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Ser felices después del Covid 19 y ante la guerra

Jairo Hernán Ortega Ortega

Dr-Martin-Seligman-Dominio-publico

Para la fecha, la morbimortalidad por el coronavirus Covid 19 en Colombia, y en el mundo, ha mermado de manera notoria, tanto así que en muchas partes se ha liberalizado el uso de tapabocas para espacios abiertos, se ha vuelto a las aulas tanto en colegios como universidades y las restricciones para vuelos probablemente ya no existen. Todo se ha debido a las medidas de prevención, al uso de elementos de protección y lo más importante, a la vacunación; también a que la virulencia y letalidad del microorganismo ha disminuido y se han contagiado más personas con lo que se va alcanzado la llamada inmunidad de rebaño. Parece, por ahora, que el mundo vuelve a respirar ya sonreír.
 
Pero siempre existirá un “pero” para el ser humano, otra amenaza se cierne sobre “nuestro” planeta tierra: La Tercera Guerra Mundial, de la que escuchó hablar desde chiquito. Rusia se invadió a Ucrania, sin el beneplácito de los mandamases del mundo lo cual resquebraja el  statu quo  y pone en vilo la paz mundial sin que nosotros, humildes y/o soberbios mortales, podamos hacer nada para evitar nuestro fin. Por ahora, el mundo vuelve a respirar con dificultad y la sonrisa se ha transformado en un rictus.
 
Parece que, para nuestra especie, ser felices no hace parte de la evolución. Mucho hablamos, pregonamos y dictamos cátedra sobre la felicidad, decimos que es un liderazgo positivo y que es la ciencia de hacer la diferencia, la ciencia de la felicidad; es lo que se ha denominado Psicología Positiva ¿Por qué no ser feliz? ¿Cómo hago para ser feliz o más feliz? ¿Cómo hacerlo en mi vida, en mi trabajo, en mi profesión? ¿Cómo ser empleado o patrón o independiente?
 
La mayoría de las personas tiene una idea equivocada de lo que lleva a la felicidad. ¿El éxito? El éxito no lleva a la felicidad ¿El dinero? No obstante el éxito (causa) produce un efecto (felicidad) ¿La familia? Debemos entender que los objetivos de nuestras propias vidas no son las de nuestras esposas o nuestros hijos. Ahora, una cosa es verdad: la felicidad sí lleva a más y más éxito. Entonces, debemos enfocarnos a aumentar los niveles de bienestar para nuestra familia, nuestros empleados, nuestro entorno y, lo más importante, para nosotros mismos.
 
Si aumento los niveles de bienestar, estaré aumentando la creatividad, el pensamiento divergente (creativo), la capacidad de trabajar en equipo, los niveles motivacionales y la generosidad. La Psicología Positiva enseña que la felicidad lleva al éxito y el éxito lleva a la felicidad, por lo cual nos debemos preguntarnos ¿qué nos pasa, qué queremos mejorar, qué va mal, qué vacíos hay…? Y puede que sean insuficientes, entonces los psicólogos de la felicidad aconsejan que mejor preguntemos sobre lo que está bien.
 
El objetivo es mejorar las experiencias: ¿qué funciona bien en la compañía? ¿Qué puntos fuertes tengo como gerente? ¡Mirar lo mejor para mejorar lo que no funciona bien! Lo creo Martín Seligman, el padre de la Psicología Positiva, para ver la realidad tal como es: tristeza, felicidad, conflictos, triunfos, éxitos… Las respuestas están en las preguntas que hacemos y cómo las hacemos, preguntar, por ejemplo, ¿por ¿Qué hay fracasos?
 
En los 80´s empieza a implementarse al estudiar niños que fueron exitosos, advirtiendo la capacidad de resiliencia que manifestaban, “ellos rebotan después de caer”; lo llamativo es que eran chicos comunes y corriente. Es muy importante entender que necesitamos resiliencia porque la vida es dura, siempre vamos a estar sometidos a pruebas y/o conflictos que debemos saber soportar y superar.
 
Para lo anterior ayuda tener un sentido y propósito en la vida, con metas para el futuro. Por eso es tan importante interrogarnos ¿qué quiero ser cuándo grande? Un verdadero objetivo debe tener significado profundo ¿algo que nos haga levantar por la mañana! ¿Por qué? ¿para qué? Entonces, el éxito será muy posible y, por ende, la felicidad (o la felicidad será muy posible y, por ende, el éxito).
 

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La búsqueda de la perfección de Tal Ben-Sahahar

Debemos ser optimistas, pero con un optimismo realista para luchar y superar los momentos difíciles, para lo cual nos puede ayudar a tener un modelo de inspiración, reforzando los puntos fuertes, pero sin ignorar las falencias.
 
Hay cosas adicionales que ayudan, la actividad física, el deporte, el baile, cultivar un pasatiempo, ser generosos, aportar a causas sociales, etc. Son cosas que se pueden aprender y se pueden enseñar desde la niñez. Hay que enseñar al infante a ser optimista, porque eso le volverá resiliente, exponiéndolo a y ejemplos para lo cual nos podemos apoyar, verbigracia, en biografías de personajes notables o emprendedores. Educar siempre desde la realidad sin ocultar las debilidades o amenazas y resaltar las oportunidades y fortalezas.
 
¿Cuáles son sus fortalezas? ¿Qué lo hace más fuete? Puede ser el pensamiento estratégico, el hablar en público, escribir, tener metas definidas, hacer ejercicio físico mínimo por treinta minutos tres veces a la semana (hay quienes sostienen que puede tener igual efecto que el medicamento psiquiátrico más poderoso, ya que la capacidad física se refleja en la capacidad mental). La actividad física regulada y programada disminuye y previene el Alzheimer, la demencia, ayuda a que las personas estén más tranquilas y las hace más resilientes.
 
La mente buena también debemos ejercitarla, una forma es cambiar las preguntas o la forma de preguntar ya que las preguntas crean la realidad al definirla, pero nuestro cerebro solo ve una parte muy pequeña de la realidad ya que solo tiene capacidad para concentrarse, bien, en una sola cosa.
 
Un ejemplo válido es el de la relación amorosa; en los primeros tres o cuatro años la parte del cerebro que critica “no funciona”, estará viendo las cosas normales y sorprendentes de mi pareja y de nosotros como pareja ¿por qué nos sorprende que fracasen las parejas? En verdad es difícil mantener la relación, hay que trabajar en ello, esforzarnos, ser resilientes y comprender que no toda relación está destinada a tener éxito. Este se logra si continuamos apreciando lo maravilloso y no perdemos la capacidad de asombro. No demos todo por hecho con nuestra pareja, hay que volver a decir, ojalá con frecuencia, “lo que aprecio de ti es…”. Incluso cuando estemos en conflicto, momento en el cual debemos recordar la base sana que tiene la relación.
 
En los centros de enseñanza, los profesores no solo deben llamar a los alumnos para lo negativo. Las organizaciones se deben concentrar más en lo que los hace fuertes y exitosos, a mayor éxito mayor resiliencia. En mi trabajo debo preguntarme si puedo hacer, todos los días, lo que mejor se hacer. Debo identificar mis propias fortalezas y ejercerlas.
 
En mi vida personal, reconocer lo que me produce agradecimiento y de qué vivo agradecido. Se puede hacer un ejercicio sencillo: antes de dormir, escribir cinco cosas que me producirán agradecimiento. Todo eso nos ayudará a ser más optimistas, más felices y propensos a llegar a los objetivos. Eso impacta la salud fortalece porquee el sistema impermeable. Una vez, aunque sea, reunámonos con nuestra esposa y nuestros hijos a cenar y habremos de lo que nos resultó más divertido durante la semana. Esta apreciación nos permitirá agradecer a algo oa alguien y el resultado será crecer en valores. Lo bueno sube de valor, si no apreciamos lo bueno entonces se deprecia. Nunca demos las cosas por sentadas.
 
Escuchó a los pacientes terminales, una vez han aplicado esas sencillas indicaciones, pronunciar que “por primera vez se sintieron vivos” y manifiestan que aprecian más a su familia, valoran una buena comida compartida, o respirar “aire puro”. Son cosas que siempre hubo, pero por la misma situación de la enfermedad y de lo especial de las vivencias se les da un especial y sentido valor.
Debemos mirar a nuestro rededor porque el entorno encierra un gran potencial de felicidad ¿acaso debemos seguir esperando a que algo extraordinario o trágico suceda para apreciar nuestros tesoros? Si queremos crecer no dejemos de hacer preguntas. Ante un fracaso que experimente debo aprender de él. La respuesta, o la felicidad, quizás estaban frente a nosotros y no las habíamos visto. Es natural que pasemos por alto lo que no estemos buscando; como en El Principito, lo esencial es invisible a los ojos y, más aún, si no entendemos las preguntas que nos hacemos.
 

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Peter F. Drucker - De Jeff McNeill CC BY-SA 2.0,

En esto es el maestro Peter Drucker,  the man who invented management,  quien decía que la forma de hacer las preguntas es la mayor fuente que causa errores al tomar decisiones gerenciales, al tratar de encontrar la respuesta correcta, cuando lo que debemos encontrar es la pregunta correcto Entonces, lo peligroso es hacer la pregunta equivocada. Lo que sucede es que las preguntas llevan a la realidad, definiendo la realidad.

¿Cuánto tiempo dedicamos a pensar respuestas y cuánto tiempo a pensar preguntas? Siempre queremos tener respuestas y olvidamos que debemos generar preguntas, pensando el tipo de las que vamos a hacer. Eso lo debemos realizar en todos los alrededores, hasta en el familiar: ¿qué preguntas le voy a hacer a mis hijos, a mi esposa, a mí mismo? Pensemos en todas las posibilidades.

Debemos plantearnos diversos escenarios:

  • ¿De qué estoy agradecido?
  • Escribir sobre o situaciones avanzadas del día
  • Compromiso con el trabajo
  • Niveles motivacionales
  • Niveles de creatividad
  • Preguntarnos sobre cómo hacer la diferencia en el sitio de trabajo, en la universidad, en el colegio, en la familia, en la sociedad ¿qué fue lo mejor que hice? Esto nos ayudara a ser lideres mas efectivos
  • ¿Cuándo se sintió usted en condiciones de mayor seguridad en el trabajo?
  • Fijar propósitos: mi objetivo esta semana es ________ , ¿qué es lo que aprecio de ______ . Cuando uno aprecia, aumenta el valor.

Lo debemos aplicar en la vida y en el trabajo, direccionado con sentido común, sin dar todo por sentado, pero apreciando lo bueno que hay en nuestras vidas siendo siempre agradecidos y valorando lo bueno; cuando uno aprecia lo que es bueno, lo bueno incrementa su valor. Debemos reconocer el potencial que hay en nosotros y en todos. ¿Cuáles serían las preguntas que ustedes van a hacer? ¿La realidad que van a crear de ustedes mismos y del resto de nosotros?
 
Todos estos conceptos los escuché en el foro Felicidad y Locura: ingredientes para saborear el éxito, realizado el 17 de octubre de 2012, en Bogotá, por el diario El Espectador, CNN y Caracol Radio. El objetivo era conformar un punto de encuentro de temas coyunturales del país y un escenario para la formación de líderes empresariales.
 
El tema de Liderazgo positivo: La ciencia de hacer la diferencia, fue expuesta por el israelí Tal Ben – Shahar quien es el del curso más popular en la Universidad de Harvard sobre Psicología Positiva y el tercer curso más popular de esa universidad sobre Psicología del Liderazgo, con más de 1400 estudiantes por semestre.
 
Es consultor y dicta conferencias alrededor del mundo a ejecutivos de corporaciones multinacionales, al público en general ya poblaciones en riesgo. Dentro de sus temas están el liderazgo, la ética, la felicidad, la autoestima, la capacidad de adaptación, el establecimiento de metas y la concientización. Es el autor de The Pursuit of Perfect: How to Stop Chasing Perfection and Star Living a Richer, Happier Life y de Happier: Learn the Secrets to DialyJoy and Lasting Fufillment.
 
Se graduó en Filosofía y Psicología en Harvard y obtuvo su  Ph.D. en Comportamiento Organizacional. Considere que el mayor potencial individual y organizacional está sin explotar; que las personas con talento se sienten atraídas y prosperan en las organizaciones que traen lo mejor de ellos, que les ayudan a crecer y cumplir con sus competencias y talentos. Pregona sobre las estrategias que los directivos y consultores pueden hacer para fomentar el potencial inherente en si mismos y en sus equipos de trabajo y colaboradores.

Entonces, con una pandemia en remojo, una guerra eurorusa que nos tiene en vilo y unas elecciones presidenciales cruciales en ciernes ¿podemos ser felices? Ghandi hizo que la India estuviera orgullosa de sí misma y eso la valorizó ante Inglaterra y ante el mundo. Ningún país es perfecto, el nuestro menos, pero si apreciamos a Colombia con amor podemos hacerla feliz y, de contera, ser felices nosotros.