El fantasma del comunismo puede devolverse a Europa por España

Valentín Morales Posada

Vie, 11/12/2015 - 12:00

En este artículo se exponen las similitudes del partido de izquierda español Podemos con el difunto Hugo Chávez. Además de vinculaciones con este y ciertas declaraciones del movimiento ibérico, dan a entender que, en caso de que este llegue al poder, podría considerar aplicar unas políticas similares a las del mencionado exmandatario caribeño.

Se sustentará con el uso de fuentes periódicas como el ABC de España que, en uno de sus artículos, se desarrolla como los tres jerarcas del partido (Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón) recibieron dinero del gobierno venezolano, liderado en ese entonces por Hugo Chávez, mientras estos trabajaban para una consultora política sin fines de lucro. También se tiene en cuenta sus declaraciones en La sexta columna y otros canales de noticias, donde Pablo Iglesias (el primero al mando) da entender que no está a favor de la pluralidad en los medios de comunicación. En vez de ello, propone un monopolio de dichos elementos por parte del estado, por darle un ejemplo al lector.

Todo el texto se hace con la intención de que los lectores tengan en cuenta que existe un peligro en potencia al otro lado del mar. Aunque no se puede negar que existe la posibilidad de que no se dé más, hay razones para pensar en un sí. Pero es ahí donde está la moraleja de este texto, decir existen evidencias para creer en una expansión del chavismo como sistema de gobierno y es eso lo que debe preocupar.

En España, han surgido varios partidos con propuestas de cambio como “Ciudadans” o “Podemos”. Pero el más llamativo es el segundo, debido a que el partido de color morado ha demostrado una capacidad de crecer, que se suma a un discurso parecido al de la “dictocracia” neocomunista del finado coronel Hugo Chávez Frías, en su momento disfrazada con el eufemismo de “socialismo del Siglo XXI”. A pesar de las dudas que puedan tener algunas personas, este partido tiene estrechas relaciones y justifica el esquema de gobierno del sistema chavista.

Pero los lectores de este artículo seguramente se preguntarían en qué consiste el partido Podemos y quiénes lo conforman. El partido político Podemos es de origen español y de tendencia a las ideologías de izquierda, fundado en enero de 2014. Esta organización política tiene tres grandes líderes que son: Pablo Iglesias, director general del grupo; Íñigo Irrejon, secretario político de Podemos; y Juan Carlos Monedero, quien fue secretario de proceso constituyente y programa de gobierno hasta su dimisión, el 30 de abril de este año^{^[1]}. Cabe destacar que los tres son egresados en ciencias políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Además, este grupo político cuenta con cinco eurodiputados.
En su página web se definen de la siguiente manera: ‘‘Podemos nació con la convicción de que el cambio es posible y con la seguridad de que no lo traerán los demás partidos políticos, sino las personas que trabajan o buscan trabajo cada día y exigen, con toda legitimidad, un futuro más próspero y menos desigual para ellas y para sus familias’’^{^[2]}.

Mis lectores se preguntarán qué tiene de preocupante un partido de izquierda que va en ascenso político (porque, además de cinco eurodiputados, el actual alcalde en Cádiz^{^[3]} es del partido y con su apoyo se dio al acceso a la alcaldía de Barcelona a Ada Colau^{^[4]}). El problema de este partido no radica en su lucha contra los corruptos o que tengan un discurso dirigido al pueblo, o que busquen financiación de dichos ciudadanos a través de la página web del grupo y no de los bancos (como se suele hacer en España). El problema radica en ciertas declaraciones que sus tres líderes han dado, en las que dan a entender que apoyan y son afines al sistema político del fallecido Hugo Chávez Frías y su revolución del “Siglo XXI”.

Pero, para entender cómo se hace esta relación de partidos, se debe empezar con la conexión que existe entre los tres jerarcas del partido español con el gobierno de Hugo Chávez Frías. Todo comienza con las declaraciones del periódico ABC en las que, según sus fuentes periodísticas, durante el periodo de 2002 a 2012, la fundación de centros políticos, en ese entonces a cargo de Pablo Iglesias, a la que también pertenecía el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, recibió 3,7 millones de euros del gobierno caribeño del ya nombrado mandatario. Por su parte, el tercer cofundador del partido, Juan Carlos Monedero, recibió 35 000 euros en asesorar al fallecido presidente, todo esto según lo que sostiene el mismo periódico^{^[5]}.

Lo anterior implicaría que, en una posible llegada de Podemos al gobierno español, ambos estados tendrían un precedente y afinidad ideológica por el cual tener estrechas relaciones. Estos vínculos podrían dar pie a la instauración de un gobierno neocomunista que desarrolle una política de extrema izquierda en España. Además, esos importantes nexos con el estado venezolano podrían traducirse en la financiación de la campaña del nuevo movimiento de izquierda a nivel regional, nacional y europeo en cualquier momento.

Posteriormente, cuando el partido Podemos ya está constituido, Íñigo Erregon diría, en una entrevista dada al canal La Sexta Columna, que durante su trabajo en Venezuela aprendió mucho del expresidente de ese país. Esto implica que hay cierto aprendizaje de los métodos chavistas, durante su presencia en el país caribeño, que pueden haberse filtrado a Podemos y podrían ser usados en caso de que llegaran a la cabeza del gobierno español.

Otra declaración clave, que muestra el parecido de los líderes del partido español con el difunto gobernante de un país del sur de las Américas, es la de Pablo Iglesias a un canal sin fines de lucro, llamado “Galiza Ano Cero”^{^[6]}, donde decía lo siguiente: ‘‘El hecho de que existan medios privados, va en contra de la libertad de expresión’’. Él argumenta, que al ser los medios de comunicación un elemento susceptible de mercantilización, hay ciudadanos que no puede acceder a ellos y se vuelve un lujo de las clases altas. Cabe resaltar que estas declaraciones contrastan mucho con la diversidad de medios en los que han aparecido los tres cabecillas de podemos.

Tales declaraciones son preocupantes, porque dan a entender que, en caso de que Iglesias fuera presidente del gobierno del país ibérico, cabría la posibilidad de que él instaurara un monopolio estatal de los medios de comunicación, en el más puro estilo comunista, tal como sucede en Venezuela, bajo la estrategia de “Hegemónica Comunicacional”. Pudiendo hacer uso de lo que Íñigo Errejón aprendió, como ya se dijo antes, o de lo que el mismo pudo haber asimilado durante su estancia en Venezuela.

Otro elemento que el director general de Podemos pudo aprender de Hugo Chávez fue la estructura de su discurso. Lo digo porque ambos, en sus alocuciones, siempre tienen un enemigo externo y otro interno. En el caso de Chávez, dentro del país tenía a la “Cuarta República” y fuera de esta tenía a ‘‘los Yankies’’, liderados por su presidente respectivo; mientras que su homólogo español tiene a la troika^{^[7]} y a la canciller federal alemana Ángela Merkel como enemigos externos, y como enemigos internos al Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Además, los dos líderes echan la culpa a la burguesía o la casta respectivamente, y se declaran en unión del pueblo^{^[8]}.

Hay un hecho destacado que consiste en una serie de declaraciones de los cofundadores de Podemos. Juan Carlos Monedero acusaba a Leopoldo López de ser responsable de llamar a la calle para crear caos y daños a la propiedad, esto según Monedero en un intento de no reconocer las últimas elecciones de su país^{^[9]}, donde el chavismo ganó por escaso margen. Errejón, por su lado declara, en un debate con el periodista Eduardo Inda en la Sexta Columna, lo siguiente: ‘‘No estoy de acuerdo con que Venezuela sea una dictadura’’^{^[10]}. Mientras tanto, Pablo Iglesias, según el periódico El País de España, sostiene no estar de acuerdo con la detención del ya nombrado líder opositor^{^[11]}. Ademas de sacar a relucir pequeñas diferencias de opiniones entre los tres, también demuestra que hay cierto reconocimiento de Podemos hacia las acciones del actual gobierno del país suramericano, comprobando que este partido ve las acciones de la dictadura Venezolana con normalidad, sin olvidar un posible ejemplo y una guía, por los vínculos mencionados al inicio del artículo.

En este desarrollo de hechos que se hace a través del artículo, se han mostrado una serie de declaraciones que giran en torno al partido español. No solo la existencia de un vínculo con el chavismo, sino que, en una posible victoria de la asociación política Podemos en los más altos cargos del país ibérico, la agrupación morada llevaría a cabo una serie de acciones que serán similares a las del gobierno caribeño, básicamente pro-comunistas. Entre estas podría haber, por ejemplo, expropiaciones de canales de radio y TV o represión a los que ellos consideran casta; sin olvidar que pueden recibir ayuda de sus copartidarios ideológicos al otro lado del mar, entre otras.

Por estas razones, en mi opinión, el partido Podemos generaría más mal que bien a España, debido a que, de llegar al poder, por las razones expuestas anteriormente, dañaría la infraestructura democrática de su país. Esto lo expreso porque, desde mi perspectiva, en caso de llegar a los altos cargos del poder del país ibérico, Podemos instauraría una dictadura de izquierda. Ante esta posibilidad, que para mí es inminente, desearía que los ciudadanos de dicho estado europeo no votaran por esta agrupación política. Pero, en democracia, la mayoría elige, aunque eso implique vivir en dictadura.