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Papeles de Caldas, angustias de un editor y periodista

portada

Con motivo de otro aniversario de Francisco José de Caldas, reunimos varias piezas en una exposición temporal del Archivo Histórico. Aquí presentaremos un fragmento de un manuscrito suyo, donde esbozaba los artículos que luego aparecerían en el Semanario del Nuevo Reyno de Granada, que editó en el periodo 1808-10.

Comparable con una actual revista universitaria, sus columnas se ocupaban con artículos científicos, correspondencia de los lectores y, últimamente, alguna opinión política del propio Caldas.

Con cierta informalidad y sin solución de continuidad, en el número 47 (26-11-1809), pasa de hablar de la elevación del piso del Observatorio a ventilar sus temores sobre la vida del periódico,"sinó expira en el próxîmo[1] Diciembre, como fundadamente lo tememos". Aquí, en la página 342, principia el desahogo del editor, cuya transcripción compartimos (E04N090):

 

Dato curioso: no menciona, entre sus títulos,
el de catedrático de Matemáticas del Rosario.

 

 

Folio 5 (recto)

 

Sabemos que hombres, por otra parte ilustrados,

 

sienten el miserable gasto de una subscripcion moderada: sabemos

 

que otros decean noticias politicas, que otros quieren coplones, re-

 

Folio 5 (vuelto)

 

medios para la curacion de sus enfermedades: quieren hallar en el

 

Semanario milagros, prodigios para mudar la fortuna y la

 

suerte de sus lectores. Un hacendado se propone hallar en este

 

papel el modo de hacer fructificar sus tierras veinte veces mas

 

que antes; y un minero  desea se  propone quiere que su mina le de

 

1000 pesos por cada golpe de barra. Si se les habla de algunos ha-

 

llazgos economicos como los que ha hecho el Dr. Valenzuela cura

 

de Bucaramanga, y que dieron principio á este año, se enfu-

 

rece la critica contra este sabio y virtuoso eclesiastico: si se les

 

describe alguna planta útil en las Artes, en el Comercio, y en

 

la Medicina, se lanzan papelones injuriosos, llenos de necedad

 

contra sus autores: si se presentan algunos estados de comercio, de

 

poblacion etcetera, se dice seriamente que de que sirve saber la quina

 

que salió de nuestros puertos, los que nacieron, ó los que murieron en

 

tal ó cual ciudad: si se describe el clima, usos, productos de algun

 

trozo del virreynato se censura agriamente á los patriotas que

 

han tenido la generosidad de exponerse á sus tiros: si se presen-

 

tan observaciones geográficas, astronómicas, barometricas, termometricas

 

etcetera se dice que los que han envegecido en el cultivo de estas

 

ciencias son unos charlatanes que sin saber Aritmetica se

 

Folio 6 (recto)

 

erigen en grandes astronomos; se les trata de atrevidos, se les

 

imputa el crimen de que abusan del publico, y que lo engañan

 

si se inserta un escrito inocente á todas luces, que no contiene

 

sinó medidas, latitudes, plantas y que nos dá idea del plan augus-

 

to del Criador en la distribucion de los seres organizados sobre

 

la superficie de nuestro globo, se nos insulta, se nos desacredita, y

 

se hace sospechosa nuestra fe, nuestro culto, nuestra moral, y nuestra fide-

 

lidad: si usamos de las voces tecnicas de las ciencias, lengua-

 

ge necesario, preciso, exacto y que no tiene otro defecto que

 

el ser ignorado de nuestros criticos, se nos llama afectados y pe-

 

dantes: si afuerza de constancia, de trabaxos, y usando de

 

la mas exacta Geometria, medimos á Tolima, por exemplo,

 

se nos trata de visionarios, y se quiere poner en duda las

 

primeras verdades de las Matematicas: si insertamos el catálogo de

 

las obras de un escritor celebrado en la Europa, é inserto en

 

uno de los Mercurios de nuestra corte… Ah! toda la hiel, toda

 

la amargura de una critica desenfrenada se derrama sobre

 

nosotros: si por un amor a nuestro pais, y aun saliendo de los limites

 

que nos prescriben nuestra profecion, hacemos algun ensayo sobre

 

las materias aguas termales, para tener á lo menos una

 

 
Folio 6 (vuelto)

 

diea (idea) imperfecta de las materias que contiene en disolucion, se nos

 

imputan errores que no existen, se hace uso de una fisica absur-

 

da, se equivocan los principios, y al lado de estos despropositos

 

se ponen burlas, sarcasmos, personalidades injuriosas[2]: si usamos

 

de alguna comparacion, si mezclamos algun rasgo historico

 

como el de Senierges en Cuenca, se nos dice que escogemos los

 

hechos mas obscuros, y que todos los ignoran, este hecho público

 

auténtico, consagrado en las relaciones de los sabios del Viage

 

al Equador, y sucedido en nuestro pais, y poco distante de nuestra

 

edad: si apreciamos el estado de… no terminariamos este re-

 

lato doloroso y humillador si quisiesemos numerar las criti-

 

cas y los insultos que hemos merecido por nuestra aplicacion, por

 

nuestro amor á las ciencias, y al pais en que hemos nacido.

 

¿Que progresos pueden hacer las Ciencias, las luces, la ilustra-

 

cion publica en un país con al lado de semejantes censores? Los hombres

 

de luces, aquellos pocos que pueden escribir con utilidad y con

 

gusto temen el diente envenenado, de estos criticos los intimidan y callan y ,  que hacen  de este modo

 

la mas negra traicion á la cultura de su patria: los intimidan

 

y callan . Pocos son los ciudadanos que tienen el valor de verse

 

insultados y pocos los que sufren las necedades y las burlas

 

Folio 7 (recto)

 

por contribuir a la ilustración comun. Nos conzuela el testimonio

 

de una conciencia.  No hallamos una sola linea en el Semanario que 

 

no respete la Religion, las costumbres, las leyes y el Gobierno esta-

 

blecido: hemos hablado á la faz del Reyno, de su ilustre Gefe, de

 

todas las Magistraturas, y de todos los hombres ilustrados: y no

 

hemos recibido todabia reprencion ninguna de los Tribunales, ni

 

de nuestros superiores. ¿En donde, pues, esta oculto ese veneno que difun-

 

de el Semanario? Que se nos señale, que se pruebe, no con neceda-

 

des y con preocumaciones (sic: preocupaciones) hijas de la ignorancia, y del fanatismo,

 

que se prueben esos errores perjudiciales al culto y á las costumbres,

 

también nos conzuela, y les vivimos reconocidos a los sabios sin   

 

que han visto con dolor estos insultos que no hemos merecido, y testi-

 

ficamos todo nuestro reconocimiento a esos patriotas ilustrados, que lexos

 

de calumniar nuestra conducta religiosa y politica, nos han estimula-

 

do á continuar, y han contribuido con sumas considerables a sos-

 

tener un papel, que a pesar de sus defectos, hace honor al Reyno

 

y a los literatos que le han formado. Tales son Don Joseph Casama-

 

yor de Cartagena, Don Nicolas Tanco, Don Joseph Braximo, de Panamá, y el

 

Doctor Don Eloy Valenzuela, cura de Bucaramanga. Este sabio, este

 

religioso, este ilustre zelozo eclesiástico ha contribuido con todas sus

 

fuerzas , con dinero, con exortaciones, con todas sus fuerzas á

 

sostener este papel, que otros menos sabios  ilustrados, han querido

 

 

Caldas, científico y editor.

 

Folio 7 (vuelto) todo el texto con tachado vertical.

 

tratar, como de inmoral y de irreligioso[3].

 

 

 

Cansados de insultos, de calumnias, y de detracciones

 

insensatas hemos resuelto no probocar la tercera subscripcion para

 

1810. Cedemos el puesto á nuestros censores, y estamos bien segu-

 

ros que no escribiran una sola página en honor, y en utilidad

 

de su país. Decean  estos aman destruir, y nunca quieren edi-

 

ficar la patria, y la posteridad les será reconocida por estos

 

servicios señalados, y les colocara entre los hijos que han contri-

 

buido á sostener las densas tinieblas que nos cercan. Esta que

 

juzga no tiene pasiones y que sus juicios son inexorables nos colocara

 

en nuestro verdadero lugar, y decidira de nuestro verdadero merito.

 

Temiendo

 

La subscripcion del primer año fue copiosa; y bastó

 

Para la del segundo, aunque no tan grande, ha sufrido los gastos

 

de imprecion, y tememos fundadamente que la tercera no alcan-

 

sará ni aun para esto. Con estas miras hemos resuelto no

 

pedir ninguna subscribcion Por otra parte la acrimonia de nuestros

 

censores, las intenciones impoliticas, y poco christianas, de hacer

 

sospechoso el papel mas inosente nos obliga á no recibir nueva

 

subscripcion para el Semanario. Este papel serio, cientifico, con-

 

sagrado á depositar los conocimientos que tenemos sobre el Nuevo Reino de Granada, en

 

memorias que puedan servir al labrador, al artista, al sabio

 

 

Recomendado: contexto del Semanario, por Mauricio Nieto, y edición digital por la Biblioteca Nacional.

 

[1] La i así tildada indica que la equis anterior debe leerse como tal y no como jota. Es decir, sin tilde leeríamos “prójimo”.

[2] Sofismas cuyo propósito es “tergiversar la discusión, dirigiéndola no sobre la resolución, sino sobre el hombre que la propone; de tal modo que la preocupación que suscita contra la persona, recaiga sobre la providencia”. Cfr. Tratado de los sofismas, sacado de los manuscritos de Jeremías Bentham, jurisconsulto inglés, por Esteban Dumont. Madrid: Imprenta de D. L. Amarita, 1834; p. 84.

[3] Hasta aquí llega el texto publicado. Lo restante es inédito.