Editorial: Convocatoria de Ensayo sobre la Reconquista
Luis Enrique Nieto Arango
Luis Enrique Nieto Arango
El desinterés por la Historia y el prejuicio sobre su inutilidad o inocuidad han hecho carrera entre nosotros, hasta el punto de haberla desterrado como asignatura del pénsum de la educación media.
A esta situación ha contribuido, en buena parte, el cultivo de la disciplina histórica como apologética o hagiografía unas veces o como proselitismo otras, cuando no como mera fabulación, encaminada a mitificar individualidades, sectas, elitismos o presuntas superioridades raciales, familiares o religiosas.
La Academia, así con mayúscula, no ha hecho mucho para contrarrestar este descrédito de una ciencia indispensable para la vida en sociedad.<
Debemos confesar que esta misma Revista, en su versión escrita la más antigua del medio universitario colombiano, ha dejado huellas de ese transcurrir, -ingenuo o malintencionado, o ambas cosas a la vez-, por los caminos de la historiografía colombiana: en algunas de nuestras páginas podemos encontrar crónicas del pretérito que responden a una intención, a veces inadvertida, de desfigurar o tergiversar la realidad con el fin de apuntalar un determinado proyecto ideológico o una concepción excluyente de la nacionalidad.
Esa idea, parroquial y esterilizante, de la historia de tiempo atrás ha venido siendo superada, gracias a la labor de personajes ya fallecidos, de la talla intelectual de Jaime Jaramillo Uribe, Juan Friede, Luis Ospina Vásquez o esos brillantes colegiales rosaristas, desaparecidos prematuramente, Francisco Posada Díaz y Germán Colmenares quienes, entre muchos otros, hicieron eco de los grandes maestros universales que desde finales del siglo XIX irrumpieron con sus obras pioneras para sacar a la historia de su torre de marfil, integrarla a todos los aspectos de la vida y convertirla, con rigor científico y pasión por la verdad, en un conocimiento indispensable para la comprensión de la humanidad.
La Reconquista, Pacificación o Época del Terror, como se ha denominado el arribo a la Nueva Granada del General Pablo Morillo, con motivo de la restauración en el trono del Rey Fernando VII, está cumpliendo por estas fechas 200 años.
Ese proceso histórico, trascendental en el tránsito hacia la emancipación y la formación del Estado Nacional ha sido víctima, sin duda, del tratamiento ineficiente de una historiografía que está llamada a renovarse, atendiendo las nuevas corrientes con que los autores de la Nueva Historia la han aireado.
Sobre la base de estas consideraciones la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, encabezada por el director de esta Revista y con el decidido apoyo de las directivas, está convocando a toda la comunidad de estudiantes de los distintos programas, profesores, egresados y personal administrativo a un concurso de ensayo acerca de la Reconquista.
El Claustro Rosarista fue testigo y protagonista de esa época. Sus hijos vivieron intensamente, desde diferentes posiciones y con variadas actitudes, los avatares de ese evento histórico en el cual las aulas, los dormitorios y la capilla de La Bordadita fueron, al mismo tiempo, cuartel, cárcel y último sitio de reflexión para los muchos ajusticiados por orden de Morillo.
Esta convocatoria, cuyas bases pueden verse en los distintos medios informativos del Rosario, aspira a una masiva respuesta desde todas la Facultades y Escuelas que hoy constituyen nuestra Universidad, empeñada en ser, con total seriedad, una institución de docencia que hace investigación.
Creemos que todo tipo de trabajo tiene cabida en el tratamiento de esta temática: el ensayo, el cuento, el guion y en fin todas las manifestaciones artísticas que aspiren a plasmar un hecho del pasado, cuyo conocimiento nos debe servir para la comprensión del presente y para la prospectiva de un futuro que soñamos, de acuerdo con la visión 2020 recientemente divulgada, moviendo fronteras a través de la investigación y la promoción de la equidad y la diversidad.
Hoy más que nunca, en el momento que estamos viviendo, la memoria histórica se advierte como un elemento necesario para un futuro viable mediante la construcción de la paz. Por eso estamos convencidos de que este ejercicio que proponemos a todos los rosaristas, constituirá un aporte a esa “Ilustración de la República”, que es la misión indeclinable, encomendada por el fundador Fray Cristóbal de Torres.