El docto Velasco: un canto religioso para la Bordadita
En 1836, y respondiendo negativamente a una solicitud pecuniaria, Marcelino de Castro se excusa diciendo que ya contribuyó, en 1826, a la reconstrucción del Colegio. De pasada, ofrece unos datos históricos sobre un asunto enteramente diferente: la música en Bogotá.
Principia así: “En el año de 1826, vimos con asombro salir de entre sus ruinas, i sobre las manos de sus hijos, al Colegio del Rosario”, entonces Castro hizo uno de los mayores aportes. Luego, cuando no tenía el Colegio para celebra la fiesta de la Bordadita, de nuevo el rector Sotomayor le pidió apoyo, además de permitirle predicar el sermón “i estrenár el canto nuevo que para solemnisár mas la fiesta, dirijió el docto Velasco” [AHUR, caja 27 ff. 162-3].
Marcelino de Castro es el único rosarista que aparece retratado el día de su grado.
Música en tiempos de la Independencia
Dos músicos descollaron en el periodo: José María Cancino y Juan Antonio Velasco. El último, oriundo de Popayán, compuso canciones patrióticas; razón por la cual Morillo lo castigó con cárcel, destierro a Lima y multa en dinero. Parece que había vuelto, por 1824, y se dedicaba a las bandas militares. en su casa, organizó conciertos donde se oyó por primera vez la obra de los clásicos alemanes, a quienes admiraba. En 1826, dirigió el concierto de bienvenida a Bolívar, procedente de Lima. Velasco fue también catedrático, particular y en colegios, fundador de una academia musical en la iglesia de La Candelaria. Profesión ímproba que le hacía lamentar, en 1850, haberle dedicado la vida para encontrarse reducido a miseria[1].
Nada más sabemos del “canto nuevo” de Velasco, cuyo nombre suele aparecer en las historias de la música en Colombia, pero poco se conserva de su obra.
[1] Martínez, A. (1932). Reseña histórica sobre la música en Colombia, desde la época de la Colonia hasta la fundación de la Academia Nacional de Música. Anuario de la Academia de Bellas Artes de Colombia, 1-13.