Un pueblo en manos del Diablo
Carlos David Suarez
Cartago es una de las ciudades más afligidas del país. En la actualidad sigue cicatrizando las secuelas de las difíciles décadas de los noventa y ochenta. La historia reciente de este municipio ha conmovido a más de una generación que, a pesar de ser testigo de escándalos de corrupción como de criminalidad, es constantemente cegada por la falta de liderazgo en sus gobernantes y la mala suerte que le ha jugado el tiempo.
Escudo_de_Cartago_(Valle_del_Cauca), Dominio Público
Los vientos de la violencia en la década de los noventa ofuscaron la antigua gloria del municipio y atentaron contra la tranquilidad y progreso económico del mismo. Pues si algo era certero es que la agenda social del Valle del Cauca tenía como epicentro las festividades que se realizaban en este municipio en Semana Santa. Tristemente, las celebraciones Santas, como las grandes convenciones de bordados las cuales gozaban del patrocinio y fomento del departamento, quedaron atrás una vez llegaron los estragos del narcotráfico y la mala gerencia de los dirigentes en el Norte del Valle. Esta contribuyó a bochornosos escándalos de corrupción que hasta el día de hoy se siguen conociendo y desbordando como si el mismo diablo fuera su patrocinador.
Lo que fue una de las empresas municipales pioneras en la producción de energía y prestación de servicios públicos es hoy un claro ejemplo de la corrupción que azota a esta ciudad del Valle del Cauca. Fue un hito histórico por su agenda cultural y social, pero en la década de los ochenta el narcotráfico lo salpicó. En Cartago, Empresas municipales de Cartago, ha sido intervenida desde el 2015 por el Estado y solo hace dos años ha habido una condena por la apropiación de mas de 234 millones de pesos entre particulares y funcionarios públicos como el anterior secretario de hacienda. Sin tener en cuenta el millonario escándalo asociado al presunto desvío de diez mil millones de pesos del Plan Municipal de Aguas en la administración pasada.
Cartago (Valle), Colombia - De Estebanm2018 Trabajo Propio, CC0
Con cerca de 130 mil habitantes, en menos de una década tuvo diez alcaldes. No lograron solucionar los problemas que más afligen a la sociedad y por el contrario han puesto en vilo a la ciudadanía con falsas promesas de políticas publicas que terminan relacionadas con escándalos de corrupción que acaban las pocas instituciones que en su momento permitieron el crecimiento económico y social de Cartago. Aunque la lucha contra la corrupción no la ha dado la ciudadanía sola, es cierto que la presencia del Estado ha sido poca por no decir nula a la hora de atacar el problema de raíz. Las intervenciones hechas a la empresa de energía del municipio, como al hospital general, se realizaron bajo un espectro de burocracia que los mismos autores de los crímenes de corrupción conocen al derecho y al revés, viéndose así beneficiados y logrando esquivar, bajo el vencimiento de términos y maniobras éticamente cuestionables, su responsabilidad en los hechos.
El sol más alegre de Colombia se ve hoy azotado por la física negligencia de su clase dirigente la cual ha terminado con la esperanza de la ciudadanía en ver un cambio realista y pronto en las políticas públicas como en su gobernante. Actualmente pareciera que ha sido el mismo diablo aquel que ha manejado el presupuesto público del municipio como el desarrollo de sus obras para el mejoramiento en la calidad de vida de sus habitantes. Cartago tiene un potencial para ser la ciudad pionera en emprendimiento y revitalización de la cultura en el Valle del Cauca, pero es de esperar un exorcismo en su alcaldía o una intervención del Estado para ver a este municipio recuperar la gloria de su pasado.