La Bordadita
La Bordadita es la Virgen patrona del Colegio Mayor, a quien está dedicada la capilla ubicada al costado suroriental del Claustro.
La imagen está compuesta de elementos textiles y pictóricos. Se asocia a ella una leyenda de que fue bordada por una reina de España, a quien fray Cristóbal hizo devota del Rosario.
Presentación
Erigida como el corazón del Claustro de Nuestra Señora del Rosario, la capilla de la Bordadita fue construida en el siglo XVII. Su fachada, cimentada en piedra, presenta un arco de ingreso que se abre sobre un paramento liso enchapado, encuadrado por columnas con capiteles corintios; el frontón, terminado en 1654, es de vuelta redonda y presenta cinco figuras en barro cocido y estucado. La Archivolta, con el Ave María en latín, data de 1883, mientras que la puerta original presenta claveteado renacentista en bronce y una cerradura del siglo XVII. La nave central es de bóveda y testero plano, en tanto sus muros, construidos en mampostería, tienen cerca de dos metros de espesor. En tanto el altar actual, diseñado por el arquitecto Germán Téllez en 1971, es un monolito construido para la celebración de la liturgia frente al pueblo; ostenta a su vez como única decoración el escudo rosarista de calatrava, según dibujo del maestro Luis Acevedo.
El retablo ha sido modificado en distintas ocasiones, permaneciendo en la actualidad el diseño del maestro Luis Acuña, quien inspirado en el barroco colonial proyectó dos cuerpos, un pedestal y tres calles. Lo corona el escudo sostenido por ángeles y en el cuerpo superior presenta un antiguo cristo quiteño del siglo XVIII que hace un armónico conjunto con las pinturas de la Dolorosa y el Apóstol San Juan, obras de Acuña. En el centro se encuentra la imagen de la Bordadita en un marco florentino, debajo el escudo arzobispal de fray Cristóbal de Torres y en las hornacinas de las calles laterales se aprecian las imágenes de Santo Tomás y San Buenaventura. En la calle central está incrustado el Tabernáculo.
El coro de la capilla conserva su estructura original, y la sacristía, construida en 1785 por el rector Alarcón y Castro, fue nuevamente renovada en 1972. En la actualidad, tanto el Claustro como la Capilla son construcciones de gran valor patrimonial.
El Retablo
La Bordadita ha cambiado varias veces de Retablo. Se recuerda uno que Masústegui ordenó labrar pero desapareció en las guerras civiles y otro neoclásico en madera imitando mármol, que monseñor Carrasquilla hizo construir y fue reemplazado por el actual.
Este retablo fue diseñado por el maestro Acuña inspirado en el barroco colonial y consta de dos cuerpos, un pedestal y tres calles. Lo corona el escudo sostenido por ángeles y en el cuerpo superior presenta un antiguo Cristo quiteño del siglo XVIII que hace un armónico conjunto con las pinturas de la Dolorosa y el Apóstol San Juan, obras de Acuña.
En el centro se encuentra la imagen de La Bordadita en un hermoso Marco Florentino, la cual fue descrita así por Ibáñez: “... de pie, sobre un pedestal en que se destacan caras de ángeles, el cuerpo tiene la figura piramidal adoptada por los pintores de la Edad Media y está cubierto por un vestido y una capa adornados con prolijas ornamentaciones.
Cubre su cabeza una corona de exagerado tamaño para las dimensiones de la figura, sostiene en su brazo izquierdo al Niño, también coronado, y en la mano derecha un cetro y un rosario.
En el fondo amarillo del cuadro bordó la reina...” (Crónicas. Tomo I Pag. 199, Bogotá, 1951). La imagen de la Patrona ostenta además la Cruz de Boyacá conferida por el Gobierno Nacional en el año 1953.
Bajo el cuadro se encuentra el escudo arzobispal de Fray Cristóbal de Torres y en las hornacinas de las calles laterales se aprecian las imágenes de Santo Tomás y San Buenaventura. En la calle central está incrustado el Tabernáculo.
Este nuevo altar, diseñado por el arquitecto Germán Téllez, es un sobrio monolito de piedra abuzardada, construido en 1971 para la celebración de la liturgia frente al pueblo. Ostenta como única decoración el escudo rosarista de calatrava, según dibujo del maestro Luis Acevedo.
Fue reconstruida en 1785 por el rector Alarcón y Castro después de un terremoto y fue nuevamente renovada en 1972.
“La fachada de la capilla, que da hacia la carrera 6ª, tiene un arco de ingreso encuadrado por columnas con capiteles de orden corintio. Concluido en 1654, el tímpano del frontón tiene cinco figuras de bulto: en el centro está la Virgen del Rosario con el Niño, junto a Santo Domingo y Santa Catalina de Siena, ocupando el plano celestial, y en el terrenal están Santo Tomás de Aquino y fray Cristóbal de Torres, de rodillas. Fueron hechas en barro cocido y estuco por el escultor santafereño Antonio de Pimentel en el siglo XVII” (Londoño Vélez, 2013: 162).
Este nuevo altar, diseñado por el arquitecto Germán Téllez, es un sobrio monolito de piedra abuzardada, construido en 1971 para la celebración de la liturgia frente al pueblo. Ostenta como única decoración el escudo rosarista de calatrava, según dibujo del maestro Luis Acevedo.
Es de bóveda y testero plano y sus muros colosales construidos en mampostería tiene cerca de dos metros de espesor. El artesanado actual es obra del maestro Acuña en 1953.