Por ahora, tanto los modelos dinámicos (modelos globales basados en física del clima), como estadísticos (basados en relaciones no físicas anteriores) están pronosticando el fenómeno de El Niño de este año. Pero difieren en la magnitud a esperar, el primer modelo lo percibe más fuerte que el del 2019 pero no tanto como el de 2015; mientras que el último, lo ve como un fenómeno más débil o neutral de aquí a finales del año.
Estas predicciones son importantes, especialmente para Colombia, porque hay una importante reducción en las lluvias, lo que implica más temporadas secas y de altas temperaturas. En 2015, durante este fenómeno los incendios forestales aumentaron a casi cuatro mil y se redujeron notablemente los recursos hídricos, más de 300 municipios sufrieron escasez de agua y más de 100 se encontraron en situación crítica. Otro sector que se vio perjudicado, fue el de los cultivos donde más de 260 mil hectáreas agrícolas fueron impactadas y los precios de los alimentos aumentaron drásticamente, a su vez los ríos presentaron su nivel más bajo en los últimos quince años.
Según un estudio publicado este año en la revista científica Science, en las últimas décadas, el aumento de calor extremo impacta cada año a Colombia casi en un 5% del PIB per cápita, una cifra considerable, Benjamin Quesada, climatólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, señala que, “quisiera hacer un llamado en el caso de Colombia, un estudio internacional que se realizó hace unos años en varios países del mundo para evaluar la mortalidad debido a las olas de calor, evidenció que, nuestro país es el que más mortalidad va a sufrir, ya que, aumentan las incidencias de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, por ejemplo, para personas diabéticas el efecto de calor es más peligroso”.
Por su parte, Héctor Sandoval, jefe del Departamento Clínicas Médicas de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud afirma que,, “a causa el fenómeno de El Niño con la elevación de temperatura se favorecen los factores de riesgo para algunas enfermedades transmitidas por vectores, especialmente dengue, paludismo, chicunguña y zika, porque las condiciones climáticas son propicias para la reproducción del mosquito transmisor. Así mismo, ocurre que en estas condiciones climáticas las comunidades con difícil acceso a agua potable tienden a descuidar o disminuir prácticas de higiene personal, lavado frecuente de manos y lavado de alimentos, lo que también los expone a enfermedad diarreica aguda (EDA) especialmente en zonas o municipios del país que no cuentan con adecuados alcantarillados, y, de la misma manera, se aumenta la incidencia de la Infección respiratoria aguda (IRA) sobre todo en pacientes con enfermedad pulmonar como el asma o la EPOC”.
El doctor Sandoval además señala que, una de las consecuencias más severas por estos cambios bruscos de temperatura son los “Golpes de Calor”. El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. “Es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40 °C o más, requiere tratamiento de urgencia y de no recibirlo de manera oportuna, puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos” concluye.
De acuerdo con el profesor Quesada, “a esto se suma el impacto sobre corales y capturas pesqueras por océanos calientes, el mes de abril 2023 fue el más caluroso oceánicamente a nivel mundial, en comparación con los años anteriores. Adicional hay un impacto sobre la matriz energética, aproximadamente el 70% de la electricidad depende del recurso hídrico, más escaso en tiempos del fenómeno y más variable en contexto de cambio climático”.
María Fernanda Gómez, directora de la Maestría en Energías Renovables de la Escuela de Ingeniería, Ciencia y Tecnología, nos comparte algunos tips que podemos implementar para ahorrar energía en casa y contrarrestar alguno de los impactos que se pueden generar con el fenómeno de El Niño.
- Aprovechar la luz natural: somos afortunados al vivir en un país que cuenta con una buena cantidad de horas de luz solar durante el año.
- Acudir a la ventilación natural en climas cálidos: en muchas regiones de Colombia, el clima es agradable y se presta para utilizar la ventilación natural en lugar de encender el aire acondicionado o el ventilador. Vale la pena abrir las ventanas en la mañana y en la noche para permitir la entrada de aire fresco y cerrarlas durante las horas más calurosas del día para mantener fresco el interior de la casa.
- Usar electrodomésticos eficientes: la nevera, especialmente, es un electrodoméstico de uso extendido. En la medida en que se reemplacen las neveras antiguas por aquellas con marca de eficiencia energética, el ahorro será notable.
- Usar eficientemente el agua caliente: es posible ajustar la temperatura a un nivel moderado para evitar el consumo excesivo de energía. Al mismo tiempo, una reducción en el tiempo de ducha implica un ahorro energético importante. Considerar la instalación de un calentador de agua solar, especialmente en áreas con buena exposición al sol, puede ser útil para aprovechar la energía renovable y evitar consumos de gas natural (o electricidad en caso de que el calentador sea eléctrico).
- Usar iluminación eficiente: reemplaza las bombillas incandescentes por luces LED de bajo consumo implica un ahorro energético importante. Las bombillas LED consumen menos energía y tienen una vida útil más larga.
- Apagar los equipos electrónicos: muchos equipos electrónicos siguen consumiendo energía incluso cuando están apagados o en modo “stand by”. Se pueden apoyar las iniciativas de ahorro de energía desconectando los cargadores, televisores, computadoras y otros dispositivos cuando no se están utilizando.
- Ahorrar energía promoviendo prácticas como apagar las luces cuando salen de una habitación, utilizar electrodomésticos de manera consciente y evitar el uso innecesario de agua caliente.
- Hacer seguimiento sobre el consumo de energía para identificar momentos y áreas donde se pueda reducir el consumo.
El Niño aún no está presente en el país, de hecho, de acuerdo con el climatólogo y profesor Quesada, el fenómeno de El Niño ya se está gestando, pero sus efectos se empezarán a sentir a partir de agosto, es en ese lapso de tiempo en el que podría haber un mayor impacto.
