También indicamos si el proyecto fue sancionado como ley, está en trámite o fue archivado. Para proyectos “pupitreados”, revisamos la lista de asistencia en el acta de plenaria y registramos los asistentes como votos a favor, a menos que se registre una votación inmediatamente anterior. A quienes no votan los marcamos como abstención, pues exceptuando los casos explícitos en las actas, no tenemos forma de conocer los motivos que explican las ausencias en el recinto. Hemos elegido registrar la abstención como una posición en sí misma, una tercera opción entre el sí y el no. Ocurre en efecto que congresistas elijan esta opción conscientemente estando presente en la sesión, y es a veces incluso una posición colectiva decidida en bancada. En este sentido, consideramos la opción de abstención como una posición exactamente como el sí o el no, que puede ser la posición mayoritaria de una bancada. Esto es contestable porque no tenemos la posibilidad de saber cuándo la abstención es realmente una posición política asumida y cuando resulta simplemente de la ausencia del congresista en la sesión, pero nos parece una solución mejor que solo registrar los sí y no.

En los casos en los que un congresista se retira o es forzado a dejar su cargo, tenemos en cuenta los registros de su participación hasta el momento en el que abandona el Senado o la Cámara, para efectuar los cálculos. De la misma manera, si llega un congresista a reemplazar al que se retiró, contamos sus votos desde el momento en el que ingresa a la corporación y el total de miembros/votos en un partido no varía sino transitoriamente en tanto se posesiona el reemplazo, bien sea temporal o permanente.