J. V. Castro Silva, canonista
Recientemente, hemos tenido noticia de la existencia de un diploma latino (FCS 262.13 U54), parte de la donación de monseñor José Vicente Castro Silva. Documento que a continuación publicamos y comentamos:
Los papas Julio III y Pío IV habían concedido a san Ignacio y a sus sucesores el derecho de conferir grados doctorales en Teología y Filosofía. Luego, Gregorio XIII construyó el Colegio Romano, conocido por ello como Gregoriano. El fundador se propuso ampliar el alcance de la instrucción más allá de los alumnos de la Compañía, educando la juventud romana en Religión y Artes para que enseñaran los dogmas católicos por todo el mundo. Propósito que quedó fijado en la Constitución Apostólica de 7 de mayo de 1578.
Restaurada la Compañía en 1814 por Pío VII, recibió el Colegio de manos de León XII. En 17 de mayo de 1824, el papa ratificó la facultad que tenía la institución.
No tienen paz para enseñar los jesuitas: alude el documento a un cambio de la situación tal que, en 1873, se les expulsó de allí injuriosamente. Así que Pío IX les permitió ejercer la facultad trasladando las escuelas a otra parte; además de añadir a las existentes una Facultad de Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana. Ello lo ratificó León XIII en documento apostólico de 29 de julio de 1886.
El rector, Ludovico Querini, el 14 de julio de 1908, designó cuatro doctores para examinar a José Vicente Castro, luego de completar los estudios de Derecho canónico. Castro demostró, oralmente y por escrito, que poseía la disciplina congruenter (apropiadamente), por lo cual era merecedor del grado doctoral.
Nótese que el diploma da como equivalentes los títulos de doctor y maestro. Hay una nota final. A pesar del grado obtenido para enseñar, no puede ejercer sin previa autorización de quien tenga el derecho de darla: en caso de Castro Silva, sería el arzobispo de Bogotá.
Efectivamente, vemos al Dr. Castro Silva en poder de la cátedra de Derecho canónico en el mosaico de 1909: