Las mujeres en las Fuerzas Militares: entre estereotipos y preguntas sin resolver
Por:Juliana Vergara Agámez
Foto:123RF
Cultura y sociedad
Por:Juliana Vergara Agámez
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la información más reciente que se conoce sobre las mujeres en las Fuerzas Militares de Colombia indica que, a finales de 2016, 3.838 de ellas estaban activas en sus filas. 1.515 ocupaban cargos de oficiales y suboficiales en el Ejército, 780 en la Armada Nacional y 1.038 en la Fuerza Aérea, según información del Ministerio de Defensa. Mientras tanto, en la misma fecha, la cifra de hombres era de 232.843. Esto, más o menos, es una relación de 60 hombres por una mujer.
Las investigadoras María Catalina Monroy y Catalina Chacón, de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, quieren comprender qué impulsa a las mujeres a ingresar a la carrera militar y qué impacto tiene su presencia en la toma de decisiones dentro de la institución castrense. Una organización que, como lo muestran las cifras, tiene una inclusión limitada del género femenino.
El título de su investigación es El liderazgo de Las mujeres en las Fuerzas Militares de Colombia y se guía por dos preguntas rectoras: ¿Qué se conoce, realmente, de las mujeres en posiciones de liderazgo? y ¿será que su liderazgo es diferente al de los hombres?, ¿por qué? Así lo explica Monroy, coordinadora del Programa de Relaciones Internacionales e investigadora principal del proyecto WomanStats para Latinoamérica, una iniciativa internacional de seguimiento de la situación y seguridad a las mujeres en 176 países del mundo.
Aunque todavía se encuentran en una fase exploratoria, las investigadoras Chacón y Monroy tienen claro que se adentran en un tema novedoso para Colombia al que esperan aportar con una perspectiva inexplorada, ya que no existe investigación al respecto. En la búsqueda se han enfrentado con un hecho igualmente interesante: el país carece de una base robusta de estudios e investigaciones que realmente profundicen en la temática, mientras que abundan los artículos descriptivos, de prensa y otros estudios, que desafortunadamente caen en ‘lugares comunes’, como señala Monroy. Aunque, por otra parte, en el mismo proceso sí han encontrado estudios interesantes, pero a nivel internacional.
Entre las generalizaciones que más se repiten se destacan, por ejemplo, que las mujeres que ingresan a las Fuerzas Militares sufren una pérdida de feminidad, un comentario subjetivo en concepto de las investigadoras que además termina reforzando y replicando los mismos estereotipos de siempre. Otro tópico que aparece de manera reiterativa es que la inclusión de las mujeres en las instituciones militares es todo un logro para ellas, al entrar en un espacio que permanecía cerrado hasta hace unas décadas. Sin embargo, no se estudian a profundidad los cambios que su presencia ha generado.
Monroy y Chacón quieren ir más allá y encontrar una nueva definición al ‘techo de cristal’, es decir a las barreras invisibles que limitan las posibilidades de ascenso de las mujeres en una organización. El proyecto también busca revisar qué están viviendo hombres y mujeres, más allá de la ‘moda’ de incorporar mujeres a las filas para mostrar de una manera diferente a los gobiernos y a las instituciones castrenses.
Para lograr su propósito, Monroy comenzó entre 2017 y 2018 con la aplicación de una encuesta de 50 preguntas a 204 oficiales, hombres y mujeres, del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada Nacional. En este mismo periodo entrevistó a un grupo de siete mujeres de las Fuerzas Militares que estaban adelantando el curso de ascenso de mayor a coronel. Ahora, el contexto ha cambiado, por lo que la segunda fase de las encuestas y entrevistas personales estará mediada por los cambios producidos en los primeros dos años del gobierno de Iván Duque (actual presidente de Colombia) y los avances en la implementación del Acuerdo de Paz.
Lo que buscan con la encuesta es conocer y medir la magnitud de las diferencias de percepciones entre oficiales, hombres y mujeres, que están al mando en la toma de decisiones. Tienen pendiente una lista de 25 entrevistas a profundidad y 200 encuestas, que debieron posponer por la emergencia sanitaria del coronavirus, pues se hacen personalmente para generar un ambiente de confianza y mantener la confidencialidad.
El proyecto también busca revisar qué están viviendo hombres y mujeres, más allá de la ‘moda’ de incorporar mujeres a las filas para mostrar de una manera diferente a los gobiernos y a las instituciones
Aporte a una perspectiva internacional
Para Chacón, estudiante de último semestre de Ciencia Política y Gobierno, y joven investigadora, parte de la relevancia de la investigación radica en que se está ampliando la perspectiva de WomanStats para el análisis de las mujeres en situaciones de conflicto, ya que no solo se ven como víctimas o victimarias, sino como líderes dentro de las Fuerzas Militares. Según ella, este es un punto importante, pues existe una buena cantidad de estudios enfocados en las mujeres vinculadas a los grupos armados ilegales, como parte del conflicto armado colombiano, que ha dejado de lado a las mujeres militares.
Por eso, el estudio apunta a mujeres comandantes de tropa, que están tomando decisiones sobre la soberanía, la independencia y la defensa del territorio nacional, un papel muy distinto al que tuvieron las militares pioneras, que ingresaron como personal administrativo a mediados del siglo xx. Las actuales mujeres están más en la línea de lo que ordena el Artículo 217 de la Constitución Política de Colombia: “Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional”.
Sin embargo, las investigadoras están seguras de que la percepción de ese papel tendrá una variable adicional en el escenario que planteó la pandemia del coronavirus: “Una ventana de oportunidad para resaltar a las mujeres, aunque irónicamente, puede resaltar los estereotipos del cuidado con los que se suele asociar a las mujeres”, asegura Monroy. Eso se comprobará con la fase que está en marcha.
The WomanStats Project es una iniciativa con sede en Estados Unidos, que nació en la Universidad Brigham Young, en 2001, con el objetivo principal de evaluar la relación entre la seguridad de las mujeres con la estabilidad y el desempeño en seguridad de los países. En su concepto, la violencia contra las mujeres resulta ser un factor efectivo para predecir el comportamiento exterior y el nivel de desarrollo de un Estado.
En 2014 comenzó su etapa en español y en 2017, con un capital semilla, se creó WomanStats UR, con sede en la Universidad del Rosario, que centraliza la investigación de WomanStats en América Latina, con Catalina Chacón como única codificadora, y dos investigadores principales para la región: María Catalina Monroy y Juan Pablo Vallejo, experto independiente dedicado a temas relacionados con medioambiente y cambio climático.
La base de datos está abierta al público en la página web http://www.womanstats.org/. Es muy útil para las labores de académicos, estudiantes, periodistas, investigadores y tomadores de decisiones en todo el mundo, pues permite contrastar información oficial con otras fuentes, como el registro de noticias.
Es la base de datos más amplia y relevante de la situación de las mujeres a nivel global, con más de 350 variables de tipo cualitativo y cuantitativo, para entender el estatus de los 176 países a los que se hace seguimiento. Estas variables se dividen en tres tipos: prácticas sociales, leyes y datos, que se recopilan de informes, reportes y noticias.