Redacción por: Paula Escallón
La humanidad continúa invirtiendo en nuevas maneras de combatir el cáncer, con la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos para esta enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud - OMS, el cáncer es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en todo el mundo. Cada año se diagnostica cáncer a aproximadamente 280.000 niños de entre 0 y 19 años.
“Es evidente que ver a un niño con cáncer es enternecedor y preocupante, además porque muchos de estos cánceres de niños no solo son de origen genético sino también hereditario, pero se debe pensar también que el cáncer es hoy reconocido como una enfermedad asociada al envejecimiento, como la diabetes o la hipertensión”, comenta el doctor Restrepo.
Se estima que cada año, 29.000 niñas, niños y adolescentes de Latinoamérica y en el Caribe, menores de 19 años, resultarán afectados por el cáncer, de los que aproximadamente 10.000 fallecerán a causa de esta enfermedad.
En los países de ingresos altos, la tasa de curación de los niños con cáncer es del 80%, sin embargo, en países de ingresos medianos y bajos, la tasa de curación es de aproximadamente el 20%.
De acuerdo con el doctor Restrepo, la principal causa de los diversos tipos de cáncer está relacionada con daños que se acumulan en los materiales genéticos al interior de la célula, en el ADN, el ARN, las proteínas y las maneras como las células funcionan, se desarrollan y reproducen. En otras palabras, a lo largo de la vida, las células van sufriendo desarreglos y daños que se acumulan hasta que trastornan la forma como las células se reproducen y comportan, hasta formar tumores.
Una vez formado un tumor, otro elemento a tener en cuenta es que cada tipo de tumor es único. Un cáncer pulmonar funciona distinto a uno de la mama o una leucemia, además que, dentro de un tipo específico de tumor, por ejemplo, mama, las células pueden presentar daños y comportamientos diferentes. Por tanto, cuando el tumor es pequeño y se identifica precozmente, bastará realizar una cirugía, quimioterapia y/o radioterapia, mientras que, si el tumor está más avanzado, los pacientes pueden requerir lo anterior, más el uso de medicamentos más sofisticados y costosos que han sido diseñados y están dirigidos a las particularidades que cada tipo de cáncer pueda tener.
“Por ello se vienen desarrollando y probando nuevas terapias que se diseñan para cada tipo y subtipo de tumor, como son anticuerpos monoclonales (defensas que son específicas para un tipo de célula tumoral), biomoléculas o moléculas químicas dirigidas que son específicas para cáncer de mama, o colorrectal, o del pulmón o leucemias. Se están probando nuevas vacunas contra microbios que puedan ser mutágenos (que dañan el ADN) o cancerígenos (que inducen el cáncer), o bien, nanopartículas (pequeñas moléculas en el rango atómico), que pueden llegar a sitios inalcanzables de nuestro organismo”, adiciona el doctor Restrepo.
En conclusión, la ciencia sigue investigando de forma incansable sobre nuevas formas de diagnosticar y tratar los distintos tipos de cáncer, que son una amplia variedad de enfermedades con múltiples particularidades que los hacen únicos e individuales, con métodos innovadores a los ya existentes. Seguramente en unos pocos años, se contarán con mejores herramientas para procurar dar mayor bienestar y prolongar la vida de las personas con una mejor salud.
Con el fin de fortalecer la respuesta del sistema de salud al cáncer infantil, la Organización Panamericana de la Salud, junto con el St. Jude Children's Research Hospital, están colaborando con los Ministerios de Salud, oncólogos pediátricos y fundaciones para desarrollar Planes Nacionales de Cáncer Infantil, en el marco de la Iniciativa Global para el Cáncer Infantil (GICC) de la Organización Mundial de la Salud.
El GICC tiene como objetivo reducir el sufrimiento de los niños y niñas con cáncer y lograr una tasa de supervivencia al cáncer de al menos el 60% para el año 2030.