La Diversidad: Pilar Constitutivo de la Nación Colombiana
Andrés Espitia. AE
Andrés Espitia. AE
Según Benedict Anderson, politólogo e internacionalista irlandés, el concepto de “Nación” puede ser definido como: “Una comunidad política imaginada y limitada”. Así las cosas, es imaginada por la imposibilidad que tienen sus miembros de nunca acceder a conocer en su mayoría, o por lo menos en gran parte, a sus compatriotas. Es limitada por la posibilidad que tienen sus individuos de identificarse como miembros de una comunidad imaginada. De hecho, la frontera imaginada es limitada por que a su vez tiene un exterior constitutivo; es decir, un ciudadano puede definirse como parte de una Nación en gran parte porque puede darse el lujo de ver diferencias con otras comunidades imaginadas.
En la tradición del Estado occidental, es inconcebible la idea de un Estado sin Nación. Lleva a pensar incluso que la idea de Nación, con valores, practicas, creencias, etnia y lengua, debe ser uno por Estado. Hasta hace porco era ilógico pensar, en esta tradición, que un Estado pueda tener más de dos naciones, y si es así hay una que se debe imponer. Una visión realista, en la que un Estado-Nación ve a otros como amenaza a su propia supervivencia y debe hacerlo todo para sobrevivir, ha preponderado en la tradición hermética de la visión del Estado - Nación occidental.
Colombia es un gran ejemplo de la consecuencia de la instauración de una cerrada visión occidental ya que ha dejado como resultado un Estado con una Nación sin una identidad palpable y con una violencia estructural acentuada, sesgada por una visión inclemente de una realidad utópica imposible: un Estado una Nación. Una tradición histórica en la que la pobre y enclenque institucionalidad ha devenido en la violencia sistémica, que si no entiende diferencias políticas, mucho menos étnicas y cosmogónicas.
Representación de mestizos en una 'Pintura de Castas' - Dominio público
Sin embargo, como bien lo describe el historiador colombianista estadounidense David Bushnell: Colombia es una nación a pesar de sí misma, porque nuestro proceso histórico y cultural occidental con de más de 500 años, una influencia milenaria indígena y una migración forzada africana producto de la esclavitud desarrollados en un espacio geográfico, ha forjado paso a paso la promesa de una Estado multinación.
Actualmente, la esperanza de un país más pacífico y próspero trae consigo una segunda extraordinaria oportunidad de redefinir la base y los valores que nos unen como Estado. Es por eso, que hoy 20 de julio de 2020, a 210 años de nuestra independencia es necesario preguntarse sobre los pilares en los que está construido nuestro Estado - Nación a la que le llamamos: Colombia. ¿Seguimos pensando que este es un país es un país mestizo, católico e hispanoparlante? ¿Qué solo hay un dios, una cosmovisión, una lengua y una etnia?
Esa segunda oportunidad se debe definir como la oportunidad inaprovechada de la independencia que sigue vigente hoy más que nunca, la segunda oportunidad que Gabriel García Márquez definía en su aporte a la misión de sabios hace más de 20 años: liquidar la herencia abominable, racista y excluyente de la colonia, que sigue segregando en la realidad a miles, e incluso millones de compatriotas. Hacer lo que nuestros héroes de la independencia por falta o por omisión no hicieron. Intervenir y redefinir los valores del Estado por dos razones categóricas; primero, por la responsabilidad de reivindicar a las comunidades que como mayorías aplastantes hemos oprimido y; segundo, por los retos que la modernidad contigua trae consigo no solo a nuestro país, si no al mundo.
Como sociedad mestiza dominante le debemos mucho a las comunidades indígenas y afro que son pilares fundamentales de nuestra Nación y ellos desde sus comunidades pueden aportar muy activamente a las problemáticas del mundo. Solo por mencionarlo: las comunidades indígenas colombianas son ecológicamente sostenibles desde hace siglos y esto es algo en lo que definitivamente no somos los mejores.
Mujer Wayuu - De Alejandra Quintero Sinisterra - CC BY 2.0
Como bien lo decía el gran colombiano: García Márquez, caribeño por nacimiento y cultivado en el interior del país: “somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan”. Sabemos qué hacemos mal como sociedad, pero no nos enfocamos en sacar el problema de raíz. Hasta que la violencia estructural en Colombia siga tan latente este país no tendrá la oportunidad de esclarecer sus objetivos como Nación (que es más de una, pero en un mismo Estado).
Si bien nuestro país es uno de los más diversos y complejos de América Latina, eso jamás debe ser visto como un obstáculo, es más bien una oportunidad inigualable donde la heterogeneidad juega un factor clave de reconocimiento. Todos somos colombianos sin importar nuestra etnia, lengua, raza, región, acento, identidad sexual, creencia o cosmovisión y eso debería estar plasmado en la realidad más que en el papel.
Es así como Colombia puede ser un ejemplo en el mundo, al respetar y entender toda su sociedad en conjunto, desligándose de la hermética visión tradicional de occidente y dado una respuesta decolonial a la visión de su Estado Multinación. No todo está perdido y en medio de la confusión que trae este tiempo de pandemia debemos recordar que Colombia es cada vez una sociedad más democrática y abierta. Mientras el mundo parece estancado en derechos a minorías sexuales, Colombia se destaca; y aunque los atentados contra la biodiversidad siguen amenazando nuestra existencia, Colombia tiene un marco legal que reconoce como sujetos de derecho a ecosistemas naturales enteros.
Como sociedad mestiza mayoritaria tenemos la responsabilidad imperativa de desligarnos del pasado colonial español y construir una forma de entendimiento social desde el sur, sin que esto lleve a una falsa dicotomía entre izquierda y derecha que la amenazante demagogia podría poner en duda. Este camino debe ser tomado como Estado ya que es la pluralidad y la diversidad la base constitutiva de nuestro Estado- Multinacional.