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Víctor Samuel Pérez

"Solo quiero ser Samuel… inspirar e impactar"

Por:Ximena Serrano Gil

Foto:Víctor Samuel Pérez

Se identifica con los sanjuaneros y las pícaras coplas ‘rajaleñas’ provenientes del territorio opita, pero a su vez es fanático de la banda The Strokes, Víctor Samuel Pérez Díaz es un entusiasta líder estudiantil de la Universidad del Rosario, de los que con su sonrisa atrapan audiencias.

Se identifica con los sanjuaneros y las pícaras coplas ‘rajaleñas’ provenientes del territorio opita, pero a su vez es fanático de la banda The Strokes, Víctor Samuel Pérez Díaz es un entusiasta líder estudiantil de la Universidad del Rosario, de los que con su sonrisa atrapan audiencias. Se presenta como un apasionado de las matemáticas, la filosofía, la física y la música. Además, con el ímpetu de su juventud tiene como estandarte inspirar y empoderar a otros.

Con sus casi 20 años, el currículum de Víctor Samuel ya cuenta con logros como ser becario del programa Jóvenes Embajadores del Departamento de Estado de los Estados Unidos, presidente del Consejo Estudiantil de Ciencias Naturales y Matemáticas (CECNM), beneficiario del programa Ser Pilo Paga del Gobierno Nacional y becario de Latin American Leadership Academy. Algunos de los logros que sigue sumando son su compromiso y capacidad para integrar y mejorar aptitudes académicas y científicas de los estudiantes en la construcción de conocimiento.

Música que lo hace vibrar

El estudiante de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación (MACC) nació en La Plata, un pequeño, típico y pintoresco pueblo en el suroccidente del Huila, donde aprendió a conocer y amar el folclor de la región. Recordar cómo se inició en la guitarra interpretando bambucos y pasillos, particularmente cuando fue seleccionado para participar en el Festival Nacional del Bambuco en Neiva, le marca una pícara y amplia sonrisa, luego de la que expresa: “Eso fue lo máximo, fue una maravillosa época”.

Por motivos laborales de su madre, Pérez se trasladó a Ibagué, la capital musical de Colombia. Esta fue una oportunidad más de crecimiento y formación. Según cuenta Samuel, mientras cursaba los dos últimos grados de bachillerato, también estudiaba en el Conservatorio del Tolima, donde amplió su formación al pasar de la música folclórica a la usada comúnmente en la academia.

 
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Víctor Samuel Pérez Díaz representa la energía, el liderazgo y cambio de paradigmas de las nuevas generaciones de estudiantes de la Universidad del Rosario.

Retos que construyen futuro

Samuel, como lo llama la mayoría, se caracteriza por su capacidad de asumir retos que lo lleven a un aprendizaje continuo. Finalizando el grado 11 ganó la convocatoria para el programa Jóvenes Embajadores del Departamento de Estado de los Estados Unidos, vivencia que le marcó un antes y un después. “Era la primera vez que salía del país, un mes de aprendizaje en los Estados Unidos. Llegamos a adentrarnos al congreso para así tener un mayor entendimiento de ese país y, asimismo, conocí parte de su cultura. Esa fue una experiencia que me impulsó a ver qué más hay cuando pensamos fuera de la caja”, comenta.

Y los logros continuaron. Como resultado del esfuerzo, dedicación y sus excelentes resultados académicos, obtuvo el beneficio del programa Ser Pilo Paga. Entonces, el reto era definir su vida académica. Como si estuviera viviendo ese momento, en sus ojos hay una expresión de preocupación: “El primer paso fue escoger entre la filosofía, la música o la ciencia; fue una decisión superfuerte. Aunque me propuse no dejar la música, me decidí por la ciencia”. El razonamiento fue: “Me hubiera sentido un poco triste si no seguía aprendiendo matemáticas en un contexto científico”, conclusión que cierra con una amplia sonrisa.

Después de mucho pensar y buscar, así como de postularse a varias universidades, se decidió por Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación. La razón, según lo explica el estudiante rosarista, combina varias de las cosas que le atraen de la ciencia: entender cómo funcionan las cosas, la parte pura de la ciencia, el uso de las matemáticas aplicadas y las ciencias de la computación en el mundo real, así como catalizar la innovación en entornos digitales. “No me sentía satisfecho de estudiar solo matemáticas puras, física, o ingeniería de sistemas. MACC me aportó una nueva visión de las matemáticas y la computación, eso me apasionó”.

Atrapado en la nebulosa académica

A sus cortos 16 años, con ganas de descubrir nuevos horizontes, llegó a Bogotá para iniciar sus estudios. Con la emoción de sentirse en la universidad, explorar la ciudad y aprender a vivir solo, ese primer semestre no resultó ser lo que esperaba: “Fue una experiencia dura porque siempre viví con mi mamá. Fue un semestre difícil, sentí la marcada brecha académica, yo no sabía resolver desigualdades y mis compañeros ya calculaban integrales, me fue mal en los primeros parciales”, cuenta Samuel.

Pero este no era un lujo que se podía permitir; además, teniendo en cuenta que siempre fue un estudiante destacado, como ejemplo de compromiso y perseverancia la respuesta de Samuel fue: “Tomé aire, reaccioné y dije hay que enfrentar este reto y la única forma de superarlo es estudiando mucho”.

Con la espontaneidad y sencillez que lo caracterizan, continuó el relato diciendo: “El segundo semestre fue de aceptación personal, de entender que estás creciendo, que tienes responsabilidades. Extrañaba a mi mamá, la soledad fue dura. Sin embargo, la universidad siempre ha cumplido un rol de acompañamiento especial en Bogotá, pues me provee de un subsidio de alimentación en el almuerzo, que es la comida más importante. Cuando he necesitado apoyo, ha sido muy generosa”.

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Samuel estudia Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación en el Rosario porque, según lo explica, combina varias de las cosas que le atraen de la ciencia: entender cómo funcionan las cosas, la parte pura de la ciencia, el uso de las matemáticas aplicadas y las ciencias de la computación en el mundo real.

Liderazgo, una herramienta para el presente y el futuro

Desde temprana edad, este joven estudiante ha mostrado grandes habilidades para el liderazgo. Así, con mucha naturalidad, dice: “Siempre me han interesado las dinámicas del liderazgo. En primer semestre preguntaron quién quería ser representante del semestre y yo levanté la mano. En el segundo año me propusieron que fuera canciller del Consejo Estudiantil y acepté el reto, que ya es un cargo de la mesa directiva. Desde ese momento me planteé el objetivo de ser presidente del CECNM, no por el estatus del cargo, sino porque me entusiasma la idea de que, a través del liderazgo, tú puedes inspirar a otras personas y empoderarlas”.

Con su mochila llena de logros y actividades destacadas, se postuló a la beca de Latin American Leadership Academy, que consiste en un entrenamiento intensivo para afianzar, potenciar y empoderar a personas que demuestran habilidades y cualidades de liderazgo. “Este programa realiza una serie de bootcamps por diferentes países; me postulé al de México y fui el único colombiano escogido entre, aproximadamente, mil jóvenes de Latinoamérica. La beca no cubría los vuelos y la universidad me ayudó”, complementó.

Con sencillez, claridad y total espontaneidad en sus apreciaciones, Samuel afirma: “Mi mayor aprendizaje fue reconocer la importancia de ser vulnerable, sin ser débil. También, en esa vulnerabilidad, aprender a reconocerse uno mismo, sus fortalezas y debilidades, para poder impactar a los demás”.

Uno de los cuestionamientos con que viajó era cómo usar su carrera para encontrar y plantear soluciones a las problemáticas contemporáneas. Al respecto, en medio de risas, y muy al estilo matemático, explicó: “La respuesta aún no la tengo. No me dieron la fórmula, no me dijeron ‘usted hace esta multiplicación o calcula la integral y tiene la respuesta’. Solo logré despejar una variable. Así que ahí voy, resolviendo la ecuación que seguramente no tiene una respuesta matemática, sino, tal vez, una aproximación”.

Mientras eso sucede, Samuel y sus compañeros quieren impulsar e inspirar, desde el Consejo, la ciencia entre toda la comunidad rosarista. Con su voz en tono muy entusiasta y motivador, dice: “Nosotros somos promotores de la ciencia en la universidad, queremos usar la ciencia en beneficio de la sociedad”.

Ya no toca guitarra todos los días, pero la música sigue ahí. Aún con las mismas ganas de encontrar respuestas y explorar nuevos horizontes, culminando su quinto semestre, Samuel representa la energía, el liderazgo y cambio de paradigmas de las nuevas generaciones de estudiantes de la Universidad del Rosario. “Tengo muchas ganas de aportar a la parte teórica de las matemáticas o las ciencias de la computación, pero, asimismo, quiero aplicar estas disciplinas en el planteamiento de soluciones. Yo no quiero ser Bill Gates, Mark Zuckerberg o Elon Musk, no busco ser como alguien más; quiero ser Samuel y, con la autenticidad que eso conlleva, poder inspirar e impactar más allá de quienes me rodean”.