Por nombramiento y elección, el Dr. Pardo fue el primer médico rector del Colegio del Rosario.

Por nuestros documentos, podemos afirmar que la vida académica de Andrés María Pardo y Álvarez (nacido en 1814) inició el primero de septiembre de 1829, como cursante de Gramática (Latín) sometido a examen público [AHUR caja 22 f. 300]. A continuación, principia el curso de Filosofía, bajo la tutela del catedrático Aquilino Álvarez[1]. En el segundo año, defendió conclusiones públicas (gravedad, mecánica, movimiento compuesto, etc.). En 1832 y superada la Filosofía, inicia el curso de Jurisprudencia. Solo cursó, al parecer, el primer año de Derecho civil patrio con el catedrático Miguel Tobar [AHUR caja 31 f. 121r][2].

De su formación científica sabemos que inició en 1835, presentando exámenes en las siguientes materias: Química, Patología general, Medicina legal, Medicina operatoria, Patología especial, Química animal y orgánica[3]. El siete de enero de 1840, doctor en Medicina por la Universidad Central [AHUR vol. 348 f. 15r].

Elecciones de 1858. Nótese que el rector y vicerrector elegidos (Pardo y Torrijos) fueron los terceros en sus ternas.

 

Universidad Central – Escuela de Medicina.

Iniciada la República, el general Santander puso en marcha su proyecto educativo, que en parte se enmarcaba en las ideas del plan colonial de Moreno y Escandón. Pretendía ofrecer educación pública y gratuita, a cargo de las rentas de los colegios existentes (Santo Tomás, San Bartolomé y del Rosario). El órgano superior fue la Universidad Central[4], creada por Ley de dieciocho de marzo de 1826. Sus funciones eran, principalmente, conferir grados y organizar planes de estudio. Las facultades universitarias fueron: Literatura y bellas letras[5], Filosofía, Medicina, Jurisprudencia y Teología. La Escuela de Medicina tendría local aparte[6], en el edificio de las Aulas. La inauguración de dicha Escuela (o Facultad) tuvo lugar el veintitrés de febrero de 1827, bajo la dirección del Dr. Juan María Pardo, médico rosarista y padre de Andrés María. Sin embargo, parece que la Facultad de Medicina de la Universidad era, en realidad, la misma del Rosario, iniciando labores en 1829[7].

La institución enfrentó problemas de renta y local, que la mantuvieron en el plano de institución de papel[8]. La precariedad es evidente en el informe de su rector, José García, en 1835: apenas había cátedras de Literatura, Química, Botánica, Filosofía, Clínica y Economía política. 

Nombramiento del Dr. Pardo para rector de la Universidad del Primer Distrito, en 1845.

 

En esta época, aparece el Dr. Pardo como catedrático de Botánica, destacando el hecho de que propuso crear la cátedra y servirla gratuitamente[9], en 1837. Los cursos se abrían el primero de octubre y debían terminar el treintaiuno de julio. De acuerdo con el artículo 39 del Plan General de Estudios, los catedráticos debían manifestar en un discurso “las materias que va á tratár en el año, el plan i metodo que piensa adoptár i lo que exijirá de sus discipulos con respecto á su aplicacion i conducta”. Aprobado por la Universidad, debía imprimirse [AHUR caja 29 ff. 306r-v]. De esta clase de ecritos, existe el del Dr. Pardo para su curso de Botánica, 1839-40.

Una nueva guerra civil, la de Los Supremos, perturba las labores académicas del Rosario, en el periodo 1839-42. El claustro sirve de cuartel militar y, con la reforma de la educación, la Universidad Central se transforma en Universidad del Primer Distrito. Pablo Calderón, rector de la Universidad, le comunicó el nombramiento como primer catedrático de la Facultad de Medicina, el veintiuno de diciembre de 1842, citándolo para el primero de enero siguiente “á prestar el juramento constitucional é instalar el gran consejo” [AHUR caja 40 f. 274]. Dicha vinculación con la Facultad se mantuvo, por lo menos, hasta 1864; además, en 1843 había sido nombrado secretario de la Universidad.

El dieciocho de diciembre de 1858, fue elegido rector del Rosario y posesionado el once de enero siguiente. Casi dos años gobernó la institución, cuando el claustro fue expropiado por el Gobierno, en septiembre de 1860[10]. A punto de terminar su periodo rectoral, acaba la ocupación del Gobierno pero el nuevo mandatario, el general Mosquera, crea por decreto un Colegio Militar en los claustros del Rosario y de San Bartolomé, en el periodo 1861-64.

Discurso del catedrático A. M. Pardo para su curso de Botánica, 1839-40.

 

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