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La re-definición del museo: una reflexión desde el ámbito desde la educación

Ingrid Frederick

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En las últimas semanas se ha retomado el debate sobre la definición de museo.

Un número de comités tanto nacionales como internacionales de ICOM – el Consejo Internacional de los Museos — han difundido encuestas y promovido actividades para recopilar perspectivas sobre la definición de los museos. Esto no es algo realmente reciente, pues previamente se estaba llevando a cabo un trabajo sobres esto, desde la preparación de la conferencia trienal del ICOM en septiembre de 2019 en Kioto (Japón). Fue en ese momento que se presentó el producto del trabajo de un grupo de miembros nombrados por el Presidente y Consejo Ejecutivo, con el objetivo de revisar la definición de museo que el ICOM había adoptado en 2007 y que ha sido referente hasta el momento en legislaciones nacionales e internacionales: “Un museo es una institución permanente sin fines de lucro al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, transmite y expone el patrimonio tangible e intangible de la humanidad y de su entorno para la educación, el estudio y el deleite.” (Estatutos del ICOM, 2007, p. 3)

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La Conferencia General postpone el voto de una nueva definición de museo en 2019, Kioto. Fuente: ICOM.

La presidente del comité ICOM CECA, Marie-Clarté O’Neill (2020), analiza que aproximadamente el 40% de las palabras usadas en esta breve definición están relacionadas con cuestiones del público, la difusión y sociedad, pero critica las redundancias y el uso de términos considerados anticuados.

O’Neill también presenta unas sugerencias de cambio de algunas palabras que tienen unas connotaciones más acordes a la función de los museos. Por ejemplo:

  • “coleccionar” en vez de “adquirir” (pues adquisición tiene una asociación más comercial)
  • “transmitir” en vez de “exhibir y transmitir” (porque la exhibición es tan sólo una de las estrategias entre muchas otras formas de transmitir)
  • “investigación” en vez de “estudio” (los museos están cada vez más considerados como centros de investigación y la palabra estudio se considera anticuada versus el término contemporáneo de investigación).

En la reunión de Kioto de ICOM la propuesta de definición fue la siguiente: “Los museos son espacios democratizadores, inclusivos y polifónicos para el diálogo crítico sobre los pasados y los futuros. Reconociendo y abordando los conflictos y desafíos del presente, custodian artefactos y especímenes para la sociedad, salvaguardan memorias diversas para las generaciones futuras y garantizan la igualdad de derechos y la igualdad de acceso al patrimonio para todos los pueblos. Los museos no tienen ánimo de lucro. Son participativos y transparentes y trabajan en colaboración activa con y para las diversas comunidades a fin de coleccionar, preservar, investigar, interpretar, exponer y ampliar las comprensiones del mundo, con el propósito de contribuir a la dignidad humana y a la justicia social, a la igualdad mundial y al bienestar planetario.”

 

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Was There When the Museum Definition was Discussed in Kyoto. Imagen de: Roeland Paardekooper, en ECHOES

Según O’Neill, la definición presentada en la sesión de 2019 es treces veces más larga (de 47 pasó a 126 palabras); cuenta con alrededor del 52% de palabras relacionadas con cuestiones relacionadas con el rol del museo con el público, la difusión y sociedad. Aunque esta evolución refleja las nuevas consideraciones sociales en torno al papel de la institución de acuerdo con las corrientes museológicas, las reacciones a la propuesta de la nueva definición presentada en 2019 demuestran que la situación es más compleja y hay más aspectos a considerar.

Al no llegarse a un consenso entre los representantes nacionales del ICOM en la conferencia de Kioto, se ha ampliado el periodo para la discusión y debate en torno al concepto del museo entre los profesionales. Un tema recurrente que al parecer se ha presentado como una dificultad para llegar a un consenso son las diferencias culturales y las concepciones de cultura y de museo que pueden considerarse desde los contextos geográficos particulares, pues si bien la participación gremial en ICOM ha sido históricamente europea en su mayoría, la institución con sede principal en París debe velar por promover la visión de museo adaptable a nivel internacional para todos los contextos regionales y nacionales.

Aparte de los desafíos que ya presenta el poder llegar a un conceso sobre la definición de museo, se suman los intereses y valores por los que velan los diferentes trabajadores de museos, desde sus áreas y campos de experticia. En el campo museológico se reúnen diversas disciplinas que han logrado poco a poco afianzarse y profesionalizarse. En las discusiones en torno a la nueva definición se han hecho visibles tensiones entre las que parecen enfrentarse voces desde ciertos países y regiones, principalmente el hemisferio norte vs el sur. En mi opinión, aunque pueden reflejar algunas tendencias o generalidades, es algo simplista esta visión antagonista pues no puede suponerse que al interior de estos países o grupos de países existieran opiniones homogéneas.

Por esta razón, rescato el valioso trabajo de recopilación y análisis de las consideraciones de diferentes representantes del sector que se realizó desde el Comité Internacional de Educación y Acción Cultural (CECA) en el que se demuestra que existen ciertas tendencias y puntos en común entre diferentes países, los cuales parten de la naturaleza del tipo de labor museológica y enfoque disciplinar, mas no necesariamente reflejando una disparidad norte-sur global desde la posición de debate postcolonial.

Ahora bien, ¿cuáles son estas principales discusiones que se han destacado desde la mirada de los profesionales trabajando por la educación y acción cultural en los museos?

  • El cuestionamiento sobre el porqué de una definición de museo: Una de las funciones de la definición es incluirla en la legislación nacional e internacional y debe ser corta y precisa, en lenguaje sencillo y fácil de interpretar y traducir en diferentes idiomas. “Para todos, una definición global debe tener en cuenta la gran diversidad y los contextos locales de los museos de todo el mundo, en particular en lo que respecta a la existencia de las instituciones, su permanencia y su función educativa.” (O’Neill 2020, 367)
  • Puntos de vista a favor y en contra de la nueva definición: Aunque un punto a favor es el uso de términos que reflejan conceptos de la museología contemporánea, se critica que no es lo suficientemente universal, precisa ni corta. Según el análisis del sondeo del comité internacional, existen diferencias entre: 1) la naturaleza de un museo; 2) las misiones que se le asignan 3) los objetivos que busca un museo; y 4) los medios que puede desplegar para lograrlos (O’Neil 2020, 368-369).

Sobre la naturaleza del museo,  a continuación rescato algunas ideas que se han sugerido tener en cuenta para la definición del museo:

  • Se ha hecho énfasis en el término de institución (insistido por Singapur, Uruguay, Zambia). Esto se relaciona a su vez con la  necesidad de incluir la noción de permanencia (notación de China, Singabur y Zambia).
  • Un museo presta servicio a la sociedad y no tiene fines de lucro.
  • El acceso pleno y continuo a toda la sociedad debe ser garantizado por el museo.
  • El concepto de educación para el campo del museo.

No ahondaré en cada una de estas discusiones pero si resaltaré dos en particular: sobre la función social y la función educativa. Una de las preguntas que han surgido sobre las misiones del museo es exactamente qué significa su rol social. Existen posiciones más radicales como proponer que los museos sean espacios para debatir temas controvertidos, ya sean de carácter cultural, ético, político, etc. Otra posición menos radical al respecto parte de la idea del museo no como actor político directo, pero sí como testigo de la sociedad desde la cual se busca de alguna manera llegar a ciertos consensos y niveles de integración social, reforzando la idea de los museos como espacios de discusión y socialización.
 
El rol de la educación en el museo ha generado un gran debate, empezando por las dificultades de traducción y los distintos términos existentes en los diferentes idiomas y tradiciones museológicas para referirse a las labores educativas en los museos. Por ejemplo, en países de influencia anglosajona la fuerte asociación del término con la educación escolar y formal en la lengua anglosajona ha generado controversia en la museología desde décadas atrás.
 
La enseñanza o educación si ha hecho parte integral de los museos, aunque el término de educación puede haberse transformado, es más, todavía sigue cambiando. En palabras de la presidente del Comité ICOM CECA el término de educación no se adopta en los museos como un proceso o método, sino como resultado. Así mismo, además de que los museos sean socios en la educación escolar y académica, como es el caso documentado en algunos países de África, Asia, y América (Zambia, China, Brasil y EEUU son algunos ejemplos citados), también ha sido reconocida la educación museal con un papel primordial para todos los públicos.
 
En el caso de Brasil, la educación es una función mencionada en la la Política Nacional de Educación de Museos. “En Austria, el museo es reconocido como un lugar de producción de conocimientos con los visitantes, que es lo que hacen los educadores de los museos (cualquiera que sea el título que se les dé en los diferentes países)” (ibid, 371).
 
Por último, rescatemos una de las raíces etimológicas de la palabra “educar”. Parte del término latino educere, que significaría conducir o guiar. Es diferente del término educare, relacionado con criar, nutrir y alimentar,  lo cual está asociado a un crecimiento de fuera hacia dentro. En el caso de el término educere, se trata de un conducir desde dentro hacia fuera y por tanto se ha asociado a la idea de una educación activa  (R. Nassif; en Lisardo Doval Salgado 1979: 115-116). Desde las labores del museo aparecen varias de estas nociones: la de guía, “activar” el patrimonio, motivar, animar y generar sentimientos, ideas, percepciones a través de una exposición de objetos y contenidos. La insersión de la educación en el campo museal, crea un giro en la antigua noción de contemplación de los objetos raros y curiosos para ser admirados por sus cualidades estéticas hacia un carácter de tipo didático y útil de estos objetos como fuente de conocimiento y aprendizaje.  En el contexto de la universidad, de donde se desprende el museo universitario, la educación definitivamente ha hecho una parte integral de su finalidad. Citando a Soledad Pérez Mateo: “Los museos universitarios son ciertamente pioneros en considerar la dimensión educativa de los objetos, más allá de sus cualidades estéticas. El sentido didáctico se acentúa con la apertura al público en el siglo XVIII, en una tendencia que continúa hasta la actualidad”  (Pérez Mateo 2004, 491).

Referencias

ICOM (2007) Resoluciones aprobadas por la 22ª Asamblea General de ICOM. Viena, Austria. Disponible en: https://icom.museum/wp-content/uploads/2018/07/ICOMs-Resolutions_2007_Esp.pdf
 
O’Neill, M. (2020). La red de miembros del Comité de Educación y Acción Cultural y la definición del museo del ICOM – Miradas cruzadas. En ICOM Education 29 – Educación museal – mediación cultural (ed. Stéphanie Wintzerith) pp. 365-380.
 
Pérez Mateo, Soledad. “La educación en los museos universitarios”, en Boletín de Arte nº25, Universidad de Málaga, 2004, pp. 491-518.
 
Salgado, L. D. (1979). Acercamiento etimológico al término “Educación”. Revista Española de Pedagogía, 37(146), 115-121. JSTOR