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Los cuentos de Valen y Malau (“corregidos”)

Jairo Hernán Ortega Ortega, MD.

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A Valentina y María Laura
 
con todo  mi amor,
 
porque con ellas aprendí a ser papá.

Hoy, sin darme cuenta, mis hijas han crecido; la mayor tiene 17 años, la menor 16. Siento que cada día es más complejo comunicarse con ellas. No tanto comunicarse sino simplemente hablar al aroma de una comida o al calor de una chimenea o alrededor de un libro. Influyen sus edades, intereses, necesidades, entorno y, de manera muy especial los medios sociales, la pregonada red (WhatsApp, Twitter, YouTube, Chrome, Google Drive, Outlook, Uber, Skype, Snapchat, Spreaker, Messenger, Instagram, Facebook…)
 
Pero no desconozco que también soy parte del problema. Recapitulo y retrocedo la película de mi vida de padre encontrando maravillosos recuerdos, los cuales me confirman que alguna vez hablé con mis hijas, no sólo eso, las escuché y hasta, por petición de ellas, les “corregí” sus historias.
 
Aquí plasmo un testimonio para que abandonemos el computador, el celular o la tableta por un segundo, un minuto, una hora o más y hablemos. Comuniquémonos cara a cara con quienes amamos, con quienes laboramos, con quienes vivimos. Hablemos y escuchemos en directo y en vivo, mientras lo estemos.

VALEN Y MALAU

Valentina y María Laura, son dos inquietas niñas. Son hermanas.
 
A Valentina le encanta que le digan Valen y, a María Laura, que la llamen Malau.
 
Valen tiene ojos negros, grandes, y su cabello es largo, liso y de color castaño. El cabello de Malau es negro y ondulado, sus ojos son de color miel tras de sus anteojos tornasolados. A Malau le divierte vestirse en tonalidades azules; a Valentina le encantan los rosados.

Cuando Malau sonríe, dos graciosos huequitos adornan sus cachetes. La sonrisa de Valen es amplía, sonora y contagiosa.
Por tener ocho años, Valen es la mayor; cumple años en el mes más hermoso del calendario: diciembre. Malau, con seis años, cumple en el mes de los pescados: marzo.
 
Malau es feliz tocando el piano y el ukelele. Valen, pintando e imaginando historias.
 
Estas simpáticas hermanas tienen tres cosas en común:
 
1)Estudian en el mismo colegio, el de los Tréboles con Gnomos Verdes.
2)Adoran inventar juegos y juegan y juegan y juegan.
3)Les encanta escribir. A veces escriben en letra imprenta, pero en realidad les fascina la letra pegada.
 
Además, guardan un secreto a todo viento: aman, idolatran a su mamá Pattico.
 
Y lo que les gusta escribir son cuentos. Esos cuentos son los que vamos a leer a continuación. Por eso este artículo se llama Los Cuentos de Valen y Malau. 
 
Son “corregidos” porque, como Valen y Malau aún son pequeñas; lo normal, por sus edades, es que no dominen el escribir bien las palabras, o sea, lo que los adultos llaman ortografía, redacción, sintaxis y todas esas cosas.
 
Esa palabra,” corregidos”, lo que indica es que, al lado del cuento escrito por ellas, va a estar el mismo cuento pero escrito con buena ortografía (dizque la de los grandes). Entonces, vamos a leer dos veces el mismo cuento: la versión original, de ellas, y la de los adultos.
 
Únicamente, los dos últimos cuentos, por ser más largos, se presentan ya corregidos.
 
De esa forma, Valen y Malau aprenden a escribir bien, ustedes también y, por supuesto, también nosotros los papás.
 
Ahora, lo más importante es divertirnos leyendo los cuentos. Entonces, iniciemos la alegría de leer.

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EL GANSO
Habia una vez un ganso bonito y lindo que tenia una casa grande y bonita con piscina y hacian fiestas, comidas, y bailaban.

EL GANSO (“Corregido”)

Había una vez, un ganso bonito y lindo que tenía una casa grande y bonita; con piscina. Y hacían fiestas, comidas, y bailaban.

LA VAQUITA  

Había una vez una vaquita que todos los días hiva al mercado a vender leche con bocadillo siempre cuando llegaba ala casa se tomaba un vaso de leche que le sobrava.

LA VAQUITA (“Corregido”)
Había una vez, una vaquita que todos los días iba al mercado a vender leche con bocadillo. Siempre, cuando llegaba a la casa, se tomaba un vaso de leche que le sobraba.


LA OBEJITA

Había una vez una obejita llamada serafina ella vivía en una linda casita echa de lana era muy caliete ella vivía feliz y contenta.

LA OVEJITA (“Corregido”)

Había una vez, una ovejita llamada Serafina. Ella vivía en una linda casita hecha de lana; era muy caliente. Ella vivía feliz y contenta.

LA CONEJITA

Habia una vez una conejita muy famosa porque era rica y se llamaba patico todas las Amigas le decian rica hasta que un Dia se aburrio y se desaparecio de la ciudad y un dia volvio a la ciudad y ella y sus Ami)gas fueron felices siempre.

LA CONEJITA (“Corregido”)

Había una vez, una conejita muy famosa porque era rica y se llamaba Patico. Todas las amigas le decían rica. Hasta que un día se aburrió y se desapareció de la ciudad. Y, un día, volvió a la ciudad y ella y sus amigas fueron felices siempre.

EL GATICO

Habia un gatico muy lindo llamado jairito era muy tierno y amable y un dia se perdio estaba asustado unos Amigos lo rescataron y vivio feliz siempre.

EL GATICO (“Corregido”)

Había un gatico muy lindo, llamado Jairito. Era muy tierno y amable. Un día, se perdió. Estaba asustado. Unos amigos lo rescataron y vivió feliz siempre

EL CERDITO

Habia una vez un cerdito llamado Lalo tenía una colita muy bonita vivia en una caballa en el campo con sus Amigos.

EL CERDITO (“Corregido”)

Había una vez, un cerdito llamado Lalo. Tenía una colita muy bonita. Vivía en una cabaña, en el campo, con sus amigos

EL CABALLITO

Habia una vez un Caballito llamado Cabi era un poco jugueto ´n y bailarin cantaba en Esenarios y tambien a sus Amigos.
 

EL CABALLITO (“Corregido”)


Había una vez, un caballito llamado Cabi. Era un poco juguetón y bailarín. Cantaba en escenarios y también a sus amigos.
 

EL PERRITO

 
Habia una vez un Perrito muy bonito llamado Paco era inteligente y con muchos Amigos hacian ponques bailaban jugaban, festejaban y eran felices.
 

EL PERRITO (“Corregido”)

 
Había una vez, un perrito lllamado Paco. Era inteligente y con muchos amigos. Hacían ponqués, bailaban, jugaban, festejaban y eran felices.
 
 

¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

 
Había una vez, un bosque no muy cercano a la ciudad. Allí vivía una rana llamada Luciana.

Ella quería saber dónde estaba su familia, así que partió de viaje a la ciudad. Se fue por la mañana, temprano, y tomó el tren más cercano.
 
Llegó a la ciudad; alquiló una habitación en la plaza del pueblo, en una pensión llamada “Las Ranas”. A la mañana siguiente tomó, de desayuno, chocolate caliente con queso y pan.
 
Partió hacia el centro y empezó a buscar. Día y noche buscó, hasta que se cansó y se atacó a llorar en el pozo del centro. Pero pasó un sapo muy apuesto y le dijo:

-¿Qué te pasa?
-No nada –respondió Luciana, es que no encuentro a mi familia.
¿ Entonces el sapo apuesto le dijo:
¿ -Te llevo a tu casa.
¿ -Sí, gracias –contestó la rana.

El sapo la llevó en su moto hasta la pensión y desde ese día fueron novios. Al día siguiente, el sapo apuesto, recogió a Luciana y la llevó hasta la Universidad. Y por la tarde fue a recogerla en su moto.

El sapo tenía, en sus manos, una caja hermosa, con decorados de diamantes. Luciana le dijo:

-¿Qué tienes en esa caja?
-Un anillo para ti, de compromiso.
Entonces, el sapo se arrodilló y le pidió que se casará con él. Ella le contestó que si.

Al día siguiente, el sapo apuesto, encontró a la familia de Luciana. Corrió con ellos hasta la pensión donde vivía la rana. Luciana le dio un gran abrazo a toda su familia.

El domingo, por la noche, se casaron y vivieron felices para siempre.

CARTA A MIS AMIGAS DEL COLEGIO

Hola Silvi:
 
Siempre te voy a querer. A ti y a todas.
Si algún día me necesitas, no dudes en llamarme.
Cuéntame lo que quieras.
Muestra esta carta cuando yo ya no esté en el colegio. Muéstrasela a todas las de segundo. No la muestres a ninguna profe.
Pregunta por mí en los teléfonos: 56718744 – 3101118949.
No le des a nadie mis teléfonos, excepto a la persona que tu más quieras.
Nunca cambien, las amo a todas. Las amo, nunca las olvidaré.
 
¡Ah!, y nunca olviden esto: la paz llegará a ustedes, cuando ustedes lo quieran.

Terminada esta lectura espero sus respuestas a esta pregunta: ¿Cierto que vale la pena desconectarse para conectarse con la realidad de la felicidad? Hablemos y escuchemos en directo y en vivo, mientras lo estemos.