Este análisis lo hizo la experta en el foro Expectativas de los jóvenes y acceso a la educación superior: ¿desafíos de la universidad privada?, encuentro en el que se discutieron los retos que plantean los constantes cambios en contextos globales y nacionales para las universidades del país, así como los obstáculos que enfrentan los estudiantes al momento de acceder a la educación superior.

La profesora puntualizó que, si bien las condiciones de empleo y la dificultad para acceder a la educación es alta, los jóvenes si desean continuar estudiando.

“En un estudio que realizamos junto con la Universidad de Toronto, de las 55.000 personas que respondieron la Prueba Saber 11 en el módulo de aspiraciones, el 97 % manifestó que desearía continuar estudiando y el 77 % indicó que le gustaría continuar con una carrera universitaria”, comentó Nathalia Urbano.

Al respecto, Salim Chalela, director de la Dirección Académica de la Universidad del Rosario, afirmó que “hay un camino esperanzador y tiene que ver con la importancia y la valoración que hacen los jóvenes sobre el conocimiento como un vehículo de transformación de la sociedad”.

Los retos de las universidades y los estudiantes

Para los expertos, los desafíos a los que se enfrentan las universidades, se destacan una tendencia decreciente en el número de nacimientos, una caída en la matrícula de nuevos estudiantes en pregrado en universidades privadas, una baja cobertura y alta deserción de los programas.

Según datos del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), solo el 53.94 % de los estudiantes entre los 17 y los 21 años lograron ingresar a la educación superior en el año 2021.

Los factores asociados a esta disminución de las matrículas en universidades privadas son los altos costos de las matrículas, los cambios demográficos, el alto subempleo (trabajos cortos y mal pagados), la baja remuneración, la desinformación y la falta de orientación vocacional.

Sobre los costos, Luz Karime Abadía, codirectora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, afirmó que políticas como Generación E, Matrícula Cero y la gratuidad en las universidades públicas están teniendo un impacto importante en el número de estudiantes matriculados en pregrado.

“Hay un grupo de jóvenes que está en el margen en términos de estrato y que tiene la posibilidad de pasar los exámenes y filtros, que prefieren estar en una institución oficial”, comentó Abadía.

Sobre la falta de información al momento de elegir una carrera, Nathalia Urbano aseguró que “cuándo los estudiantes reciben orientación educativa y perciben que esa orientación les es útil, el porcentaje de quienes no quieren seguir estudiando disminuye tanto para hombres como para mujeres”.

El papel de la educación media

Para Jorge Luis Rodríguez, rector del Gimnasio Los Andes, es fundamental que desde los colegios se empiece a identificar cuáles son los potenciales y las aptitudes que tienen los estudiantes para poder guiarlos en su tránsito a la universidad, esto con el fin de reducir la deserción.

Además, Rodríguez destacó que la articulación entre las universidades y los colegios es fundamental para poder garantizar un mejor tránsito a la educación superior. “Las alianzas no deben ser para promocionar las universidades, sino para generar un acercamiento más real y oportuno a las dificultades que van a enfrentar en la universidad”, afirmó el rector.

El mercado laboral afecta las expectativas de los jóvenes

Frente al mercado laboral, Luz Karime Abadía alertó sobre el desempleo y los trabajos: “Colombia necesita programas muy articulados con el sector productivo y de salida rápida porque los cambios tecnológicos y las demandas de los jóvenes están cambiando. Yo creo que las universidades tenemos aquí una oportunidad enorme de darle a las carreras técnicas y tecnológicas un perfil diferente”.

Las oportunidades de las universidades

Sin embargo, para los expertos, estos desafíos traen nuevas oportunidades para mejorar en la oferta de educativa. Entre ellas, se destacan la creación de nuevos programas de financiación para jóvenes de bajos recursos, hacer más eficiente la oferta e integrar las carreras técnicas y tecnológicas a las universidades.

Al respecto, el director académico de la Universidad del Rosario aseguró que, si bien se está frente a un fenómeno sistémico, este no solo se resuelve desde la revisión sociológica o económica. “Esto tiene otra serie de implicaciones que van desde la normativa, hasta la cultura”.