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Tres poemas de W.B. Yeats

Tomas Molina

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William Butler Yeats es uno de los poetas en lengua inglesa más importantes del siglo XX. La inmensa calidad de su obra le hizo ganar el premio Nobel de literatura en 1923, pero algunas de sus mejores obras son posteriores a ese año. Su influencia se ha extendido ampliamente en el tiempo y el espacio. En el mundo anglosajón ha trascendido la poesía: tenemos incluso películas y novelas que derivan sus títulos de versos de Yeats, como No country for old men. Ha sido también muy apreciado por escritores de nuestro medio latinoamericano, como Jorge Luis Borges y Nicolás Gómez Dávila. El primero usó la poesía del irlandés como epígrafe de dos cuentos suyos (Tema del traidor y del héroe y Biografía de Tadeo Isidoro Cruz), mientras el filósofo colombiano se refiere a él como uno de los grandes poetas modernos: “los grandes poetas modernos, de Goethe a Yeats, no son hijos de Prometeo, sino vástagos de las Sibilas proféticas”, dice en uno de sus escolios.
 
Yeats es ampliamente reconocido por usar las formas poéticas más tradicionales de manera magistral, incluyendo al mismo tiempo elementos originales y modernistas que les daban un aire más fresco. En Colombia, Yeats todavía es leído y apreciado por quienes se dedican a la literatura profesionalmente, pero permanece en relativa oscuridad entre el público más casual. Las traducciones que se presentan a continuación tienen como propósito abrirlo un poco más a quienes tienen interés en la poesía, pero no pretenden de ningún modo reemplazar la lectura de los versos en inglés. Mientras el poeta es el constructor auténtico del edificio, el traductor meramente puede esbozar una copia hecha con otros materiales.
 

Los hombres mejoran con los años
 
Los sueños me han consumido;
En las aguas del torrente
un tritón de mármol
por los elementos desgastado.
Paso el día contemplando
la belleza de una dama
como en un libro
una belleza retratada.
Qué placer llenar mis ojos
y mis oídos perceptivos
contento de no ser sabio,
pues los hombres mejoran con los años;
Aun así…aun así…
¿Es este mi sueño o la verdad?
Ah, si tan solo nos hubiésemos conocido
cuando tenía mi ardiente juventud;
pero ahora envejezco entre sueños,
un lánguido tritón de mármol
por los elementos desgastado.
 
Él desea los paños celestiales
 
Si tuviese yo los celestiales paños,
bordados con argéntea y dorada luz;
los azules, tenues y oscuros paños
de la noche y la luz y la media luz,
yo los extendería bajo tus pies:
pero, siendo pobre, solo tengo sueños.
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Camina suavemente
Pues caminas sobre mis sueños.
 
Aceite y sangre
 
En tumbas de oro y lapislázuli
cuerpos de hombres y mujeres santos
exudan aceites milagrosos,
fragancias de violetas.
Pero bajo los pesados cúmulos
de arcilla pisoteada
descansan cuerpos de vampiros
llenos de sangre;
Sus mortajas están ensangrentadas
y sus labios húmedos.

*Fuente de la imagen principal: Yeats en 1923 Dominio público