Propiedad Intelectual y Medio Ambiente: perspectivas desde el contexto internacional
Angela Schembri Peña
Angela Schembri Peña
La propiedad intelectual ha empezado a convertirse en una disciplina al servicio del medio ambiente, pues hay tendencias verdes que permean todas las disciplinas, incluyendo a esta rama del derecho. Teniendo esto en cuenta, es pertinente resaltar las iniciativas que han surgido en el contexto internacional con el fin de propiciar y fortalecer el rol de la propiedad intelectual al servicio del medio ambiente.
En efecto, hacia finales de la década de los noventa se empezó a discutir en la agenda internacional la relación existente entre la propiedad intelectual y los derechos humanos y por ende, su impacto en el desarrollo de los países y en el medio ambiente.
El 20 de octubre de 1998, la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos celebraron una reunión en la cual destacaron el carácter “universal” de la propiedad intelectual y su función en el desarrollo social, económico y cultural a nivel global.
Además, con motivo de la celebración del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se hizo énfasis en la importancia de la propiedad intelectual en las esferas de los derechos humanos y del medio ambiente, así como en la necesidad de difundir la comprensión de esta función y de promover herramientas para su desarrollo.
En este contexto, a su vez, la propiedad intelectual se perfila como una de las herramientas de mayor utilidad e impacto ambiental por estar directamente relacionada con la creación de nuevas tecnologías y la difusión de tecnologías verdes, así como con la promoción del diseño ecológico de productos que ayuden a los consumidores a tomar decisiones fundamentadas, dando a las empresas un margen de competitividad.
Puede afirmarse que la propiedad intelectual se ha consolidado de manera paulatina como una herramienta importante de apoyo para la protección del medio ambiente ya que tiene un impacto directo en la lucha contra el cambio climático, por ejemplo mediante la protección de patentes que protegen tecnologías verdes, la protección de los conocimientos tradicionales de los indígenas, la potencialización de marcas verdes que fomentan y desarrollan la sostenibilidad empresarial, el impacto en el desarrollo rural que pueden generar las denominaciones de origen o la protección de nuevas variedades vegetales, entre otros aspectos.
El director general de la OMPI, Francis Gurry, ha manifestado en diversas ocasiones, la importancia de la propiedad intelectual frente a la problemática ambiental relacionada con el cambio climático, como se evidencia a continuación en su discurso pronunciado el 21 de Abril de 2009, con ocasión de la celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual: “La innovación verde – la creación y difusión de medios tecnológicos destinados a poner remedio al cambio climático - es la clave para evitar que se agoten los recursos del planeta.”
Adicionalmente, desde su aprobación en 2007, las consideraciones de la Agenda para el Desarrollo se han convertido en parte integral de la labor de la OMPI, a cargo del Comité de desarrollo y propiedad intelectual. La aplicación eficaz de la Agenda para el Desarrollo es una prioridad fundamental y un componente importante de la asistencia que la OMPI puede proporcionar a sus Estados miembros, en el marco de su mandato, para contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) previstos en la Agenda 2030, puesto que la propiedad intelectual es esencial para promover la innovación y esta última se erige como un pilar base para alcanzar el cumplimiento de los ODS, permitiendo proponer soluciones para los problemas, sociales y ambientales, ligados al cambio climático y a la crisis de la seguridad alimentaria, entre otros.
La OMPI ha manifestado su compromiso en contribuir a enfrentar los retos que plantea el cambio climático, por ejemplo, mediante la promoción de la transferencia de tecnologías verdes y la creación de bases de datos específicas para facilitar su protección, comercialización, difusión o licenciamiento. En esta materia se destacan: el desarrollo del Inventario de la Clasificación de patentes Verdes (IPC Green Inventory) y la creación de WIPO GREEN como iniciativa para contribuir a solucionar los problemas derivados del cambio climático.
WIPO GREEN, que fue lanzado como proyecto piloto en 2012, tiene por objeto agilizar el desarrollo e implantación de tecnologías ecológicas en todo el mundo, poniendo en contacto a proveedores de tecnología y servicios con quienes demandan soluciones innovadoras para los problemas ambientales a los que se enfrentan. Se trata de una plataforma especial administrada por la OMPI, la cual se consolida como una base de datos en línea y una red de actores que intervienen en toda la cadena de valor de tecnologías ecológicas.
Al introducir una mayor transparencia en el mercado de la tecnología ecológica, WIPO GREEN busca fomentar un intercambio más activo, ofreciendo la posibilidad de aplicar soluciones que funcionan en una parte del mundo en otros lugares, convirtiéndose de esta manera en una herramienta esencial para la transferencia de tecnologías entre países, siendo la transferencia de tecnologías un componente esencial en la lucha contra el cambio climático y teniendo en cuenta que el Acuerdo de París sobre el cambio climático establece la obligación impuesta a los Estados desarrollados de transferir sus tecnologías a los países en vía de desarrollo con el fin de alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación establecidos.
De esta manera, WIPO GREEN se constituye como una plataforma al servicio de la innovación en tecnologías ecológicas, como por ejemplo el desarrollo y utilización de medios alternativos de producción de energía, tecnologías de bajo consumo y nuevas formas de transporte, o la aplicación de prácticas agrícolas y forestales sostenibles. Esta plataforma reúne en un solo lugar tecnologías que se encuentran en todas las etapas de desarrollo, desde la investigación preliminar hasta el producto comercializable y lo pone a disposición del público general para la concesión de licencias, colaboraciones, creación de empresas conjuntas y venta.
Logo OMPI
De esta manera, WIPO GREEN ha logrado alcanzar cuatro objetivos fundamentales. En primer lugar, la plataforma ha permitido agilizar el desarrollo e implantación de tecnologías ecológicas en todo el mundo, poniendo en contacto a proveedores de tecnologías y servicios con quienes demandan soluciones innovadoras a los problemas ambientales actuales. Además, garantiza el libre acceso al público en general a las tecnologías verdes garantizando la difusión del conocimiento especializado y promoviendo la transferencia de tecnologías entre países. Esta iniciativa además orienta el crecimiento económico en favor del medio ambiente, así como la sostenibilidad empresarial. Por último, se constituye como un entorno propicio para la innovación y la difusión de tecnologías verdes, constituyéndose en un escenario importante para contribuir a la lucha contra el cambio climático a nivel mundial.
Se destaca que la OMPI vela por garantizar el equilibrio y la eficiencia en el sistema internacional de propiedad intelectual y ha planteado la cuestión ambiental como un tema prioritario en la agenda internacional, enfocándose principalmente en fomentar la creación y rápida difusión de tecnologías “verdes” con el fin de reducir los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir con la mitigación y la adaptación de los efectos nocivos del cambio climático. Por ejemplo, en lo que respecta a las patentes, es fundamental garantizar que en los países miembros haya un sistema eficaz de patentes que fomente la transferencia de tecnologías y que incentive el trámite de patentes “verdes”. Cabe resaltar, la importancia de que la OMPI, en su carácter de organismo multilateral de las Naciones Unidas encargado de la promoción de la propiedad intelectual, promueva iniciativas que hagan frente al desafío mundial que representa el cambio climático, el cual exige una respuesta a escala internacional.
Adicionalmente, se han presentado importantes iniciativas para desarrollar el nexo existente entre propiedad intelectual y medio ambiente, en el marco del Comité de Comercio y Medio ambiente del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), suscrito en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El Acuerdo ADPIC, constituye el Anexo 1C del Acuerdo de Marrakech mediante el cual se estableció la OMC el 15 de abril de 1994. El consejo del ADPIC está facultado para pronunciarse sobre las cuestiones relativas a la aplicación del Acuerdo. En el 2001, en virtud del Mandato ministerial de la conferencia de Doha, los Estados, en particular los países en vía de desarrollo le encomendaron al Comité de Comercio y de Medio Ambiente el estudio de las disposiciones pertinentes del ADPIC, cuyas discusiones se han centrado principalmente en torno a la relación entre el ADPIC y el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB).
El CDB tiene como propósito proteger la diversidad biológica y los valores ecológicos, sociales, económicos y científicos, entre otros, que se derivan de la misma. Además, este convenio busca proteger a las comunidades locales e indígenas, cuyos sistemas de vida se basan en los recursos biológicos. El CDB promueve la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica. Uno de los objetivos principales de este convenio consiste en garantizar la participación justa y equitativa de los beneficios derivados de los recursos genéticos. Por esta razón, las discusiones del Comité de Comercio y Medio Ambiente se han centrado en garantizar que los inventores cumplan con los requerimientos nacionales establecidos para obtener el permiso especial para acceder a los recursos biológicos y los conocimientos tradicionales conexos, así como con las normas relativas a la repartición de los beneficios con los propietarios de los mismos. Es importante tener en cuenta un nuevo convenio que ha sido adoptado respecto a esta misma temática: el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, adoptado el 3 de noviembre de 2001 en el marco de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que busca regular el acceso a los recursos genéticos de carácter vegetal y garantizar una agricultura sostenible y la seguridad alimentaria mundial.
También, se ha reforzado la cooperación entre la OMPI y otros organismos multilaterales, como por ejemplo la Organización para la cooperación y el desarrollo económico (OCDE), resaltando el rol que tiene la propiedad intelectual frente a la innovación, el crecimiento y la competitividad de las empresas. La OCDE analiza el impacto socioeconómico de la propiedad intelectual en la industria de la tecnología y en el sector de investigación, promoviendo la adopción de políticas públicas en materia de protección y explotación de la Propiedad Intelectual en los Estados Miembros, y estableciendo indicadores de medición de transferencia de tecnologías.
En conclusión, existen múltiples iniciativas internacionales en el plano multilateral lideradas por la OMPI en alianza con otras organizaciones internacionales que buscan promover el nexo existente entre propiedad intelectual y medio ambiente fomentando la innovación, el desarrollo y la transferencia de tecnologías “verdes”; así como la regulación de la explotación de recursos genéticos, promoviendo el rol de la propiedad intelectual a nivel mundial como herramienta para contribuir a la mitigación y la adaptación frente a los efectos provocados por el cambio climático.
Bibliografía