Rumores que llevan a la vida criminal: su impacto en la deserción escolar
Por:Stefany Hernández
Foto:Alberto Sierra, Milagro Castro DO I https://doi.org/10.12804/dvcn_10336.37298_num6
Cultura y sociedad
Por:Stefany Hernández
Foto:Alberto Sierra, Milagro Castro DO I https://doi.org/10.12804/dvcn_10336.37298_num6
Recibir información de oportunidades para beneficiarse puede hacer que un joven con bajo rendimiento académico deje su vida escolar. Investigadores de distintas universidades analizaron la velocidad con la que estos rumores se viralizan e impactan la deserción escolar.
Para el economista estadounidense Gary Becker la criminalidad es considerada un oficio con un costo y un beneficio: el costo es el esperado de las consecuencias legales que este pueda traer, y el beneficio es percibido como la ganancia que recibe el delincuente. Esta teoría aduce que la persona que inicia su vida criminal tiene conocimiento y entendimiento de sus acciones, cuyo objetivo es mejorar su bienestar individual. En este contexto, para el economista y profesor de la Universidad del Rosario Darwin Cortés, coautor del artículo académico Crime and Education in a Model of Information Transmission (Crimen y educación en un modelo de transmisión de la información) publicado en la revista Annals of Public and Cooperative Economics, la criminalidad tiene distintos componentes sociales que también influyen en la toma de decisiones al iniciarse en este oficio. Uno de ellos son los rumores sobre qué tan beneficioso es el crimen.
Para este caso de estudio con estudiantes de bachillerato, un delincuente o criminal puede convencerles de que ‘el oficio’ es rentable sin necesidad de justificar el tipo de crimen al que se estaría convocando.
“Lo que estamos asumiendo es que, en un principio, todos los jóvenes están escolarizados y puede que eventualmente reciban información sobre la vida criminal”, explica el profesor Cortés. “Si eso pasa, es porque se enteran de que hay personas que se dedican a esa actividad”, continúa.
“La novedad desde el punto de vista teórico es que aplicamos un modelo matemático de cómo se esparcen los rumores, y los consideramos y estudiamos como una forma de transmisión ‘viral’ de la información, exactamente como la propagación de un virus cualquiera”, explica el investigador de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, Darwin Cortés.
La pregunta, entonces, que los estudiantes se hacen es: ¿El crimen sí paga? En el momento en el que los jóvenes se encuentran por primera vez con un criminal es cuando se plantean qué tan rentable puede ser el crimen. “Si ese encuentro transcurre en un tiempo cercano respecto al momento en el cual el estudiante escuchó el rumor, indicaría que el crimen sí tiene un beneficio para ellos. Si ese encuentro es tardío, puede que pague poco o no lo haga. El estudiante utiliza esa decisión para dejar el colegio o seguir estudiando”, explica Cortés.
Esta investigación tuvo como objetivo contribuir al análisis económico del crimen del economista Gary Becker aplicando el modelo de la economía del rumor del economista indio Abhijit Banerjee. Para cumplirlo se construyó un modelo teórico generalizado a partir de lo que puede ocurrir en la toma de decisiones de los estudiantes de secundaria y la rentabilidad de la vida criminal. El estudio contó también con la participación de los autores Guido Friebel, de la Universidad de Goethe en Alemania, y Darío Maldonado, de la Universidad de los Andes.
El modelo de Banerjee indica que cada individuo toma decisiones basadas en las opiniones o rumores de otros, siempre y cuando lo beneficien. Lo que en otras palabras se conoce como ‘modelo del rebaño’. “La novedad desde el punto de vista teórico” -argumenta el profesor Cortés- “es que aplicamos un modelo matemático de cómo se esparcen los rumores, y los consideramos y estudiamos como una forma de transmisión ‘viral’ de la información, exactamente como la propagación de un virus cualquiera”.
Para ello se evaluaron tres escenarios en los que tanto los estudiantes con buen rendimiento académico como los que no se enfrentaban a la decisión de dejar el colegio e iniciar una vida criminal, o continuar aprendiendo, dependiendo del grado de rentabilidad de ambos oficios.
En el primer escenario la vida criminal no resulta beneficiosa para ningún grupo. Aquí la velocidad con la que transcurre el rumor es nula y no hay aumento en el índice de delincuencia.
En el segundo escenario la vida criminal sí resulta beneficiosa para algunos, pero no para otros. La velocidad con la que transcurre el rumor es media y afecta a los estudiantes con mal rendimiento académico sobre quienes tienen buenas notas.
Y en el tercer escenario el crimen “sí paga”, el rumor se esparce rápidamente y afecta tanto a los estudiantes con buenas notas como a quienes no las tienen.
Además de dirigir su mirada a la velocidad de expansión del rumor, el estudio simuló una situación en la cual estudiar resultaba más rentable que la criminalidad al convocar programas de educación gratuita basados en la meritocracia y en el buen rendimiento académico de los estudiantes.
Además de dirigir su mirada a la velocidad de expansión del rumor, el estudio simuló una situación en la cual estudiar resultaba más rentable que la criminalidad al convocar programas de educación gratuita basados en la meritocracia y en el buen rendimiento académico de los estudiantes. Los investigadores, entonces, analizaron cómo el contexto hipotético influía la decisión de la deserción escolar y la vinculación a la vida criminal.
El análisis basado en el modelo estadístico aplicado concluyó que en esta situación se disminuyó la velocidad de expansión del rumor en los tres escenarios previamente descritos. Sin embargo, esto no significa que deje de existir la posibilidad de que los estudiantes se vuelvan delincuentes, especialmente quienes tienen bajo rendimiento académico.
Para el profesor Cortés el dilema es tratar de mostrar que una política que está dirigida a una determinada población puede afectar a la que no cumple con sus premisas. “Por ejemplo, en Colombia el programa Ser Pilo Paga –que ya no existe fue un caso de política pública que cumple con estas condiciones de meritocracia y podría servir como objeto de estudio para conocer lo que realmente ocurre con quienes no estaban calificados para ser parte de este”.
Así mismo, el profesor Cortés considera que para que una política pública tenga éxito en incentivar a los jóvenes a que continúen con sus estudios a partir del rendimiento académico, es importante crear, al mismo tiempo, otras políticas públicas que hagan seguimiento a quienes tienen un rendimiento académico insuficiente, con el fin de disminuir el porcentaje de deserción, ya que hay otros factores, además de la falta de motivación, que llevan a un estudiante a dejar el colegio, tales como el embarazo adolescente, el consumo de estupefacientes, el trabajo infantil, etc.
El estudio de los investigadores de la Universidad del Rosario construye una teoría que compara dos proyectos de vida. Uno que no es riesgoso, pero cuyos costos tardan en recuperarse; este es el caso de la educación en el que hay una inversión muy alta de tiempo, dinero y aprendizaje. El otro es el crimen, un proyecto mucho más riesgoso, pero que ofrece “beneficios” de un determinado tipo más rápidamente que la educación.
El informe La deserción escolar en Colombia en 2021, del Ministerio de Educación Nacional, indica que la deserción escolar durante ese año fue del 3,58 %, y es la secundaria la etapa con mayor grado de abandono de las aulas. Las principales razones por las cuales se da este fenómeno, según lo manifestado por los estudiantes, son la falta de interés, la necesidad de trabajar y la escasez de recursos económicos para continuar con la actividad académica.