La economía colombiana cerrará este año con un crecimiento promedio de 1,02 %, según los pronósticos de los seis centros de investigaciones económicas, que intervinieron en el “Encuentro gremial economía colombiana: retos y desafíos al cierre del 2023”, organizado por la firma Acciones & Valores y la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario.
De acuerdo con los investigadores de Asobancaria, Fenalco, Analdex, Camacol, Asominería, Acciones y Valores y la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, el 2023 pasará a la historia como el año del ajuste económico de la postpandemia y la transición hacia el regreso a un periodo de estabilidad y de recuperación gradual. De hecho, hay consenso entre los centros de estudios consultados, en el sentido de que el Producto Interno Bruto nacional podría crecer, en promedio, 1,8% en el 2024.
Los analistas expresaron su preocupación por la inflación y la dificultad que enfrenta el Banco de la República para que este indicador regrese a un dígito al cierre de este año, lo que a su vez impide que las tasas de interés disminuyan, para que empiecen a empujar la reactivación del consumo y la actividad productiva.
Miguel Gómez Martínez, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, afirmó que el mundo está viviendo una coyuntura muy compleja. "Hemos sido testigos de muchas situaciones difíciles, pero nada tan difícil como lo que está sucediendo en el mundo y en Colombia. Estamos en un momento en que lo que parecía imposible es posible".
Aunque Gómez Martínez mencionó una lista de situaciones que ha tenido que enfrentar la economía global en el último siglo, fue enfático en afirmar que estas se quedan pequeñas frente a la complejidad de la actual coyuntura.
Tasas altas más tiempo
Wilson Tovar, gerente de Investigaciones Económicas de Acciones & Valores, dijo que el mundo está esperando que la inflación caiga, pero las cosas no son tan claras, y los bancos centrales siguen manteniendo tasas de referencia altas.
Se refirió a la expectativa del comercio internacional, pero advirtió que los gobiernos vienen adoptando restricciones de ingreso de productos, con campañas como compre lo nacional.
Aseguró que las tasas de interés altas, aumentan el riesgo de impago de la deuda externa, a nivel mundial, lo que puede frenar aún más la dinámica económica global. Los países emergentes han subido el riesgo soberano, y “en esta situación se encuentra Colombia, siendo uno de los peores del barrio”.
Las dudas sobre el cumplimiento de la regla fiscal no benefician en nada la imagen del país frente a los organismos internacionales de crédito.
También preocupa que el Gobierno esté hablando de aumentar el salario mínimo del 2024 en alrededor del 11%, que, complementado con la productividad, puede generar presiones inflacionarias.
Entre tanto, Alejandra Martínez, directora de Investigaciones Económicas de Acciones & Valores, aseguró que esta es una coyuntura especial, con un alto consumo, propiciado por la decisión de los hogares luego de la pandemia, de disfrutar la vida. En su concepto, el próximo año se espera una desaceleración de la inflación en el mundo, pero Colombia tiene mayores dificultades debido a las presiones internas.
Marcas propias ganan terreno
A su turno, Rafael España, gerente de Investigaciones Económicas de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), manifestó que la economía colombiana crecerá este año 1,2 %, y para el 2024 el gremio pronostica un crecimiento del PIB de 1,9 %. Indicó, además, que las marcas propias siguen siendo atractivas para los consumidores. Los resultados de la investigación de Fenalco acerca de la percepción de los hogares sobre las marcas propias revelan que el 97 % de los compradores las adquieren con frecuencia, siempre o a veces, y el 68% considera que la calidad de estos artículos es igual o mejor a la de una marca reconocida. Agregó que a los hogares del país les gusta la dinámica de las 4P, es decir, producto, plaza, precio y promoción.
España también dijo que “las marchas se han convertido en la nueva pandemia en Colombia. Las protestas se han vuelto paisaje recurrente en el país, tanto en las ciudades como en las zonas rurales”.
Aseguró que los principales problemas de los comerciantes colombianos son: la baja demanda, los costos de adquisición de mercancía y del crédito y la inseguridad.
En su opinión, la dinámica empresarial en el 2023 se caracteriza por la sorpresa dada por el crecimiento del comercio en actividades como deportes, restaurantes, mascotas, seguros y servicios financieros, entretenimiento y salud. Por el contrario, les ha ido mal a tiendas por departamentos, movilidad y vehículos, hogar y tecnología, moda y variedades, supermercados y tiendas de barrio y belleza.
De acuerdo con España, las ventas del comercio minorista han estado por debajo de las expectativas en el presente año, pues mientras los comerciantes esperaban un incremento del 16 % en agosto, se registró una caída del 18 %.
La reactivación depende de la inflación
Por su parte, Carlos Velásquez, jefe de Estudios Económicos de Asobancaria, sostuvo que el gremio estima un crecimiento del PIB cercano a 0,9 %, en línea con una menor tracción de la actividad productiva a nivel global y una menor dinámica de la inversión y del consumo de los hogares en Colombia, que a su vez influirá en el comportamiento de sectores como construcción, comercio e industria.
Respecto a la inflación, Velásquez afirmó que en lo que resta del 2023, la economía dependerá de la menor presión por choques externos, el endurecimiento de las condiciones financieras por la vía de mayores tasas de interés y la desaceleración económica reducirán la inflación de manera gradual. “Se espera que en 2024 la inflación continúe bajando, pero aún alejada de la meta del Banrepública”. Sin embargo, advirtió que el fenómeno de El Niño generará presiones alcistas sobre los precios de los alimentos.
Según Velásquez, a partir del último trimestre de este año, se esperan reducciones en las tasas de interés, para hacer frente a la desaceleración económica, pero la velocidad del ajuste dependerá de la persistencia de los riesgos inflacionarios.
Entren tanto, Sebastián Martínez, director económico de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), señaló que los últimos tres años han sido muy convulsionados para el sector. “El ritmo del cambio será muy diferente en los países en desarrollo y en los desarrollados, sin embargo, todos los mercados requerirán de una inversión sin precedentes en la tecnología de descarbonización. Necesitamos descubrimientos transformadores, al nivel de la bombilla eléctrica”.
“A pesar del gran esfuerzo en incrementar las inversiones para mitigar el cambio climático, esto no es suficiente. La transición energética a punta de energía solar no es posible y, como si fuera poco, el volumen de minerales que se requieren para hacer la transición energética no alcanza”. Recalcó que en Colombia la exploración minera está afectada, además, por la inseguridad y la estabilidad en las reglas de juego para los inversionistas (La reforma tributaria es la que más ha afectado al sector).
La vivienda tocó fondo en 2023
Jorge Torres, director de Estudios económicos de Camacol, explicó que el sector de la vivienda tocó fondo en el 2023, pero el 2024 será un año de transición. La idea es tener una oferta suficiente para que los precios se mantengan estables. Indicó que la clave para la reactivación del sector es la reducción de las tasas de interés, pero aclaró que esto no sucederá en 2023, ni en el primer semestre del 2024, pues aún si Banco de la República empieza a disminuir su tasa este año, esta decisión solo se trasladará al mercado entre 3 y 5 mes después.
En su opinión, la caída de la construcción en el último año le ha costado al sector dejar de percibir $16 billones, cifra que es significativa, si se tiene en cuenta que las ventas anuales de vivienda nueva en épocas normales ascienden a $52 billones.
Agregó que la expectativa de tasas del crédito hipotecario para finales de 2024 es de 12 %, mientras que hoy se encuentran cercanos al 16 %. En su concepto, si el Gobierno coloca 200.000 subsidios para vivienda urbana son un avance, pero se requerirán mayores esfuerzos para que el sector se reactive en el corto plazo.
Cinco apuestas por el comercio exterior
Giovanni Gómez, director de Asuntos Económicos de Analdex, dijo que, en 2022, el país tuvo ingresos por exportaciones, de US$57.115 millones, la más alta desde el 2013, pero en 2023 se registra una fuerte desaceleración.
Gómez indicó que, si el comercio mundial de bienes se recupera y los precios internacionales de los bienes transables se estabilizan, se esperaría que Colombia cierre este año con ventas externas cercanas a US$50.000 millones.
“Es clave diversificar y ampliar la base de las empresas exportadoras tanto pequeñas como medianas. Dijo que el sector aspira a que la política de comercio exterior del Gobierno dé buenos resultados. Explicó que esta se basa en cinco apuestas: Atracción de inversión extranjera para la transición energética; internacionalización de los territorios; interacción con América Latina y el Caribe, Asia y África; multilateralismo activo y propositivo, y comercio exterior justo y equilibrado con Norteamérica, México y Europa.