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El voto racional y la política actual

Ricardo Andrés Roa Castelllanos, Ph.D.

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Hace pocas décadas el ejercicio de la política se pensaba poco. La persona nacía en un hogar de tendencia liberal o conservadora, y votaba acorde. El caso anecdótico solía ser aquel donde cada uno de los padres enarbolaba una tendencia política diferente, y los hijos debían escoger su tendencia. Todo pasa. Este contexto en su mayoría también se ha desdibujado.

Sociológicamente, puede decirse que quizás porque los jóvenes pasan ahora más tiempo con sus amigos, profesores y compañeros de estudio o aficiones, antes que con sus padres, las influencias políticas por la vía familiar, se han visto atenuadas. El afán de identificación y pertenencia a grupos dentro de su sociedad, produce que los jóvenes se decanten en aspectos políticos de acuerdo a gustos que predominan entre sus conocidos y amistades, sean estas reales o virtuales. La juventud y los adultos de hoy suelen verse atraídos por grupos y afinidades de diversa índole. El hombre, según Aristóteles, al fin y al cabo es un animal social. No muchos, empero, dan prioridad a la lectura de libros históricos, técnicos, o de no-ficción, cuando se trata de votar. Al mismo tiempo, gran parte del contingente actual de la juventud tiene una aversión cultural al aburrimiento, es decir, el ocio de donde deriva la posibilidad de meditar o analizar. Al mermar el espacio para pensar, la sociedad del entretenimiento colma los tiempos y movimientos. En consecuencia, quien no cultiva su opinión personal -como dice el dicho- sólo le queda la opinión pública. Profundizar en temas de política e ideologías, exige conocimiento conjugado con responsabilidad, revisión histórica, desde luego, odiosas comparaciones, y ánimo tanto de aprendizaje como de des-aprendizaje. Surge entonces la pregunta:

¿Cómo votar bien o de manera responsable?

Francia conoce los riesgos enormes que significan decisiones unilaterales de este tipo, en una región con un enorme potencial para la violencia. El proceso de descolonización dejó una consciencia importante y una prudencia, que contrasta con el impulso irracional de Estados Unidos las últimas dos décadas. En su momento el gobierno de Jacques Chirac fue feroz opositor a la intervención en Irak, pues preveía en el fondo, el desastre que tal acción podía dejar en la zona. Desgraciadamente, tal escenario terminó ocurriendo, sin que Estados Unidos hubiera advertido las lecciones de semejante error.

El voto debe ser el resultado de un proceso racional de análisis. Con ello, los votos pasionales (en la dualidad razón-pasión) implican varios riesgos indeseables: el haber sido manipulado a través de las emociones, originar mayor fragmentación social a la existente, escoger la peor opción puesto que quien no tiene planes convincentes debe recurrir al engaño para posicionarse. Básicamente, desde el sector académico por convencionalismo, por ética, y por criterio de verdad, el voto responsable es gestado en la más concienzuda recopilación de información y valoración ética según hechos comprobables(en la Ética Nicomaquea, Aristóteles explica que el objeto del estudio ético es exactamente el proveer a la Polis, ciudadanos formados para un correcto y justo ejercicio político. La ética conduce a aquello que conviene: un buen mandatario conviene a la Polis).

Cuando el voto es racional, se debe prestar especial atención a las “propuestas” de los candidatos. ¿Son factibles? ¿Pueden ser realizadas? ¿Tienen asidero en la realidad?

De no ser así, al ser capaz de emocionar a su potencial electorado, pero basarse en fantasías, el político se convierte en un demagogo.

La demagogia es una instancia de degeneración socio-politica de la democracia para Juan Jacobo Rousseau, quien explica estas tipologías en su obra “El Contrato Social”.

Probablemente, fundar el voto en los mejores programas suena lógico pero “en la vida real” es una de las cosas que menos se hace. En los vicios cotidianos de la política, el electorado suele adherirse más al “carisma” de las personas o los “partidos” antes que a las ideas políticas producidas y enarboladas por los candidatos. La personalidad del candidato es tema clave. En últimas gobernantes arbitrarios o desquiciados abusan de sus pueblos. Gobernantes sabios son un alivio social. El mito del cambio o la conversión mágica de personalidad suele ser un engaño.

No obstante, son los proyectos programáticos y el conocimiento de causa lo que también importa de forma práctica en el escenario post-elección.

El voto racional debe ir dirigido a pensar la mejoría nacional. La inducción de crisis, los ensayos sociales, las ideologías fallidas, los extremismos o fundamentalismos, no deben tener cabida en un voto que se quiere responsable.

Debe notarse si el diagnóstico político sobre la sociedad es realista y si las medidas que propone también lo son. Técnicas ideológicas para ganarse prosélitos, por lo general, involucran el construir enemigos imaginarios (la “otra clase”, los de la “otra etnia”, los “enemigos” ideológicos, etc.).

Cuando el discurso es ocupado en mayor medida por ataques personales o grupales que por propuestas de desarrollo económico y protección social, es mejor cambiar de candidato.

Simultáneamente, debe velarse porque la historia de vida del candidato no implique mentiras, engaños al público o falta de cumplimiento como funcionario. Mucho menos condenas judiciales.

Desempeño

La política contemporánea determina que el funcionario posea dotes gerenciales y ejecutivas. Su historial de trabajo tiene que ser bueno. La preparación académica conviene que refleje un alto interés por estudios que puedan ser de beneficio para las necesidades sociales.

La llamada Aristocracia, etimológicamente, significa el gobierno de la excelencia desde las raíces griegas de los términos. El desvirtuado término, hoy en día, se malentiende como el gobierno de gente arribista, con títulos de nobleza o, simplemente, “estirados”. Pero en realidad el modelo connota un gran norte por cuanto excede la idea de la mera meritocracia.

La excelencia en el gobierno es la garantía técnica, social y moral de ser correctamente conducidos para el bien de todos, en respeto a las vocaciones y otros signos necesarios de biodiversidad y riqueza social.

Si el candidato ha fingido o aparentado tener títulos que no tiene: DESCÁRTELO. Eso hace parte de sus alcances morales. No son de poca monta los intentos de “suplantación profesional” que en cargos de menor trascendencia nacional, como ejercicios médicos, de ingeniería, o judiciales, son claramente condenados por la ley penal.

¿Qué ideología tiene su candidato? ¿Es capitalista, socialista, comunista? ¿Estatista o pro-libertad? ¿Respeta las creencias ajenas o las ataca?

¿El candidato entraña vicios para la democracia?

Los vicios o degeneraciones principales de los cuales tiene que cuidarse la democracia, según Rousseau (ídem), son los siguientes en las condiciones contemporáneas y son motivo suficiente para dirigir el voto a otra opción:

• Anarquía: Desde sus raíces griegas significaría llegar a un estado político sin orden. El ideal según el cual cada cual se gobierne sólo ha terminado por ser una ficción que en realidad engendra el caos social.

• Oclocracia: Gobierno de muchedumbres sin formación por lo general es una consecuencia de políticos y/o gobiernos demagogos.

• Plutocracia: Gobierno de los más ricos.

• Despotismo: Trato desconsiderado y que no oye las necesidades públicas.

• Dictadura: Una considerable cantidad de dictadores han mantenido una fingida democracia, como es la democracia de partido único. Con ella no hay libertad para postularse, para tener opciones que representen distintas formas de pensar y los tratos suelen ser de no aceptación hacia la oposición.

• Tiranía: El mandatario opta por la violencia y la crueldad como método para mantener el poder.

• Cleptocracia: Este es un neologismo que resume formas de corrupción como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado sistematizado. El candidato roba los bienes públicos desviándolos lejos de la aplicación para bien de sus gobernados y haciendo del interés general, el beneficio personal.

Manipulación en la práctica: Falsas encuestas

Las últimas elecciones en Costa Rica aumentaron la desconfianza creciente sobre las encuestas políticas.

La degradación ha llevado a convertir un instrumento de sondeo de preferencias en un pretendido formador de opinión. De esta manera en múltiples episodios durante los últimos lustros las campañas presidenciales han querido dar por ganador a candidatos con quienes el medio de comunicación o la empresa encuestadora se sienten más cómodos.

Los medios masivos de comunicación con este tipo de encuestas daban por ganador excepto en un caso a Fabricio Alvarado, después de haber bajado al candidato Carlos Alvarado quien resultó ser, en la realidad, el presidente electo de la nación centroamericana.

Ante la manipulación o errores de procesamiento de unas firmas encuestadoras, entonces, sesgadas o deficientes, la virtualidad y la realidad no han vuelto a coincidir.

Algo similar ocurrió con el chileno Sebastián Piñera, que de acuerdo con previos sondeos y encuestas públicas perdía en medios filosocialistas, ante su mayor contrincante Guillier . En la vida real Piñera ganó por más de 9 puntos.

La pugna entre Hillary Clinton y Donald Trump resultó ser un fiasco notable para las firmas encuestadoras. La exsecretaria de Estado recibió un desmedido apoyo de medios tales como CNN, New York Times o The Independent. Los resultados daban más de 90% de apabullante victoria a la candidata considerando evaluaciones de los colegios electorales . Hoy el presidente es D. J. Trump.

En Colombia, también ha habido yerros notorios. En la segunda vuelta de 2014 el ganador era el candidato Zuluaga. Santos resultó victorioso por miles de votos.

Más recientemente, los grandes medios nulificaron, con un constante 6%, a un político cuyo partido, sin embrago, había sacado 16 curules al senado y 30 Representantes a la Cámara. Estamos hablando de German Vargas Lleras.

¿Posibles causas de error? Las afiliaciones políticas de los directores de las firmas. Cifras y Conceptos ha sido señalada antes de parcialización . ¿O acaso las profesiones de sus directores, al ser casi ninguno estadístico y sí politólogos, comunicadores o ingenieros? La muestra en extremo baja (en promedio 1000 a 1500 encuestados como representación de 20 millones de votantes potenciales), puede ser una cifra muy vagamente representativa para ponderados nacionales. ¿Se dan los resultados de acuerdo a quien contrata el sondeo o la encuesta? ¿El propósito es intencionalmente manipulador , como ocurrió en la encuesta mucho más sólida, con más de 8000 personas censadas tras la entrevista a Juan Carlos Pinzón, donde al día siguiente se invirtieron los resultados en la emisión de CM&, favoreciendo al candidato perdedor Duque?

En consecuencia, el resumen es: vote a conciencia, vote a favor de la libertad y la democracia, no por superfluas modas, ni por charlatanes. Vea los programas de gobierno, la experiencia y resultados que como funcionario el candidato ha tenido. Finalmente, tenga presente que deposita usted en una persona no sólo el futuro de su país, sino su vida, la de su familia y negocios, su libertad y la de la vida económica, que puede ser ayudada o complicada, según quien gane en la realidad.

Bibliografía


URL:https://www.nacion.com/el-pais/politica/encuesta-de-ucr-muestra-empate-tecnico-carlos/6JKYW2DP2BHODJEUBB62ZRK7UQ/story/

http://www.laprensalibre.cr/Noticias/detalle/131227/una:-carlos-alvarado-52-,-fabricio-alvarado-29-

URL:http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/encuestas-presidenciales/encuesta-cerc-mori-guillier-le-gana-a-pinera-en-segunda-vuelta/2017-07-03/142620.html

URL: https://elpais.com/internacional/2017/12/17/america/1513524486_934861.html

URL:https://www.independent.co.uk/news/world/americas/sam-wang-princeton-election-consortium-poll-hillary-clinton-donald-trump-victory-a7399671.html

URL: https://www.elespectador.com/noticias/temadeldia/pifia-de-encuestas-articulo-595349

URL: https://fivethirtyeight.com/features/fake-polls-are-a-real-problem/