Hace tan solo un poco más de un año el mundo de la Paleontología se sorprendió con el descubrimiento de fósiles de tortuga que habitaron los ríos y lagos del norte de Suramérica hace aproximadamente 13 millones de años. Estos fósiles que alcanzaron a medir los cuatro metros de longitud, constituyendo no solo la tortuga de agua dulce más grande de la historia, sino una de las más grandes en de este fascinante grupo de animales.
Ahora, el Dr. Edwin Cadena, paleontológo y profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Universidad del Rosario, líder del grupo de Paleontología Neotropical Tradicional y Molecuar de esta Universidad, junto con su equipo de aliados tanto colombianos como estadounidenses, descubrieron un fósil en el desierto de la Tatacoa, departamento del Huila, que representa un hito para esta especie extinta de tortuga, denominada Stupendemys geographica.
“El nuevo fósil constituye el primer espécimen de esta especie para el cual cráneo y concha se han encontrado juntos, lo cual permite conocer en mayor detalle cómo era la apariencia de esta especie extinta, y no solo eso, sino que también representa un individuo juvenil lo que permite entender como esta tortuga gigante crecía e iba modificando su concha similar a como lo hacen las grandes tortugas de las islas Galápagos que van cambiando la forma de su concha desde que son infantes, juveniles y finalmente adultos con muchos más bordes salientes en el caparazón muy cerca del cuello”, dice Cadena.
Los resultados de esta nueva investigación fueron recientemente publicados en la revista internacional de acceso abierto Heliyon. “Mostrando una vez más que el registro fósil de Colombia aún está muy pobremente conocido y que la posibilidad de nuevos y grandes descubrimientos continuará en las próximas decadas”, menciona Cadena.
Nova et Vetera habló con el profesor Cadena para conocer más sobre este descubrimiento.
Nova et Vetera: ¿Qué impacto tiene este descubrimiento para el país y el mundo?
Edwin Cadena: Para el país, es una muestra de la riqueza paleontológica que tiene Colombia y fortalece el interés actual de la protección del patrimonio paleontológico de la nación. A su vez, es un descubrimiento que beneficia a comunidades del norte del Departamento del Huila en la consolidación de una oferta novedosa y sostenible de turismo científico paleontológico.
Ahora bien, para el mundo y la comunidad científica paleontológica es un descubrimiento que muestra la gran diversidad en términos de reptiles que tuvo el bosque tropical del norte de Suramérica hace 13 millones de años, y también sus diferentes adaptaciones ecológicas.
NetV: ¿Qué sigue luego de este descubrimiento? ¿hay más investigaciones al respecto?
E.C: Sí, tenemos al menos tres nuevos descubrimientos de tortugas fósiles que estamos estudiando y esperamos sean publicados en el próximo año. A su vez hay muchos otros grupos fósiles como mamíferos, pterosaurios y plesiosaurios los cuales también estaremos estudiando desde el grupo de investigación en Paleontología Neotropical Tradicional y Molecular (PaleoNeo) de la Facultad de Ciencias Naturales en el 2022.
NetV: ¿Dónde se encontró este fósil y qué dice este descubrimiento sobre el lugar donde se encontró? ¿Qué nueva información o a qué conclusiones nos lleva?
E.C: El fósil fue encontrado en la región norte del bosque seco tropical de la Tatacoa, comúnmente conocido como Desierto de la Tatacoa, muy cerca del Centro Poblado La Victoria, en el Huila. Este fósil muestra el enorme potencial que tiene la zona en términos paleontológicos y a su vez nos cuenta aspectos del ambiente pasado de un sistema grande de ríos y lagos que existió en el norte de Suramérica durante la época geológica conocida como el Mioceno.
Este fósil representa el primero de estado juvenil encontrado para la especie Stupendemys geographica, la especie extinta de tortuga de agua dulce más grande que ha existido en la Tierra y una de las más grandes en la evolución de estos reptiles. A su vez, nos muestra los cambios que le ocurrian a la concha de esta especie a medida que iba creciendo (algo que los biólogos y paleontólogos llamamos ontogenia), en particular con la aparición de una placa ósea vertical a la base del cuello, algo que se observa por ejemplo en las tortugas más adultas de las Islas Galápagos en Ecuador.
Además, en este estudio mostramos fósiles nuevos de una segunda especie que también alcanzo gran tamaño y que anteriormente solo se tenía registro en Brasil, a más o menos 1500 kilómetros de distancia desde la Tatacoa, este nuevo registro de la especie Caninemys tridentata es uno de los mejores cráneos que se conoce hasta el momento y que nos permite concluir que el ecosistema hace 13 millones de años podía albergar dos especies de tortugas gigantes al mismo tiempo sin generar competencia ecológica, algo que ya se había documentado en cocodrilos fósiles de esta zona pero no en tortugas.
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Cadena, E.A. et al. (2021). Heliyon. https://doi.org/10.1016/j.heliyon.2021.e08591
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