Redacción por: Paula Escallón
De acuerdo con un informe científico publicado en 2022 por la Organización Mundial de la Salud - OMS, en el primer año de la pandemia de COVID-19, la prevalencia global de ansiedad y depresión se incrementó en un 25%. Entre las causas se encuentra el aumento del estrés causado por el aislamiento social, las limitaciones a la capacidad de las personas para trabajar, la soledad, el miedo a la infección, el sufrimiento y la muerte. Para los trabajadores de la salud, el agotamiento es un importante desencadenante del pensamiento suicida.
Alexie Vallejo, director del Departamento de Psiquiatría y profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y la Clínica de Nuestra Señora de la Paz, señala que para quienes trabajan en salud existen unos riesgos identificados que pueden alterar su salud mental. Entre ellos, el grado de responsabilidad, las jornadas de trabajo prolongadas o atípicas, muchas veces los múltiples trabajos y la convivencia continua con el dolor de los pacientes, pueden menoscabar su tranquilidad.
“Los trabajadores de salud han tenido un aumento en cuadros de depresión y ansiedad, en el momento se considera una población en alto riesgo para desarrollar trastornos mentales, sobre todo para aquellos que llegaron a tener una infección severa durante la pandemia de COVID-19”, indica el psiquiatra Alexie Vallejo.
Según la OMS, los trastornos de salud mental aumentan el riesgo de desarrollar otras enfermedades. La depresión sigue siendo el trastorno mental más prevalente y es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. La mitad de las personas que necesitan tratamiento en América Latina y El Caribe no lo reciben, para los trastornos afectivos, de ansiedad y por consumo de sustancias la tasa es del 77,9%, para la esquizofrenia del 56,9%, para la depresión del 73,9% y para el alcohol del 85,1%.
Profesor Alexie Vallejo
La salud mental se define como un estado de bienestar, a nivel interno, que permite a las personas afrontar las dificultades que se pueden presentar en la vida, adaptarse y estar más cerca de sus potencialidades, y, a nivel externo, conectarse con otros y contribuir con los entornos inmediatos y con la sociedad en general.
Para cuidar la salud mental de los trabajadores de la salud se requiere fomentar ambientes laborales sin presiones sobreañadidas, en los que la sana convivencia y el respeto sean parte del día a día, programas de protección del talento humano en los que se promueva el autocuidado como hábitos de vida saludable, búsqueda de espacios de introspección, construcción de relaciones saludables, ejercicios de compasión, tiempo libre, apoyo entre pares, consulta temprana a servicios de salud mental de ser necesario, entre otros, y, se desplieguen rutas de atención para los casos que se requieran.
“Hoy más que nunca está vigente la premisa de cuidar a quienes nos cuidan en su salud mental. La invitación es que el próximo 7 de junio, los profesionales de la salud luzcan medias disparejas y coloridas como símbolo de que su salud mental les importa y que se están movilizando activamente para cuidarla”, concluye el psiquiatra Alexie Vallejo.