La Escuela de Ciencias Humanas celebra este comunicado y lo acoge como un reconocimiento del lugar insustituible de las ciencias sociales y humanas en la universidad y la sociedad, así como de su labor de aportar para que el propósito de la universidad, como insta el Papa en su mensaje, “se siga manifestando en una comprometida misión al servicio de toda la sociedad […], en la esperanza de un renovado compromiso con la verdad y el bien común”.
En efecto, sin las humanidades las universidades no pueden cumplir con su misión crucial de ser la “conciencia crítica” de las sociedades y de contribuir al “bien público”. Pues son estas disciplinas las encargadas de formar en los estudiantes las habilidades centrales para una vida con sentido en un mundo plural y democrático: pensar de manera autónoma y crítica; aprender a interpretar el mundo que los rodea e identificar las fuerzas sociales que lo moldean; cuestionar y desnaturalizar las violencias y las injusticas; construir buenos argumentos y participar con ellos en escenarios de diálogo orientados hacia el bien común; resolver problemas de manera creativa, empática y basada en una comprensión profunda de las dinámicas sociales; establecer conexiones entre el pasado, el presente y el futuro; reconocer la diversidad y pensar de manera intercultural e interseccional.
Las ciencias humanas ofrecen claves fundamentales para sobrevivir en un mundo cada vez más complejo, incierto e inestable. Todos los grandes retos de nuestros tiempos la crisis ambiental, el aumento de diversas formas de desigualdad, los riesgos sanitarios, los conflictos y las guerras, el desarrollo de la IA y de las tecnologías digitales, para nombrar solo algunos– son, en esencia, problemas sociales que plantean interrogantes básicos sobre nuestra humanidad y nos exigen adelantar transformaciones a partir de la reflexión crítica y creativa.
Por esto, celebramos también las palabras con las que el Rector de la Universidad, Dr. Alejandro Cheyne, acogió el mensaje del Papa Francisco expresando su intención de “intensificar el compromiso con la formación humanística, fieles a la misión encomendada por el fundador.” La Escuela de Ciencias Humanas ha sido parte central en el cumplimiento de este compromiso durante casi cuatro siglos. Iniciando en la época de Fray Cristobal de Torres con las cátedras de Filosofía y Teología, la Escuela se ha ido transformando al ritmo de la maduración de las ciencias sociales y humanas en el mundo moderno, y de las necesidades y retos que estas deben enfrentar.
La carta del Papa Francisco llega en un momento crucial para hacer frente a las tendencias de varias instituciones de educación superior que a nivel mundial están disminuyendo o perdiendo de vista el compromiso esencial de toda universidad con las humanidades. En este sentido, bien vale la pena resaltar lo dicho por el Rector Alejandro Cheyne en una columna de opinión: “El país que habitamos no debe minimizar por un minuto la tarea que los humanistas desarrollan, debido a los sufrimientos que históricamente hemos tenido que padecer como nación. Por lo mismo, las complejidades de Colombia requieren, ahora más que nunca, del aporte enriquecedor de sus historiadores, sociólogos, antropólogos, periodistas, filósofos, licenciados, en fin, de todas las personas que han decidido construir su proyecto profesional y personal desde estas ramas del conocimiento.” (Revista Semana, Nov 16 de 2022)
Desde este compromiso con las ciencias humanas, la Universidad del Rosario, en su 370º aniversario, tiene la oportunidad de honrar su legado y liderar el camino en la defensa de una educación integral y humanista.