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Nacionalismo y antinacionalismo en Japón: de la elocuencia del político a la retórica del literato

Laura Catalina Guerrero Escobar y Catalina Miranda Aguirre

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“La retórica no solo puede quedarse en la argumentación, sino en la creación. […]La retórica no se origina en un vacío de saber, sino en una plenitud de opinión”.

Paul Ricoeur
 
Japón se ha caracterizado por ser una nación cuya idiosincrasia ha estado determinada por fluctuaciones entre periodos de orgullo nacional y etapas de recogimiento identitario (mayoritariamente causado por el sentimiento de vergüenza frente al desarrollo de “lo extranjero”). El espíritu nipón, entonces, ha resurgido cuando los líderes políticos (y los tanques de pensamiento detrás de los mismos) necesitan exacerbar la identidad nacional de la población. Así pues, se alude a la utilización de herramientas discursivas que no se articulan en función de la verdad: la elocuencia es usada como instrumento de persuasión por medio de la cual se manipulan las emociones más profundas (de ira y dolor, por lo general) para alcanzar objetivos políticos.

A pesar de la riqueza cultural que aporta el análisis histórico de Japón, es un periodo en particular el que da cuenta de nuestro problema de investigación: la Restauración Meiji1. Respecto a lo anterior, debe recordarse que la división al interior de la nación2 condujo a una guerra civil donde el actor triunfante instauró políticas apresuradas de apertura hacia el mundo externo. Los japoneses, culturalmente orgullosos y perfeccionistas, notaron su inferioridad en términos de capacidades reales frente a las potencias imperiales de la época. Consecuentemente, la apertura hacia occidente fue a la moralidad del japonés lo que el fuego es a un campo3 deteriorado por su uso: tiene la capacidad de destruir, pero de esta destrucción surgió el fertilizante que construyó un país capaz de desestabilizar la balanza de poder propia del periodo de entre guerras.

Ahora  bien, el objetivo de este artículo no es más que el de hacer uso de herramientas filosóficas que nos permitirán acercarnos a nuestro objeto de estudio. Por esta razón, analizaremos los métodos discursivos utilizados por los grandes líderes políticos japoneses desde finales de los años treinta hasta la actualidad. Se pretende demostrar cómo éstos incentivaron la elocuencia para convencer a la población de actuar de determinada forma siempre en beneficio del aparato estatal.

Sin embargo, este razonamiento hace necesario la búsqueda del contrario: El literato (representado por la figura de Haruki Murakami4) es aquel que a partir de la aproximación a la retórica intenta acercarse a la verdad.

En suma, utilizaremos como presupuestos de análisis “la Vanidad de las Palabras” de Michel Montaigne, “la Metáfora Viva” de Paul Ricoeur y documentos discursivos de los actores a analizar.
 
 
La Elocuencia y el Político
En “De la Vanidad de las Palabras”, Montaigne nos habla del uso de la retórica como instrumento de manipulación popular teniendo esta por oficio “engañar no a nuestros ojos, sino a nuestra razón, bastardeando y estropeando la esencia de la verdad” . La retórica es entonces malinterpretada y tergiversada a tal punto que su esencia se transforma en la elocuencia; en ese casi arte de engañar al pueblo mediante la persuasión.
 
En su ejemplo más visible, narra cómo en Roma abundó el uso de la elocuencia cuando el aparato gubernamental se encontraba en crisis, de tal manera que: “la elocuencia floreció en Roma cuando el estado de los negocios públicos fue peor; cuando la tempestad de las guerras civiles agitaba a la nación: del propio modo un campo que no se ha roturado se cubre de más frondosos matorrales” . El caso japonés no fue del todo diferente.

 

Japanese_sailors De US Navy Dominio público

Con la llegada de los estadounidenses en 1851, el pueblo japonés adquirió conciencia sobre el gran atraso al que había estado sometido como consecuencia del aislacionismo propio de los shogunados. Consecuentemente, se ven en la obligación de replantear sus presupuestos culturales y romper con la homogenización social que inició con la unificación del archipiélago por Ieyasu Tokugawa. Respecto a lo anterior, es la adaptación de valores, técnicas y manifestaciones occidentales las que, como si les arrancasen la piel, transformaron a un Japón débil en una nación cuyo vertiginoso desarrollo tecnológico y económico incentivó una política exterior predominantemente agresiva.
 
Ya en 1938, se consolidó un proyecto de expansión territorial. El Primer Ministro Konoye, declaró abiertamente su intensión de conquistar el Océano Pacifico a través de la consolidación de una competitiva industria aeronáutica y militar, afirmando que: “[...] The races of East Asia are going to establish a united cultural sphere, like the ones the Europeans have created since the medieval age. As the first step […] the influences of the occidental peoples in East Asia must be driven away” (El Nacionalismo Japones de los Años 30, 2010). Es evidente cómo el proceso de inserción de valores extranjeros fue motivo de vergüenza pero, a su vez, caldo de cultivo para el surgimiento de valores nacionalistas que fueron utilizados como vehículo para hacer creer a la población en un discurso expansivo y violento.
 
Sin embargo, el fin de la Segunda Guerra Mundial (y las nefastas consecuencias para este país) volvieron a aplastar el orgullo nipón ya desgastado por los tanques de pensamiento estatales que abusaron del recurso durante el conflicto.

Empero, con la caída vino la recuperación. La reforma del modelo económico robusteció la economía japonesa transformándola en una de las más sólidas y competitivas en la actualidad. Es entonces cuando el discurso hacia la comunidad internacional pretende construir una imagen que reestructure la intersubjetividad del país en el contexto mundial (prueba de esto, es la solidificación de la Feria Mundial de Osaka y los Juegos Olímpicos de Tokio). Sin embargo, en los últimos años (especialmente, a partir del mandato de Junichiro Koizumi) el modelo discursivo de Japón empezó a transformarse nuevamente. El Primer Ministro, en repetidas ocasiones ha manifestado públicamente el rechazo frente a la culpabilidad de su país por los crimines reportados en la invasión a Manchuria y su paso por el sudeste asiático. Adicionalmente, se han construido monumentos, templos y cementerios donde se tratan a las criminales de guerra como héroes nacionales. Lo anterior permite visibilizar cómo un simbolismo que alude a la ira y el odio para justificar un hecho aceptado como criminal por el Derecho Internacional Público, solo con el objetivo de consolidar un sentimiento de unidad y justificar ante la sociedad los intereses nacionales.
 
 
La Metáfora: Histeria de Japón
El carácter bélico y el nacionalismo que distinguió a Japón durante el siglo XX se reestructuraron tras la implementación de la Doctrina Yoshida. Esta consideraba que Japón necesitaba recuperarse económicamente y estaba en la obligación de estrechar lazos de cooperación con Estados Unidos (para su ascenso económico y la adquisición de beneficios en materia de seguridad)5. Más allá de esto, se afirmaba que Japón debía reducir sus capacidades propias de defensa llevando a que la implementación de la Doctrina limitara su carácter agresivo en la región. Consecuentemente,  no se permitió que al país se le catalogase como actor pasivo sino como un agente sigiloso al cual vigilar cautelosamente en vecindario hostil (Man, 2007). Siendo así, durante la última década, se ha podido percibir cómo el nacionalismo aflora de manera rápida y se expresa en políticas y discursos de Estado.

Para entender el nuevo comportamiento de Japón puede aludirse a tres ejemplos. El primero de estos, son las políticas nacionalistas de Junichiro Koizumi6, quien promovió la repartición de textos escolares en donde se habla de la valentía y “el honor de los héroes” del Estado Nipón durante la segunda guerra sino-japonesa7. Además, este mandatario concurrió en varios ocasiones al Santuario de los caídos de las dos guerras sino-japonesas, razón que genera en los chinos un sin sabor hacia sus vecinos del Pacífico. El segundo ejemplo hace referencia a lo que ya se explicó sobre los discursos de Shinzo Abe. Y como último ejemplo, se puede hablar del litigio y protestas por las islas Senkaku (para Japón) o Diayou (para China) (BBC, 2012).

 

Sengoku_period_battle Dominio público

Es importante traer a colación este panorama, ya que el escritor Haruki Murakami  se ha visto afectado por el mismo dado que en China prohibieron vender sus libros bajo el argumento de ser “muy japonés”. El novelista, en una de las pocas entrevistas que concede,  compara el  nacionalismo con un “trago barato” que embriaga a la población japonesa (Le Monde, 2012).  Es importante resaltar que las obras de Murakami no tratan explícitamente el panorama político del país, sin embargo, se puede leer entre líneas que  el autor propende por un sentimiento antinacionalista. Lo importante  de su metáfora es que busca evidenciar o enunciar las verdaderas consecuencias negativas del nacionalismo.

Paul Ricoeur en su texto “entre Retórica y Poética: Aristóteles”, afirma que la metáfora llegó como una vinculación de una disciplina muerta, puesto que el arte de persuadir pierde nexo con la filosofía a través de una vana dialéctica que solo busca tener de forma errática la razón. En este orden de ideas, la palabra fue un arma utilizada para influir en el pueblo, ganar en el discurso y apremiarse por medio del elogio (Ricoeur, 1974).
Además, Ricoeur afirma que la metáfora pertenece tanto a la retórica como a la poética y, esta misma, tiene dos funciones. En cuanto a la retórica, la metáfora enuncia el mundo político y lo distancia conscientemente de la elocuencia y la tergiversación misma de esta. En cuanto a la poética, se puede ver el mundo de lo poético.
La metáfora, entonces, consiste en trasladar a una cosa un nombre que designa otra; es como una traslación de género a especie, de especie a género o de especie a especie. Esta afecta a la palabra y no al discurso como tal. Además de esto, la palabra tiene un movimiento (la epifora) que afecta el uso semántico del significado. Para Aristóteles, la metáfora es un préstamo de palabras que le dan un nuevo sentido el cual se opone al sentido original de las palabras llenándolo de significado (Ricoeur, 1974).

Respecto a lo anterior, puede decirse que Murakami “revive” la retórica a través de su metáfora del “nacionalismo como un trago barato”.  El autor alude a términos rebuscados,  los traslada a un contexto donde se llenan de significado y crea enunciados. Más allá de esto, esta metáfora establece una comparación entre palabras que han sido trasladadas, puesto que se está comparando el sentimiento nacionalista con el trago barato bebido con satisfacción por el pueblo. Cuando las personas lo toman, se embriagan y en ellos se produce un estado de “histeria” que exacerba las pasiones y no deja ver (ni pensar) en los hechos reales. Por el contrario, hace que las personas alcen la voz, utilicen la agresividad y generen conflictos.

Este argumento no solo hace que Japón se aleje de sus vecinos, sino que cree controversias que puedan llegar a grandes instancias. Ejemplo de ello son las disputas existentes por las islas Senkaku, como por las protestas en los locales de comercio japonés ubicados en China.

Murakami (después de hablar sobre “el trago barato”), argumenta que no se debe caer en el error de tomar grandes cantidades de dicho trago. Se debe tomar distancia del discurso político nacionalista (algunas copas), ya que este es muy polémico y elocuente.

Cabe resaltar que esta metáfora no es una mimesis de alguna expresión japonesa, incluso él en Japón es criticado por ser uno de los propagadores de los valores occidentales, pues se formó alrededor de grandes literatos de Estados Unidos. Tampoco se puede decir que la metáfora de Murakami cae en una tergiversación de la metáfora, puesto que esta rompe con unos esquemas de significación para producir un nuevo significado político.
 
Conclusiones
Aunque no exista el diálogo directo entre el político elocuente y el literato en Japón, se puede decir que los dos utilizan la palabra para manifestar una idea. La palabra, como decía Aristóteles, es un arma de discusión utilizada por el pueblo. Siendo así, esta puede persuadir por medio de una lógica argumentativa apoyada en la prueba. Así mismo, cuando la palabra se utiliza más para agradar que para la búsqueda de la verdad,  el discurso pierde el sentido convirtiéndose en un medio de persuasión. Si se aborda un análisis de elocución parte por parte, el analista (hasta el mismo oyente) podrá darse cuenta que no existe un significado en la composición del mismo. En Japón, los jefes de estado y de gobierno han hecho uso de la elocuencia como mecanismo para alcanzar objetivos políticos. Al tergiversar la palabra, alcanzan tal estado de euforia en la población que, la misma, alaba a criminales de guerra como héroes de la patria. Sin embargo, cabría preguntarse si la manipulación de las pasiones (a pesar de sus implicaciones morales), condujo o no a la estabilidad de un país y su consolidación como un actor protagónico en el sistema.

Por su parte, Ricoeur afirma que los modernos tenían la ambición de retornar a la metáfora para poder ver a la retórica renacer de las cenizas mediante la seria transposición de palabras que sugiere la creación de campos que dan origen a las especies. Murakami realiza una comparación sutil entre el nacionalismo y el malestar que deja el hecho de beber alcohol barato. Esto supone entender la jaqueca de los ciudadanos en términos políticos en cuanto a los efectos que tendría el nacionalismo embriagante que hace que las personas recurran a la agresividad y no vean la realidad claramente. Dicho problema es una bomba de tiempo en un vecindario tan hostil como en el que se encuentra Japón.
 
Notas
Restauración Meiji: periodo de la historia japonesa donde se elimina la figura del Shogun para restaurar la del Emperador. En sus inicios, la nación se abre al extranjero e inicia un proceso de sincretismo entre los valores consolidados durante el shogunado y la inserción de nuevas lógicas culturales occidentales.
2 Producto de un sangriento enfrentamiento entre promotores del statu quo (los Shogunes) y aquellos partidarios de la apertura y el cambio.
Durante muchos años, los Azteca utilizaron la técnica de quema de suelos como mecanismo para la recuperación y fertilización de los mismos. Este proceso consistía en quemar un campo determinado para después volver y encontrar suelos fértiles y aptos para la agricultura.
Escritor y novelista japonés reconocido por ser uno de los escritores más influyentes del siglo XXI. Su obra se caracteriza por manifestar un claro rechazo hacia la literatura tradicional de su país de origen.
5 Bases militares de Estados Unidos en Japón después de la segunda Guerra Mundial en la isla Okinawa
6 Fue presidente de Japón desde el 2001 al 2006. Estableció una doctrina más belicosa e incentivó el nacionalismo.
7 Japón invade Manchuria en China.
 
*Fuente de la imagen principal: De Various - Law Concerning the National Flag and Anthem (1999) (Japanese) (English)., Dominio público

Referencias bibliográficas

  • BBC. (2012). Claves de la disputa entre China y Japón por islas estratégicas. Recuperado en http://www.bbc.co.uk/
  • El Nacionalismo Japonés de los Años 30. (2010). Gabinete Oriental de las Curiosidades.
  • Le Monde. (2012). Îlots- Haruki Murakami dénonce l´<>nationaliste du Japon et de la Chine. Recuperado en: http://bigbrowser.blog.lemonde.fr/
  • McCurrey, J. (2012). Haruki Murakami criticises “hysteria” over islands row. En The Guardian. Recuperado en http://www.guardian.co.uk/
  • Montaigne, M. De la Vanidad de las Palabras. En Ensayos (págs. 662-668)
  • Murakami, H. (2012). The Novelist in wartime. En Salon. Recuperado en http://www.salon.com/
  • Ricoeur, P. (1974). Estudio Primero: Entre Retórica y Poética: Aristóteles. En Metáfora viva. Recuperado en http://biblio3.url.edu.gt/