cambia: a costa de Pedro José Alonso y Padilla, Madrid y 1751.
Gracias a internet, hemos dado con don Isidro Castroviejo Nobajas.