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¿Cómo se puede entender el papel de la representación del paisaje en la construcción de la nación durante la Comisión Corográfica?

Wilson Camilo Espitia

portada

Desde la creación de la República, los gobernantes siempre han sido grupos minoritarios, es decir, élites que ostentan el poder político.

Para poder gobernar, debían descubrir, conocer, idear y construir la gente y el territorio del país. La creación, difusión y representación de paisajes fue un proceso esencial para generar un concepto común de lo que sería Colombia y con ello, poder gobernarla. No solo para los gobernantes sino también para los gobernados. El papel de la representación de paisajes es relevante en la gobernabilidad de la República dado que, mediante estos, se conocería el territorio y su gente, y,  partir de ese conocimiento, generar un ideal común de lo que es Colombia y qué es ser colombiano. Las representaciones sirvieron para inventar y legitimar una nación que la élite pudiera gobernar.

La élite siempre había vivido aglutinada en la que se creía la cúspide de la razón y la civilización, es decir, Bogotá (Restrepo, 1999). Por ello debía salir a conocer el territorio. Con ese fin, contrató la Comisión Corográfica (1850-1859). La idea era acercarse al país por gobernar. Restrepo (1999) afirma:

se asomarán al país a través de la lectura de las descripciones de los viajeros y entre ellos, los más autorizados son los integrantes de la Comisión Corográfica, empresa justamente contratada con el fin de dar a conocer al país en sus relaciones físicas, morales y políticas

La Comisión Corografía debía proporcionar conocimiento a la élite bogotana para gobernar toda la extensión de la naciente Colombia. Por ello la comisión se comprometía “a levantar una carta general de dicha república y un mapa corográfico de cada una de sus provincias, con los correspondientes itinerarios y descripciones particulares" (Restrepo, 1999, p.33). Esta élite criolla no solo pretendía conocer, sino luego, diseñar comunidades, poblaciones con conceptos comunes para gobernar. La idea era inventarse la nación, crear la articulación de "comunidades imaginadas como naciones” (Anderson, 1993 en Restrepo, 1999, p.38).

Aunque la Comisión Corográfica no estaba ordenada por un partido político en particular, sí serviría como herramienta para gobernar tanto a los Conservadores como a los Liberales. “Aunque la Comisión no era en sí misma una organización partidista, era el producto de una era partidista (Appelbaum, 2013, p. 351). La política podría cambiar, los gobernantes también dentro de la misma élite, sin embargo, las conceptos y las representaciones generadas desde la Comisión Corográfica serían herramientas para toda la clase gobernante para gestionar sobre el pueblo y el territorio “La división política ha cambiado con frecuencia, tanto como las alianzas, las pugnas por el poder, la fuerza de los caudillos y la conformación de las incipientes burguesías regionales” (Restrepo, 1999, p.36).

En cuanto a los paisajes, estos se construyeron a través de la retórica, la escritura y también, a través del dibujo de poblaciones y geografías. La escritura se evidenciaba en la prensa y ejemplares que se publicaban sobre la Comisión Corográfica. “Si se trata de inventar la nación deben ser conocidas del público, a través de ese otro medio constructor de realidades que es la prensa” (Restrepo, 1999, p.38). Y así mismo, Appelbaum (2013) afirma: “el trabajo de la Comisión Corográfica fue objeto de innumerables disputas en la prensa bogotana” (p.369). Si se discutía la información de la Comisión era porque ese conocimiento archivado no solo estaba siendo objeto de conocimiento, sino de manipulación política al discutir cómo entender a la población y cómo definirla para así representarla y volverla un concepto común para gobernar. En cuanto al dibujo, no solo se representaron personas, sino también plantas, paisajes hídricos, topográficos, geográficos y económicos. De ellas se hicieron “aproximadamente doscientas láminas que se dibujan, de acuerdo con lo estipulado en los contratos de los pintores” (Resptrepo, 1999, p.39).

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En cuanto a la población retratada se buscó clasificar por raza, clase social y oficios. “Los pintores de la Comisión son contratados para dibujar los tipos característicos de la población de cada provincia, no pudiendo ser menos de dos y los monumentos que se encuentren y se determinen” (Restrepo, 1999, p. 39). Como se observa, había hasta condiciones para retratar la población de cara región. Es decir, desde la metodología de la Comisión Corográfica, ya se planeaba la manipulación del conocimiento. Esta observación de la población y el territorio también tenía la misión de representar “unos elementos básicos de identificación con las regiones, a través del esfuerzo por describir las "situaciones reales" sobre las que se debe legislar y gobernar desde la capital” (Restrepo, 1999, p.40).

Para la construcción de aquellas representaciones se utilizaron cuatro elementos. Primero, el de la representación emocionada del paisaje, en donde salía el sentimentalismo por “la variedad de climas, la exuberancia de su flora y fauna y, también, la índole diversa de sus pobladores (Restrepo, 1999, p.41). Segundo, el elemento del pasado como nostalgia de lo que se ha perdido. Aquí se rememoraba, por ejemplo, lo Chibcha donde según Appelbaum (2013) “exaltaron las civilizaciones conquistadas que vieron como precursoras de sus propias naciones” (p.371). Tercer elemento, el de representar una identidad diversa “a través de la creación de tipologías que representan las características arquetípicas de una región, una etnia o una clase social. Como todo sistema de clasificación en éste también se establecen jerarquías” (Restrepo, 1999, p.46). Y cuarto, se buscaba a partir de paisajes representados crear un mismo pueblo, una ciudadanía. Crear el paisaje y la población colombiana a partir de expresiones costumbristas.

Así, la Comisión corográfica buscaba, según Restrepo (1999):

poner en evidencia, la diversidad de tipos humanos, oficios, condiciones sociales y regionales, como si se tratara de hechos naturales. Pero no hay que perder de vista que en este proceso de clasificación se crea también esa diversidad, que se convierte en un rasgo objetivo de la nación y que, como hecho descubierto, demanda cierto tipo de organización o acción social (p.53).

Como dice Restrepo, las condiciones sociales y regionales se trataban como hechos naturales, es decir, en la construcción de la nación colombiana del siglo XIX la raza era el condicionante social. El devenir de uns persona dependía de si era blanco, mestizo o negro, o si era de tierra caliente o no. El papel de la representación de paisajes fue importante en Colombia para crear una sociedad un pueblo, un país, a partir de imágenes e idearios que le permitirían a la élite criolla gobernar.

Bibliografía

Applebaum, Nancy. 2013. “Reading the Past on the Mountainsides of Colombia: 3 Mid-Nineteenth-Century Patriotic Geology, Archaeology, and Historiography”. Hispanic American Historical Review 93(3): 347-376.
 
Restrepo, Olga. 1999. “Un imaginario de la nación. Lectura de láminas y descripciones de la Comisión Corográfica”. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 26: 30-58