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Ciudad Perdida: un encuentro entre la tradición, la naturaleza y la sostenibilidad

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A través del proyecto Ruta País Sostenible de nuestra Universidad, hemos acercado a 271 Rosaristas a la realidad de los territorios que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, a través de13 salidas de campo realizadas en diversas ciudades del país.

Día 1 - Llegada a Santa Marta y a Mamey en la Sierra

Nuestra travesía comenzó con el traslado desde Santa Marta, pasando por el Parque Tayrona y el sector de la Aguatera, hasta llegar a la vereda el Mamey, también conocida popularmente por los campesinos de la zona como "Machete". Este lugar se encuentra inmerso dentro del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta. Carlos y Enrique, nuestros anfitriones locales, nos dieron algunas recomendaciones y nos contaron algunas particularidades que nos encontramos a lo largo de lo que fue una ardua caminata de casi 60 km durante 4 días.

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Iniciamos la caminata cuesta arriba por un sendero rodeado de la exuberante vegetación de la Sierra, el sonido de los ríos y la biodiversidad de aves y mamíferos que se encuentran en la zona. Mientras avanzábamos, íbamos comprendiendo las dinámicas sociales y ecológicas de la Sierra, un macizo montañoso de 17.000 km² que se extiende desde el mar Caribe hasta sus picos nevados, a 5.780 m.s.n.m. Es una de las montañas costeras más altas del mundo y atraviesa tres departamentos: Magdalena, Guajira y Cesar. En esta región viven cuatro comunidades indígenas: Arhuacos, Wiwas, Koguis y Kankuamos, que conservan tradiciones ancestrales y suman alrededor de 30.000 personas.

Al final de la tarde, llegamos al primer campamento, que también funciona como restaurante y hospedaje comunitario, donde descansamos y recobramos fuerzas. Allí, los guías locales nos compartieron historias de violencia, despojo y el proceso de sustitución masiva de cultivos ilícitos, especialmente de coca, en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI. Hoy en día, el café es la planta que domina los paisajes que anteriormente fueron ocupados por cultivos ilegales. Además, nos contaron cómo el turismo comunitario se ha convertido en la principal fuente de ingresos para las comunidades campesinas e indígenas locales.

Día 2 – Conversación con los Wiwas

En el segundo día, continuamos nuestro camino, observando algunos asentamientos de la comunidad Wiwa. Nuestro guía Carlos, nos explicó las particularidades de la arquitectura de las viviendas, construidas mediante una serie de actividades comunitarias en las que hombres y mujeres tienen roles específicos en la recolección de materiales como madera y junco, así como en la cimentación, estructura y cubierta de las casas.

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A media mañana, tuvimos la oportunidad de interactuar con Alejandrino y su esposa, miembros de la comunidad Wiwa. Alejandrino nos saludó en Damana, su lengua nativa, y nos explicó el origen del poporo: un calabazo seco en cuyo interior se guarda el polvo de conchas marinas trituradas al fuego con una flor amarilla llamada moroche. Los hombres mastican hojas de coca tostadas y las combinan con el polvo de conchas al escupir sobre el calabazo. Este proceso, repetido varias veces, permite obtener una mezcla que se utiliza para meditar y almacenar las memorias y experiencias vitales de los hombres.

Tuvimos la oportunidad de asistir a Alejandrino en todo el proceso de alistamiento, trituración y coloración de los materiales usados en este proceso, lo que nos permitió aprender de manera práctica y experiencial, acercándonos a las costumbres y cosmovisión del pueblo Wiwa.

El poporo simboliza la identidad indígena, y los hombres lo llevan consigo como un símbolo de su paso a la adultez y del conocimiento transmitido por los mayores. En las mujeres, el medio para almacenar memorias es el tejido. La esposa de Alejandrino, de manera tímida, nos mostró el proceso de su oficio principal: el tejido. 
Las mujeres de la comunidad Wiwa, a través de un instrumento creado por ellos para hilar el fique, continúan esta tradición que, además de ser cultural, les permite generar ingresos a partir de la venta de mochilas y otros productos que ofrecen a los turistas que visitan Ciudad Perdida.

En la cosmovisión del pueblo indígena Wiwa existe un fuerte vínculo espiritual con personajes sobrenaturales que dan vida a las historias míticas del mundo. En consecuencia, los personajes tangibles como el Mamo (hombre) y la Saga (mujer) materializan la idealización de la realidad espiritual y formas de creencias del pueblo. Estos personajes constituyen la representatividad de sus dioses naturales sol y luna respectivamente, constituyéndose como autoridades tradicionales ante los demás integrantes del pueblo. De este modo asumen personajes que explican la vida social y natural del colectivo que son explicados a través de la tradición oral de los Mamos y Sagas.

Día 3 – Llegada a Ciudad Perdida

¡Finalmente llegó el gran día! Salimos muy temprano, y después de poco más de una hora de caminata, llegamos a los 1.200 escalones que nos llevaron a la cúspide de Ciudad Perdida.

Ciudad-perdida-3Al llegar, la inmensidad de la ciudad nos dejó sin palabras. La sensación de haber superado el esfuerzo físico, la lluvia, el barro y los mosquitos de los tres días anteriores valió completamente la pena. Es indescriptible la emoción que sentimos al estar frente a la belleza y monumentalidad del lugar, con más de 13 siglos de historia, redescubierta hace apenas 5 décadas y declarada Reserva de la Biosfera en 1979.

Dentro de la ciudad, observamos varios montículos y terrazas distribuidos en cuatro niveles, el último de los cuales ofrece una vista impresionante de la Sierra y sus alrededores. Después de varias horas de poder explorar, Carlos nos llevó a un río cercano, donde nos refrescamos en sus aguas cristalinas y disfrutamos de hermosas cascadas antes de regresar al campamento.

Día 4 – Regreso a la civilización

Tras despedirnos de Ciudad Perdida y de la Sierra, comenzamos el regreso. Cuatro días llenos de experiencias que quedarán grabadas en nuestra memoria. Compartimos risas, chistes en varios idiomas, conversaciones nocturnas y una actitud positiva que nos acompañó todo el tiempo.

Finalizamos nuestro viaje en Mamey con la imagen imborrable de este bello y misterioso lugar, localizado en el corazón del mundo. Continuamos comprometidos con el aprendizaje experiencial como eje central de nuestra estrategia de sostenibilidad institucional, para seguir transformando los estilos de vida de nuestra comunidad universitaria. #RosaristaSostenible.
 

Ruta País Sostenible

Con el proyecto Ruta País Sostenible, a través de trece (13) salidas de campo, hemos acercado a 271 Rosaristas a la realidad de los territorios que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas en distintas regiones del país que han abarcado siete biomas terrestres y cuatro acuáticos. El 94% (251) de los participantes visitaba por primera vez el destino elegido y el 22% (60) han sido estudiantes, profesores o visitantes internacionales.

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Los grupos fueron interdisciplinarios y de diversas edades, con un promedio de edad de 30 años. El proyecto ha permitido una inversión social directa de cerca de $130 millones de pesos que se han destinado a servicios de alimentación, hospedaje e interpretación ambiental con comunidades de base, movilizando las dinámicas económicas locales de las áreas protegidas visitadas. 

Adicionalmente, se ha aportado $5,8 millones de pesos a la Beca Sueño Ser Sostenible y diez (10) estudiantes han homologado un crédito académico electivo a través de esta innovadora estrategia de aprendizaje experiencial.

Seguiremos fortaleciendo la apropiación social del conocimiento en más regiones de Colombia, en alianza con OUTLANDERS, operador turístico que promueve el turismo de naturaleza en todas las regiones del país. Este empresa, fue fundada por un egresado Rosarista de la Escuela de Administración.

***Si quieres obtener mayor información sobre próximas salidas de #RutaPaísSostenible, puedes contactarte con Andrea Díaz, coordinadora de Sostenibilidad al correo: sostenibilidadur@urosario.edu.co