¿Qué hay que saber acerca de la próstata?
Laura Marcela Fino Velásquez
¿Cuál es la función de la próstata? Esa es la pregunta que muchos hombres se hacen cuando deben acudir al urólogo por algún síntoma, una patología ya diagnosticada o simplemente por prevención.
La próstata es una glándula que hace parte del sistema reproductor masculino, la cual está situada debajo de la vejiga, adelante del recto y que envuelve a una porción de la uretra. La función de este órgano es producir el líquido prostático, una secreción poco espesa y de aspecto lechoso y que constituye aproximadamente el 20% del líquido que transporta, nutre y activa a los espermatozoides. [1,2]
Esta glándula es dependiente de andrógenos, hormonas que se encuentran predominantemente en hombres y que no influyen únicamente en el crecimiento prostático. También juegan un importante papel en el deseo sexual, mantienen la masa ósea, aumentan la masa corporal, entre otros. [3]
Las tres patologías que afectan predominantemente a este órgano son la prostatitis, la hiperplasia prostática benigna y el cáncer de próstata.
La prostatitis es un proceso inflamatorio caracterizado por dolor pélvico, molestias en la micción y en la actividad sexual. Según la sociedad urológica Colombiana, 5 a 10% de los hombres llegan a desarrollar este cuadro y es el diagnóstico urológico más frecuente antes de los 50 años de edad.
Se debe dividir la prostatitis según el agente causal y el tiempo de evolución, es decir, puede clasificarse en bacteriana aguda, bacteriana crónica y abacteriana crónica.
El episodio agudo de la prostatitis bacteriana suele ser causado por el reflujo urinario desde la uretra hacia el interior de la próstata. Por tanto las bacterias encontradas en este proceso infeccioso son aquellas que con frecuencia causan infección urinaria y el reflujo de orina suele ser secundario a uretritis o a procedimientos de la vía urinaria como la cistoscopia o el cateterismo. [4]
El manejo en este caso es con antibiótico, con el cual se presenta mejoría en los primeros 2 a 6 días de tratamiento. Sin embargo, es de real importancia completar el esquema indicado por el médico según cada caso. Normalmente el tratamiento es más estricto e incluso debe ser intrahospitalario y guiado por el cultivo del líquido o secreción prostática, en hombres con antecedente de diabetes, enfermedad renal u otras patologías que afectan el sistema inmunológico.
Sin embargo, si el tratamiento antibiótico inicial no es adecuado o no genera el efecto esperado este proceso infeccioso puede tornarse crónico. Estos hombres van a sufrir múltiples episodios de vías urinarias y suele encontrarse en hombres mayores de 50 años de edad quienes se han sometido a cateterismos frecuentes por alguna patología de base.
Por otro lado la causa de la prostatitis abacteriana es incierta, se ha propuesto el es secundario al aumento de la presión prostática, alteraciones miccionales e incluso a bacterias que no se han podido identificar en los paraclínicos.
Posterior a esclarecer la causa y a recibir el tratamiento apropiado se recomienda realizar terapia física con el objetivo de mejorar la musculatura del piso pélvico, ya que las alteraciones en este grupo muscular predisponen a episodios de prostatitis ya sea de novo o a repetición [4]
Otra patología de gran importancia es la hiperplasia prostática benigna, la cual deben conocer los hombres por su alta prevalencia, ya que llega a afectar al 40% de los hombres entre los 40 y 50 años y al 90% a los 90 años de edad. Esta enfermedad se caracteriza por el crecimiento anormal de la glándula prostática en ausencia de patología maligna.
Estos cambios en la próstata se pueden presentar incluso desde los 25 años en el 10% de los hombres y este porcentaje aumenta a mayor edad. Son característicos de esta patología los síntomas obstructivos del tracto urinario inferior, es decir, dificultad para iniciar o durante la micción. [5]
En caso de realizarse un diagnóstico tardío o no someterse a un tratamiento ya sea farmacológico o quirúrgico, pueden presentarse episodios de infección urinaria a repetición por retención de orina y colonización de la misma por microorganismos. Y en casos de mayor complejidad se puede encontrar afectación del tracto urinario superior cuya entidad más grave es la falla renal crónica.
Ante un cuadro clínico sugestivo de esta enfermedad, el médico solicitará paraclínicos para evaluar la función renal, descartar infección urinaria, el antígeno prostático y la biopsia para descartar malignidad además del tacto rectal que se ha de realizar de rutina en la consulta. Y en algunas ocasiones se realizarán estudios para evaluar la vía urinaria antes, durante y después de la micción,
El tratamiento puede ser con medicamentos que relajan el músculo liso de la uretra y por tanto alivian los síntomas y/o con fármacos que reducen el volumen prostático después de 6 meses de tratamiento continuo. Sin embargo, la mayoría de pacientes después de un tiempo con tratamiento farmacológico necesitaran una intervención quirúrgica, ya sea porque no presentaron mejoría con el medicamento en ningún momento, o por disminución de la efectividad del mismo después de meses o años con el medicamento. [5]
La tercera y última patología a la que voy a hacer referencia será el cáncer de próstata. El cáncer es el crecimiento anormal y desordenado de las células, las cuales se pueden agrupar y formar tumores. Además estás células poseen la capacidad de diseminarse a órganos vecinos o distantes con respecto a la región donde se dio la mutación inicial.
El cáncer de próstata es la patología maligna más frecuente en los hombres y la segunda causa de mortalidad por cáncer en Colombia y es más frecuente en hombres mayores de 60 años de edad. Dada su alta incidencia se ha implementado un programa de detección temprana basado en el antígeno prostático específico y el tacto rectal.
En caso de sospecharse esta enfermedad se debe realizar biopsia. En caso de que la biopsia reporte malignidad el tratamiento suele ser quirúrgico y el tipo de abordaje se definirá según el estadio en el que se encuentre la enfermedad y la condición clínica de cada persona. Así mismo la necesidad de otro procedimiento quirúrgico, quimioterapia o medicamentos se decidirá de acuerdo a cada paciente.
Finalmente quiero resaltar la importancia de la consultar ante la aparición de alteraciones de la micción y con mayor importancia si se asocia a dolor óseo especialmente de localización lumbar. Además de la consulta periódica, la realización del tacto rectal cuando el médico lo considere necesario y la toma del antígeno prostático. Esto con el fin de prevenir 2400 muertes cada año en Colombia a causa del cáncer de próstata. [6]
Referencias
[1] American Cancer Society. Cáncer de próstata. Revisado en 2015. Disponible aquí
[2] Moore K, Dalley A, Agur A. Anatomía con orientación clínica. 2010. Wolters Kluwer. Ed 6.
[3] Wein A, Kavoussi L, Novick A, Partin A, Peters C. Campbell-Walsh Urology. 2012. Saunders. Ed 10.
[4] Potts J, Payne R. Prostatitis: ¿Infección, alteración neuromuscular o síndrome doloroso? 2007. Revista Urológica Colombiana. Vol XVI, No 3: 15-26
[5] Gómez P, Valero F, Guzmán C, Cagua E. Guía de práctica clínica Hiperplasia Prostática Benigna. 2011. Sociedad Colombiana de Urología.
[6] Instituto nacional de Cancerología – Sociedad Colombiana de Urología. Guía de práctica clínica para la detección temprana, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y rehabilitación del cáncer de próstata. 2013. Colciencias – Min Salud Colombia