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El patrimonio documental en Italia. Un acercamiento a algunos archivos y experiencias

portada
Marcela Camargo Mesa, 
Archivo Histórico Universidad del Rosario

 

La primera semana del mes de julio se llevó a cabo el seminario Archival Studies and Palaeography, en Florencia, Italia. El seminario tenía el objetivo de acercar a los investigadores a distintos tipos de documentos y a algunos de los archivos más relevantes para la investigación histórica en Italia.  El organizador del seminario es el Medici Archive Project, una organización que se ha encargado de promover distintas iniciativas para la investigación, catalogación, descripción, digitalización y publicación en Internet de distintas colecciones documentales, con el fin de facilitar el acceso de esos materiales a los interesados de cualquier lugar del mundo.
 
Es valioso conocer diferentes referentes para el trabajo que realizamos día a día en los archivos históricos, que nos pueden dar idea de qué aspectos podemos mejorar, pero que también son indicadores de las cosas que estamos haciendo bien.
 
Con los archivos históricos de Italia compartimos varios elementos como la tradición latina de la lengua, lo que hace que muchas de las convenciones en la escritura de los documentos sean similares; y la tradición legal del derecho romano, que hace que las lógicas que han regido las instituciones (religiosas y civiles) también sean parecidas, y que esto se refleje en la documentación que encontramos en los archivos.  Adicionalmente, la normatividad contemporánea con la que se organizan los documentos históricos, es la misma empleada en Hispanoamérica[1].

 

Tipos de documentos producidos en Florencia en el siglo XVI presentados en el seminario.

 
 
En los últimos años, algunos archivos estatales en Italia han sufrido las consecuencias de los recortes presupuestales y han tenido que reducir los horarios de atención a los usuarios investigadores[2], esto ha sido perjudicial para el avance de las investigaciones académicas: si usted es un investigador y revisa cinco volúmenes de documentos, cada uno con 800 folios a la semana y luego por la disponibilidad del material y el horario de atención, solo podrá revisar uno, imagine lo que puede prolongarse una investigación en un archivo.   

 

Este panorama desfavorable ha hecho florecer diversos esfuerzos desde las humanidades digitales, las ciencias sociales y las ciencias de la información, para tomar imágenes de los documentos, describirlos y compartirlos en línea con otros usuarios. En esto consiste precisamente, una de las tareas del Medici Archive Project en su plataforma digital[3], en la que gracias al trabajo colaborativo de estudiantes e investigadores en los últimos 20 años, se han publicado un gran número de documentos de los fondos de la familia Medici que se conservan en este Archivo Estatal y que fueron producidos en el periodo 1370 - 1743. La idea de este tipo de proyectos no solo es abrir la puerta o dar “acceso”, sino de crear herramientas que guíen el camino de los investigadores por el archivo y hacia los materiales que van a fundamentar sus trabajos.

 

Además de las plataformas de descripción y divulgación de documentos, presentaron en el Seminario una serie de índices y catálogos elaborados a lo largo de la historia de varios de los archivos italianos, herramientas fundamentales a las que continúan recurriendo los investigadores para navegar en los voluminosos fondos que se han producido a lo largo de los siglos (13 en el caso del Archivo Estatal de Florencia). Estas herramientas no solo llevan a los investigadores hacia determinado documento, sino que llevan a conocer las formas de organización, las lógicas detrás de esa organización y la llegada de nuevos documentos; en otras palabras, esos índices son documentos en sí mismos que permiten conocer la historia de los archivos.
 

Índices y catálogos en la Biblioteca Marciana de Venecia. Los edificios que albergan esta biblioteca comenzaron a construirse en 1537; sus colecciones, por otra parte, se originan con los documentos y libros donados por el escritor Petrarca a la República de Venecia, en el siglo XIV.

 

 

 

El patrimonio documental italiano es muy extenso. Solamente el archivo estatal de Florencia resguarda cerca de 75 mil metros lineales de documentación histórica. Italia tiene 102 archivos estatales ubicados en las capitales provinciales del país. Estos archivos tienen la misión de resguardar la documentación histórica de los Estados existentes antes de la unificación nacional en 1861. Además de ello, hay 34 seccionales de archivo en ciudades que no son capitales, pero que conservan documentos de un gran valor histórico, y un Archivo Central del Estado ubicado en Roma. A este conjunto de documentación conservado y producido por el Estado, se suman los archivos privados de familias e instituciones que son muy ricos e interesantes[4].

 

Iglesia de Santa Maria Novella en Florencia.

 

Archivo Histórico de Santa Maria Novella, una de las iglesias más importantes de Florencia y que correspondió a uno de los quartieri o divisiones administrativas de la ciudad en el siglo XV.

 

Uno de los depósitos de Santa María Novella en Florencia. La biblioteca de este convento fue construida entre 1338 y 1340, tanto el espacio como las colecciones has tenido grandes transformaciones a través de la historia. 

 

El hábito de documentar y registrar la información en todos los ámbitos, y luego de organizarla y conservarla, mejor dicho: de crear archivo, ha sido muy arraigado en la península itálica y lo podemos evidenciar hoy en la riqueza de su patrimonio documental. En algunas regiones y debido a las vocaciones de banqueros y de mercaderes de sus habitantes, como lo reiteraron en el seminario del MAP, los registros de los negocios y de la vida en general son muy abundantes y detallados. También puede evidenciarse esa tendencia de registrar el mundo con detalle, en los archivos familiares, en los que se conserva bastante información (y muy organizada en muchos casos) de los ámbitos privados de la sociedad.  Posiblemente esa es una de las lecciones más importantes del Seminario y de las distintas experiencias de los archivos italianos: hay unos antecedentes positivos de organización de los documentos por parte de las instituciones, lo que ha facilitado su conservación y su investigación. También las herramientas digitales desarrolladas en las últimas décadas han mejorado la divulgación de los registros, pero lo que ha sido particularmente valioso son los proyectos que han surgido desde lo digital para organizar y pensar los documentos, así como procesos y hechos históricos.  Un ejemplo de ello  es el presentado por la historiadora italiana Paola Molina, desarrollado por el Austrian Institute of of Historical Research y la Biblioteca Nacional de Austria, en Viena, en el que se analiza un tipo documento conocido en las regiones de Italia como Avviso, y que era una especie de periódico o gaceta informativa y manuscrita de la temprana modernidad, que circuló por casi toda Europa, algunas ciudades de América, Asia y el Norte de África. Los temas de estas gacetas iban de lo político y lo religioso hasta reportes de celebraciones y eventos sociales. Hay que recordar que uno de los atributos del llamado “Renacimiento”[5] fue la optimización de las comunicaciones entre distintas regiones de Europa occidental con otras partes del “mundo” conocido hasta entonces, lo que le permitió no solo recibir información de lo que ocurría afuera, sino mostrar los avances en materia de ciencia, tecnología, política, literatura y artes. En el proyecto Fuggerzeitungen además de publicar un gran número de Avvisi digitalizados y descritos, se dibujan las trayectorias de las comunicaciones, se ponen en evidencia unas redes de información existentes en los siglos XVI y XVII, y se señalan los principales lugares de emisión de comunicaciones, entre otros aspectos.

 

 

 

[1] La descripción de los documentos se hace con la norma Isad G. Los archivos se organizan en fondos, secciones, series, de las cuales se han organizado algunas colecciones que están relacionadas con un tema particular.
[2] “Notice of Reduction of Hours, Service at Archivio di Stato di Firenze” (21 de junio de 2019).  Consultado el 21 de julio de 2019: https://www.rsa.org/news/457278/Notice-of-Reduction-of-Hours-Service-at-Archivio-di-Stato-di-Firenze.htm
“L’Archivio di Stato è al collasso. Prof e ricercatori scrivono a Roma” (20 de junio de 2019). Corriere Fiorentino. Consultado el 20 de julio de 2019.
[3] BIA: Building Interactive Archives. http://www.medici.org/mediceo-del-principato/
[4] Miceli, D. (2018). El patrimonio documental en Italia y los programas para su gestión. Revisión del potencial de xDams para un archivo histórico. Tesis del Master Universitario en Bibliotecas, Archivos y Continuidad Digital”, Universidad Carlos III de Madrid. Disponible en: https://www.regesta.com/wp-content/uploads/2018/10/20180927_TFM_Delia_Miceli.pdf
[5] Sobre el concepto histórico de Renacimiento, véase la reseña de Hans Baron, “The First History of the Historical Concept of the Renaissance”. Disponible en: https://www.jstor.org/stable/2707595?seq=1
[6] Tucci, U. (1987). “Ranke and the Venetian Document Market”. Syracuse University Library Associates Courier. Disponible en: https://surface.syr.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1214&context=libassoc