Reflexividad
La reflexividad es un movimiento que nos lleva hacía nosotros mismos. Hablamos de una elipse en la que entramos en una disposición de escucha. En la reflexividad nos abrimos, prestamos atención a los mensajes de nuestro cuerpo, a lo que nos cuentan las emociones que sentimos, así como a lo que nos dicen aquellos que nos rodean.
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El primer resultado o producto de la reflexividad es la conciencia de sí mismo, o posibilidad de sentirse como ante sí mismo o de tomarse a sí mismo como interlocutor
(Puig, J. 169)
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"La reflexividad en las relaciones que mantenemos con los otros y lo otro nos lleva a conocernos mejor a nosotros mismos, así como a establecer vínculos enriquecedores con los demás."
"Lo que hace que mi pensador piense es que él piensa no solo con su cerebro, con su ceño fruncido, con sus fosas nasales distendidas y sus labios comprimidos, con cada músculo de sus brazos, espalda y piernas, con su puño apretado y sus dedos de los pies agarrados"
Auguste Rodin
Si bien la reflexividad suele entenderse como un ejercicio en el que la mente direcciona su intención sobre el yo, puede comprenderse, a su vez, como movimiento comprensor de las relaciones que nos constituyen y, en ese sentido, como afirmación de la pluralidad y el nosotros
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Pensando con el Cuerpo me permitió cambiar múltiples aspectos de mi práctica pedagógica.
Henri Condia
Profesor Decanatura del Medio Universitario
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