José Alejandro Cheyne García: “Las universidades tienen el reto de articular los sectores sociales
By: Inés Elvira Ospina
Photos: Milagro Castro, Leonardo Parra y URosario
By: Inés Elvira Ospina
Photos: Milagro Castro, Leonardo Parra y URosario
La preocupación por la crisis social y económica que atraviesa el país, profundizada por la pandemia de la COVID-19, y la manera como la academia debe contribuir a encontrar soluciones certeras que abran caminos sostenibles son asuntos de la mayor trascendencia para el rector de la Universidad del Rosario, José Alejandro Cheyne García. Desde hace tres años, guía los pasos de esta institución que en este 2021 cumple 368 años de existencia.
Para Cheyne, en tiempos de crisis, la investigación es la herramienta más acertada para la toma de decisiones, ya que su rigurosidad muestra la realidad y orienta sobre los caminos que se deben tomar. En ese sentido, el maduro ecosistema científico del Rosario le permite a la institución ser un actor activo y participativo en las reflexiones que Colombia realiza sobre las problemáticas de los diferentes sectores.
El rector, economista y doctor en Pedagogía, también destaca la importancia de trabajar de la mano de los jóvenes, con canales de comunicación abiertos y permanentes para escuchar y recoger sus ideas, ya que esto permite forjar soluciones reales y útiles para enfrentar los retos presentes y futuros de la nación. En sus palabras: “Sus voces se constituyen en insumos necesarios para las transiciones que debemos asumir de cara a decisiones y a los cambios que se requieren para garantizar un mejor país”.
“Hemos adaptado nuestras apuestas institucionales en tres pilares fundamentales: ciencia de frontera, redes de conocimiento a través de ecosistemas de investigación y fomento al talento científico”, explica el rector del Rosario, José Alejandro Cheyne García.
Y, finalmente, la Alianza EFI (Economía Formal e Inclusiva), uno de los ocho grandes ecosistemas de investigación financiados por el Gobierno nacional, en el que, desde un enfoque interdisciplinario, se presentan soluciones locales y globales a los problemas de informalidad y ausencia de inclusión social y productiva.
¿Cuáles son los temas que más le preocupan con respecto a la situación en Colombia y cómo piensa que la investigación podría aportar a las posibles soluciones?
JACG: Las experiencias que ponen de relieve los jóvenes frente al contexto social, político, económico y cultural actual son el reflejo de decisiones políticas que se han tomado a lo largo de la historia y que, en una crisis como la derivada por la pandemia, acentuaron las grandes deficiencias de nuestro contrato social. En este sentido, sus voces son insumos claves para las transiciones que debemos asumir de cara a las decisiones y a los cambios que se requieren para garantizar un mejor país.
En nuestros estudios encontramos que existe un reto de credibilidad de los jóvenes en las instituciones y un reconocimiento a las universidades como las instituciones en las que más confían. Esto es un reto para abrir espacios de diálogo con ellos, en los cuales se puedan exponer sus necesidades, ideas y soluciones. Desde la Rectoría, en conjunto con nuestras unidades académicas, mantenemos un diálogo activo con los jóvenes rosaristas; así mismo, con los jóvenes del país para que con nuestros investigadores y sus conocimientos construyamos entre todos soluciones a los problemas estructurales que afectan a la juventud: falta de oportunidades, educación de calidad, empleabilidad y desarrollo del emprendimiento juvenil. Creemos que el emprendimiento, en particular el de nuestros jóvenes, será un motor sustancial para el desarrollo.
¿Cómo ve el futuro próximo de la universidad en términos generales y, en específico, en investigación?
JACG: La Universidad del Rosario ha tenido un desempeño extraordinario en el tema de investigación y su impacto. Desde el 2018 nuestros principales indicadores de calidad de la investigación científica se han acelerado. Nuestros investigadores están ubicando su producción en las mejores revistas del mundo, donde se mueven los temas de frontera a nivel global, y dichas publicaciones son el resultado de entender problemas estructurales del país, como las enfermedades autoinmunes, la secuenciación del virus SARS-CoV-2 en Colombia, los problemas de conflicto armado, la informalidad, el cambio climático y sus efectos en los ecosistemas colombianos, por hablar de algunos temas. Son asuntos actuales y pertinentes para el país, pero también para la ciencia mundial. Como lo mencioné antes, hemos construido un ecosistema de investigación maduro y con amplio relacionamiento con los distintos actores. Esto nos ha llevado a ser proactivos en las necesidades de investigación de nuestro territorio.
En 2020, durante la pandemia, activamos cerca de 20 proyectos de investigación para responder al reto país. Hemos atraído recursos para el fomento a la investigación de financiadores nacionales e internacionales por cerca de 10 mil millones de pesos, con un portafolio vigente por valor de unos 57 mil millones de pesos representados en 80 propuestas nacionales y 65 propuestas internacionales. Se trata de un ecosistema de investigación dinámico y prometedor para el futuro.
Esto se enmarca en el hecho de que la universidad tiene una ruta estratégica que se sustenta en la relevancia y la capacidad de transformación social que tiene desde la articulación de sus funciones misionales en diálogo con lo local y lo global. Por lo tanto, desde la investigación se han venido madurando las capacidades para la generación y el fomento al talento científico, así como para la consolidación de una estructura científica que produzca pensamiento y reflexión, que aporte a la solución de los problemas locales desde la ciencia de frontera.
¿Cuál es el mayor reto que afronta la academia en estos momentos y cómo se relaciona con la investigación?
JACG: Una mayor articulación con el entorno que le permita a la universidad hablar de cara al país respecto a los grandes problemas estructurales que está afrontando (pobreza, desigualdad, informalidad, entre otros). Esto significa que la academia debe asumir más y más esfuerzos para llevar la evidencia científica al diálogo nacional y para esto debe dejar de pensarse como una organización aislada y fragmentada en sus funciones misionales.
En este sentido, debemos coordinar el diálogo científico entre universidades, a través del establecimiento de alianzas científicas, de coordinación estratégica de trabajo conjunto. Prueba de ello son las iniciativas que mantenemos con la Universidad Nacional, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad de los Andes, la Fundación Cardioinfantil y el hospital de Méderi, entre otros grandes actores del ecosistema científico del país, para fomentar de manera conjunta los retos que tiene Colombia. Buscamos establecer aliados en las regiones y a nivel global para poder construir alianzas con actores latinoamericanos.
El rector Cheyne destaca la importancia de trabajar con los jóvenes: "Realizamos una 'lectura' y encuestamos a 2.513 jóvenes para saber ¿qué piensan, qué sienten y qué quieren los jóvenes en Colombia? Quisimos presentar esta propuesta con una investigación que permitiera trazar una hoja de ruta confiable para nuestro país”.