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Uribe Uribe, "la rectitud de su inteligencia y la bondad de su corazón"

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Estando colaborando en El Autonomista, periódico que fundan Alejandro Rodríguez y Maximiliano Grillo, Uribe Uribe era el verdadero director y orientador de la publicación[1]. Como el señor arzobispo se refiriera, citando una encíclica del papa, a las persecuciones que sufrían entonces los católicos italianos, al periodista le pareció que había una “analogía entre la situación de ellos y la de una porción considerable del pueblo colombiano”.
 

Uribe, por Acevedo Bernal. En:
Un defensor de la alegría. Rafael Uribe Uribe. Estudio introductorio de Rafael García.

 

Señala Uribe que “también aquí, Ilustrísimo Señor, se excluyó a un partido numeroso de toda influencia en la organización pública; se le despojó de sus elementos de vida y acción... Se le privó de la seguridad personal de sus miembros, de la expresión de sus ideas, de la libertad de reunión y asociación, de la inviolabilidad de la correspondencia, de la honrada computación de sus votos para designar los mandatarios y se le usurpó el derecho de representación que por ley de igualdad tenía en el gobierno”. Que el partido liberal ya superó, en cambio, el anticlericalismo militante y, entonces, se podía ser católico y liberal. Por ello, pide que “interponga Su Ilustrísima el poder de su autoridad para que en su propia patria cese la opresión preñada de peligros e impere la libertad preñada de esperanzas”[2].

El arzobispo le responde[3], por su puesto, notando que los causantes de los desmanes en Italia son precisamente los liberales y que sus copartidarios de todo el mundo los han aplaudido, incluso los colombianos. Luego le recuerda que, en la Convención de Rionegro, “un apóstol del liberalismo, notable en el foro, en la tribuna y en la prensa”, pronunció unas palabras que no olvidaba el prelado: “Votad, señores, una ley que mande fusilar a los Obispos de Colombia, y habréis salvado la república”.
 

Bernardo Herrera Restrepo (1844-1928)
fue arzobispo de Bogotá, desde 1891 hasta su muerte.

Más abajo, llegamos a la frase que nos interesa: “Los sentimientos que abriga mi corazón me impulsan a consignar aquí una esperanza: que llegue el día en que usted, guiado por la rectitud de su inteligencia y la bondad de su corazón; atraído por las bellezas de esa Iglesia que usted no podrá menos de admirar; y saliendo de la duda a que queda fatalmente reducido quien sólo cuenta con criterios humanos, engañosos por lo mismo y limitados de suyo, caiga por fin de rodillas y diga ‘creo’. ¡Que llegue ese día dichoso para usted y para muchos otros!”.

 

El Dr. Galvis Salazar escribió varias biografías y es la fuente principal de esta nota.

Así pues, confirmamos la fuente que inspiró a monseñor Germán Pinilla para redactar la placa conmemorativa del caudillo liberal, parte del patrimonio de la Universidad del Rosario.

 

[1] Que vivió entre el 20 de septiembre de 1898 y el 18 de octubre de 1899, “porque el general cambió de armas”, según la historiadora Marisol Carreño Martínez.

[2] La carta apareció en El Autonomista de Bogotá, serie II, número 38, 4-11-1898, p. 2-4.

[3] Carta de once de noviembre de 1898. Bogotá: Escuela Tipográfica Salesiana, 1899.